Un espectáculo lamentable, por Quercus Verdiblanco
Lamentable espectáculo ofrecido por el Real Betis Balompié en el Coliseum Alfonso Pérez, estadio que lleva por nombre a uno de los futbolistas más queridos y respetados de la Historia del Real Betis Balompié, por su entrega en el campo, por su velocidad, por su habilidad técnica, por su capacidad de driblar a cualquiera y por sus goles.
Su trabajo, repito, su trabajo, lo hizo conseguir grandes metas vistiendo en 38 ocasiones la elástica de la Selección Española, destacando la Eurocopa de 1996, el mundial de Francia 1998 y la Eurocopa del año 2000.
Y todo ello lo consiguió luciendo el escudo del Real Betis Balompié, pero eso sí, a base de partirse el pecho en cada partido durante la temporada, de sudar la camiseta cada tarde y de respetar y querer el escudo al que representaba.
A los jugadores de la plantilla actual les digo que, cansado puede estar un jornalero que trabaje de sol a sol doblando el lomo, un hombre que este echando alquitrán en medio de una recta de dos kilómetros a 35 grados, un chaval que trabaje colgado de una fachada haciendo la limpieza de la misma, uno que se cuelgue en una torreta de alta tensión para arreglar una avería, al que se mete en las cañerías para que todo el subsuelo de la ciudad esté en perfectas condiciones o a cualquiera que haga todo aquello que sea necesario para llevar un sueldo digno a casa y dar de comer a su familia.
Pero sinceramente, señores futbolistas, os digo que haciendo lo que hicisteis el domingo siento vergüenza, independientemente del futbol. Sentiría vergüenza si tuviese que ganarme el pan de esa manera, sin ganas de luchar, de pelear, de sentirme bien una vez hubiese terminado mi trabajo.
Vergüenza de saber que gano dinero a espuertas trabajando una hora y media al día, acompañado de los mejores profesionales, que velan por vosotros, y con una afición que ya quisieran equipos como el que os hizo hacer el ridículo este pasado domingo.
Espero sinceramente que mejoréis y que os sintáis identificados con el equipo al que representáis pero que no lo hagáis ya por nosotros, por los béticos, sino por vosotros mismos como personas trabajadoras a las que se pueda mirar a la cara. Por que no hay cosa más triste que perder la dignidad y que todo el mundo sea consciente de ello.