Más allá de las fronteras: Havant – Betis, por Pablo Camacho

Foto: Pablo Camacho (Manquepierda)
Llegó el día, la fecha que muchos béticos estábamos esperando. Familias béticas que llevan viviendo en tierras anglosajonas durante muchos años, personas que han salido de España para aprender un nuevo idioma y, a la vez, han sido empujados por la crisis económica que sufre nuestro país, y jóvenes estudiantes que solo llevan pocas semanas y que realizan cursos de inglés durante el verano. Todos nosotros felices por ver al Real Betis de una vez por todas por todas haciendo una pretemporada por Europa, muy distinto a lo que nos tenía acostumbrado en etapas anteriores enfrentándose a equipos como la Roteña o al Sanluqueño.
Los acontecimientos ocurridos en los últimos días, que llevó a la suspensión del partido contra el Portsmouth FC, supuso una gran desilusión para todos los béticos, tanto tiempo esperando para ver al Betis cerca nuestra. Familia enteras, parejas o grupos de amigos que se iban a desplazar para ver el partido desde ciudades como Liverpool, Londres o Brighton, con entradas compradas, los billetes de trenes, etc. Pero finalmente tuvimos nuestra recompensa, ver a nuestro equipo jugar contra el Havant&Waterlooville, un equipo muy modesto de la 6ª división inglesa de un pueblo a las afueras de Portsmouth.
Conseguimos llegar al pueblo de Havant y, preguntando cómo se llegaba al estadio, muchas personas quedaban sorprendidas al ver como podíamos venir desde tan lejos para animar a nuestro equipo que jugaba contra el equipo de su pueblo. Lo que estaba claro que en Inglaterra, un país donde el futbol cobra una gran importancia, no sabían ni podían hacerse una idea de lo que era el sentimiento bético.
Llegamos Westleigh Park, estadio del Havant&Waterlooville, en un día bastante soleado para lo que estamos acostumbrados a ver por aquí. La afición de los Hawks y la bética (unas 40 personas) concentrada allí, compartíamos juntas los momentos previos al partido tomándonos una cerveza bajo el sol en la entrada del típico pub inglés, que se situaba junto a la entrada del estadio. Todo ocurría bajo un ambiente de alegría, simpatía y felicidad.
Se acercaba la hora del partido y entramos en el estadio. Era estadio pequeño con una sola grada lateral que estaba prácticamente llena, en la que un grupo de béticos nos situamos juntos, mientras las demás personas se situaban de pie junto a las vallas que delimitaban el terreno de juego. Las distintas aficiones, los presidentes de ambos equipos, secretarios, los jugadores descartados, todos estábamos unidos en las gradas sin que hubiese ningún tipo de distinción, lo que daba una mayor sensación de gran familia bética.
El partido comenzó con canticos del grupo de béticos que nos situábamos en las gradas y mientras transcurría el partido, rápidamente pudimos observar que era un equipo bastante inferior. En la primera parte Pepe Mel sacó su once de gala que mostraba un gran dominio del juego y gran superioridad cuando en el minuto 15 ya iban 0 – 4. Mientras que en la segunda parte siguió mostrando su domino en un equipo plagado de canteranos, culminando el partido Salva Sevilla de penalti, anotando el 0 – 7.
El partido transcurrió de forma espléndida, hubo un gran ambiente en las gradas y una excelente relación entre aficiones, pero sobre todo, destacar la relación de cercanía que se dio entre los jugadores, dirigentes béticos y la afición bética, y el amable gesto de Gordillo regalando unas gafas del ascenso a los béticos que estuvimos allí presentes.
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