1956-MARCA.-DEL SOL el jugador más discutido del Real Betis Balompié.-59Aniversario.

«De pocos meses a esta parte ha adquirido una popularidad extraordinaria».
«La mala suerte en los remates nos han impedido el ascenso».
Una de las figuras más representativas del equipo titular del Real Betis Balompié fue en la temporada que concluye Luís Del Sol Cascajares, el popular extremo, un futbolista con personalidad, cuyas espectaculares características, provocan, a la par que consideración, controversias sin fin.
Del Sol, fruto de la cantera bética, ha alcanzado notoriedad nacional de pocos meses a esta parte.
A raíz de su actuación en el «Campo de la Ciudad Lineal» matritense frente a la Agrupación Deportiva «Plus Ultra».
Luís Del Sol, sin embargo, es muy discutido por una razón fundamental: porque junto a su velocísimo juego–florido y escurridizo–peca de un defecto según los entendidos: exceso de dribling.
Que en muchas ocasiones, practicado por este jugador, complementa el remate de una serie de aciertos del conjunto; pero que en otras lo malogran.
«SEVILLA, SU CUNA DEPORTIVA»
-Nací en la provincia de Soria–confesó cuando le abordamos con las indicadas pretensiones informativas–. Ví por primera vez la luz del día en Arcos del Jalón. Allá en el año 1935. Por lo tanto, cuento ahora con veintiuno.
Y ya iniciado el diálogo indagamos del interlocutor si en aquellas tierras fue en donde comenzó sus aficiones deportivas.
–Mi afición empezó aquí, en Sevilla. Por el simple hecho de que a poco de nacer–me trajeron a la barriada de «San Jerónimo», donde crecí y donde comencé dándole patadas a la pelota. Al principio, en el equipo de aficionados de aquel barrio. «Alegría», y del que pasé al Real Betis Balompié.
–¿Acontecía lo que relatas…?
–Pues, por el año 1950. Y en el Betis Balompié ingresé en 1953.
–¿Como profesional?
–No; en el Juvenil. Allí, bajo la férula del hoy entrenador titular, José Varela Nocera, me mantuve durante un año.
Luego, debido a mis condiciones deportivas, me rubricaron la primera ficha profesional, siendo cedido al Club Deportivo Utrera, con el que intervine por vez primera en partidos de Liga–jugué los ocho que le restaban al Utrera de la temporada 1954–, y al término volví al Betis, siendo ascendido al primer equipo por Francisco Gómez Vicente, el entonces preparador. Y desde aquella fecha hasta hoy, continúo en sus filas.
1954-Abril 11-Domingo.-Larache Club de Fútbol-3 vs. Club Deportivo Utrera-2.
De pie y de izquierda a derecha.-Vergara-DEL SOL-Muñoz Gata-Ruiz López-Cipriano-José P. Mira y Pablito.
Agachados-mismo orden.-Priego-Marín-Santos-Perales-Gandul y Ruiz.
Foto cortesía Silvestre M. Fernández de los Santos «El CD Utrera en el siglo XX».
–¿Siempre jugaste de extremo derecho?
–En el «Alegría» lo hice de defensa central; al entrar en el Real Betis Balompié, de interior, puesto que ocupé en el Club Deportivo Utrera, alternando con el de centro delantero, y al regresar al Betis Balompié, por indicaciones de Gómez, cubrí la extrema derecha, para finalmente, en esta Liguilla de ascenso a Primera División alternarlo con la extrema izquierda.
–Y de todos esos puestos, ¿cuáles son los más fáciles y los más difíciles?
–Los más fáciles son los dos ejes. Como defensa central, con vista y seguridad, aparte de la fortaleza física, puede uno cumplir de maravilla; de centro delantero, gozando de esa fortaleza, de valor y algo de sentido en el juego, también uno puede lucirse. El más difícil es el de interior. Y en especial cuando se actúa adelantado. ¡¡Hay que tener mucho «fuelle», certera visión y velocidad¡¡ Junto con buena dosis de suerte.
–¿Y de extremo?
–Es un puesto acomodaticio y depende de muchas circunstancias. Pero la velocidad es el factor que debe adornar principalmente a todo extremo.
«LA «MANÍA» INDIVIDUALISTA»
–Ya que nos referimos a las características del juego en los distintos puesto por ti cubiertos, ¿podrías sincerarte y explicar a los lectores, especialmente a los aficionados béticos, esa «manía» individualista tuya, de la que tanto se habla?
–Comprendo que el individualismo es un factor negativo en el fútbol, que al fin y a la postre, es un juego de asociación; pero cuando yo me decido a practicarlo en ocasiones es porque creo lealmente que debo hacerlo.
–Ello implica dos consecuencias: una, que no tienes confianza en el resto de tus compañeros, y otra, que se malogre la mayor parte de las veces jugadas perfectamente comenzadas…
–Respecto al primer caso, no estoy conforme, porque cuando las ejecuto es porque comprendo que mis compañeros en aquellos instantes, materialmente no pueden intervenir, y en el segundo caso, ya digo que, personalmente, reconozco que obro como debe ser. Si luego la jugada se malogra, no es porque no haya puesto mi voluntad y lealmente crea que era la forma más efectiva de llevarla a cabo. A otros jugadores, ligando entre sí, también se les malogran.
–Las menos…
–Yo pienso igual: que son también menos… las mías. Lo que sucede es que por aquel entonces suelen darse momentos claves y saltan más a la vista. Pero junto a ese riesgo va emparejado que, de rematarse bien, permite un mayor lucimiento. Pero a este tenor, insisto que cuando hago la jugada es porque no se puede hacer con la ayuda de los restantes compañeros. Y como tal supongo, sinceramente.
–¿Cuánto tiempo todavía en el Real Betis Balompié?
–Dos años más. Acabo de ratificar el compromiso.
–¿Satisfactoriamente?
–Por completo. El Betis Balompié me dio lo que pedí.
–Dicen que el Madrid te reclamó. ¿Es cierto? ¿Te gustaría haber jugado en el Madrid?
–No pasó de rumores de la calle; pero a cualquier profesional del fútbol español le gustaría jugar en el Madrid. Esa, y la de lucir el entorchado internacional, son, a mi entender, las máximas aspiraciones de todo profesional.
–Para finalizar, ¿podrías confesarnos las dificultades que impidieron al Betis ascender a la Primera División esta temporada?
–La mala suerte en los remates. La delantera del Real Betis Balompié, que hasta mediada la fase inicial no funcionaba bien, se caracterizó luego por su prodigalidad en los remates; pero, asimismo, la escasa fortuna, impidió que ese derroche ejecutivo–realizado con facilidad y buen sentido–no cuajara en el instante culminante. ¡¡Fue una pena¡¡
–¿No influyeron otros factores? ¿El defensivo?…
–Ustedes los críticos son los que pueden precisar al respecto. Lo único que puedo repetir es que tuvimos mala suerte, pues de otra forma no se comprende que jugando la mayor parte de las veces con «ciencia» perdiéramos partidos ganados, y de éstos, tres, de los cinco celebrados, en Heliópolis…
Fuente.-Entrevista realizada por el corresponsal de «Marca» en Sevilla: Juan Manuel BORBUJO De la Hera.