Un Sporting casi campeón, por José Miguel Navarro

Foto: blogdemarino.blogspot.com
Domingo de Pascua de mil novecientos setenta y nueve. El Real Sporting de Gijón recibe en su Estadio de El Molinón al Real Madrid. Ambos equipos dirimen quien será el campeón de Liga. La escuadra que entrena Vicente Miera ha cuajado un campeonato casi perfecto. Suyas han sido las mejores críticas y, su gestión, es saludada como modélica. Su presencia es recibida en toda la geografía patria con aplausos y llenos. Su juego entusiasma. Puede decirse, sin temor a equivocación, que el cuadro rojo y blanco es el segundo en las preferencias del país tras el propio.
Una semana antes, en el partido frente al Salamanca, dos de sus mejores futbolistas han visto la cuarta tarjeta amarilla. Son Doria y Ferrero, castigados con un partido de sanción, que no serán de la partida, por tanto, cuando el balón comience a rodar.
A la hora de autos, forman los locales con Castro, Antonio Maceda, Rezza, Cundi, Joaquín, Ciriaco, Redondo, Morán, Mesa, Uría y el gran Enrique Castro «Quini». Los merengues con su alineación habitual.
Desgraciadamente, un gol de Carlos Alonso «Santillana» haría que el alirón se cantase en la capital del Reino y, lo que pudo haber sido el mayor logro de esta institución, nacida en mil novecientos cinco y que, unos almanaques atrás, no ha descendido a Tercera División por el capricho de una moneda lanzada al aire, en una promoción organizada por la renuncia del Condal catalán, se queda en un subcampeonato que lo clasifica para jugar competición europea, concretamente la UEFA, donde caería eliminado en primera ronda por el PSV Eindhoven holandés.
Aquel día, el respetable despidió al equipo madridista con una bonita ovación, legitimando su victoria en un gesto de tanta justicia como categoría.
Vega Arango, su Presidente, recibiría pocos meses más tarde, de manos de nuestro monarca don Juan Carlos I, la Copa Stadium que acreditaba a los propietarios de Mareo, como mejor sociedad deportiva de ese año. Ese mismo verano, José Manuel Díaz Novoa tomaría el relevo en el banquillo del equipo menos goleado de la competición, continuando el buen trabajo de su predecesor pues llevó a los suyos a dos finales de Copa del Rey.
Ese Sporting, que continúa siendo, actualmente, el poseedor de dos récords del balompié asturiano (el de mejor clasificación de la Historia y el de mejor palmarés), nunca alzó un gran trofeo pero sí logró un hito que en España solo él posee: el de tener un Oscar. La película «Volver a empezar» de José Luis Garci -mítico título de nuestra cinematografía- muestra escenas de su feudo, de sus jugadores y hasta de su palco de honor, aspecto que, para los gijoneses, significó el gran éxito del filme. Y es que, en la ciudad cantábrica, el sentido del humor es tan peculiar como en la hispalense. Quizá sea ese uno de los motivos de la bella hermandad entre la afición bética y la que visita esta jornada el Benito Villamarín.
José Miguel Navarro Barrera