Los días del Manquepierda
El Betis no termina de arrancar. El comienzo de Liga no ha sido el esperado, y frente al Getafe, sufrió el primer varapalo serio de la temporada. El ridículo fue enorme y, como dijo Mel, dio vergüenza.
El entrenado madrileño aún no ha dado con una alineación que se afiance y que de garantía de competitividad en todos los partidos. O dicho de otra forma, no ha encontrado la ansiada y deseada regularidad. Frente al Getafe dispuso al equipo de la misma manera que frente al Villarreal: un extremo por la derecha y Nosa tirado a la izquierda, pero el resultado no fue el mismo. El motivo es la actitud mostrada por los jugadores en Getafe. Careció el equipo de brío, casta, entrega, sacrificio y ganas de correr. Y cuando eso ocurre, el Betis es un equipo vulnerable y fácil de ganar. Lo único que se salva del encuentro de ayer es la afición bética, que nunca falla. Parte de ella está muy alarmista y pesimista. Es obvio que la preocupación es evidente, pero no hay que sacar conclusiones globales porque todavía queda mucho.
En las dos semanas que quedan hasta el partido frente al Elche, Mel tiene que engrasar bien la maquinaria para que empecemos a carburar mejor porque si no, este año vamos a tener que echar mano más veces de las deseadas de nuestro bendito lema.