Un Betis «de cabeza»
El comienzo de temporada del Real Betis Balompié no está dejando indiferente a nadie. El cuadro verdiblanco, tras cinco jornadas disputadas, deja claro algo que hacía mucho que no se veía por Heliópolis. Tienen una idea de juego y van a defenderla.
El “made in Setién” está funcionando en los primeros pasos del campeonato doméstico. Lejos de errores puntuales que costaron la derrota ante el Barcelona o ante el Villarreal, además de sustos ante los equipos gallegos, los heliopolitanos siguen creciendo paso a paso en busca de su propia identidad.
La victoria ante el Real Madrid no ha hecho más que confirmar que el nuevo sistema funciona y que, por lo tanto, no van a cambiar las ideas de un entrenador que comienza a ver ya esos frutos que faltaron en pretemporada, donde las dudas tomaron el protagonismo.
Así, los verdiblancos suman ya tres victorias en las cinco primeras jornadas de Liga, dejando el casillero en nueve puntos que los sitúan, por el momento, en puestos europeos.
Pero, amén de las victorias y el buen juego que, por momentos (cada vez más) desplega el cuadro de Quique Setién, llama especialmente la atención otro dato. A lo largo de estas primeras semanas de competición, el cuadro bético ha enlazado jugadas que han sido motivo de elogios y análisis más allá del césped. Pero, además, los verdiblancos han sumado hasta el momento seis tantos, de los cuales cinco han sido con la testa.
Ya lo hizo Sergio León ante el Deportivo de la Coruña tras una gran asistencia de Andrés Guardado. Mandi hizo lo propio ante el cuadro gallego, pues el argelino cabeceó otro gran centro del mexicano.
En el estadio de La Cerámica, Sergio León sumaría su segundo tanto esta temporada de nuevo cabeceando un gran centro, esta vez de las botas de Joaquín Sánchez mientras que, ante el Celta de Vigo, el portuense haría el primero de los dos goles que marcó tras cabecear un rechace de la defensa gallega.
Finalmente, el Betis confirmó ayer en el Bernabéu que va muy bien de cabeza. Al centro del gol le precedía una jugada de libro, donde hasta diez futbolistas verdiblancos movieron el balón (Mandi fue el único que no lo tocó) hasta llegar a Barragán que, lejos de hacer lo fácil, pues tenía a su lado a Boudebouz para que entrara sólo en el área merengue, decidió sacar de su chistera un centro medido para que Sanabria, de nuevo con la testa, se estrenara esta temporada a lo grande.