50 años del Carranza del 64 (I)

El pasado 30 de agosto se cumplieron 50 años de la consecución por el Real Betis Balompié del X Trofeo Carranza en 1964.
Una conquista que supuso todo un hito en la historia verdiblanca, como a lo largo de tres entregas vamos a analizar.
Hay que tener en cuenta que los años 60 y 70 del pasado siglo fueron la época dorada de los trofeos veraniegos, que constituían, en sí mismo, un objetivo más en las temporadas de los equipos.
Ganar trofeos como el Teresa Herrera o el Carranza daban prestigio a los clubs, dado el alto nivel de los equipos que contendían y cómo se empleaban para ganar. En esta época los equipos intervenían con sus primeras alineaciones y con todas sus figuras, sin suplentes y sin rotaciones.
El trofeo gaditano era uno de los más prestigiosos del calendario veraniego, como ya hemos dicho. Se disputaba siempre en el último fin de semana del mes de agosto, cuando el inicio de la temporada liguera estaba reservado para el primer fin de semana de septiembre.
El Betis había estado ausente desde la inauguración del trofeo en 1955, a consecuencia de la decisión que tomó en 1958 el alcalde gaditano José León Carranza, por unos incidentes que tuvieron lugar en la temporada 1957-58 en los partidos que enfrentaron a Cádiz y Betis.

La decisión del alcalde gaditano, dada la titularidad municipal del estadio Carranza, fue la de prohibir al Betis jugar cualquier tipo de partido allí, a excepción de los de competición oficial.

Como podemos leer en la información precedente no fue el club gaditano quien impulsó esta iniciativa sino el propio alcalde de la ciudad de Cádiz. Es más, el Cádiz CF lo que pretendía era organizar un Trofeo de la Amistad a disputar a doble partido entre béticos y cadistas.
Se rompía así una larga tradición amistosa entre el Betis y los clubs de la Tacita de Plata, que podemos remontar al Español de Cádiz con Papa Jones, o a las magníficas relaciones existentes en los años 30 entre el Mirandilla y el Betis Balompié. Además de tener muy en cuenta que el Betis fue el equipo más popular en la ciudad gaditana, lógicamente después del club local, como pronto tendremos ocasión de documentar.
El alcalde que toma esta decisión de vetar al Betis pertenecía a una familia de la oligarquía andaluza, con fuertes conexiones con el régimen. Su padre, Ramón de Carranza y Fernández de la Reguera, fue el primer alcalde de Cádiz tras la sublevación militar de 1936, y con su nombre se bautizó al nuevo y flamante estadio inaugurado en 1955, y al trofeo veranigo que empezó a celebrarse desde ese mismo año. Su hermano, Ramón de Carranza Gómez de Pablo, fue también el primer alcalde de la Sevilla conquistada por los sublevados en 1936 y presidente del Sevilla FC entre 1956 y 1961.
Es de reseñar que con el Cádiz CF no existe ningún distanciamiento, y que durante esos años se mantienen relaciones amistosas entre los dos clubs.
En 1964 el Betis se hallaba en la cúspide de la etapa dorada que se inició en 1958 con el retorno a la Primera División tras 15 años de ausencia. La campaña 1963-64 había culminado con un brillante tercer puesto y con el equipo clasificado por primera vez en su historia para una competición europea: la Copa de Ferias. Desde diciembre de 1963 ya se hablaba de la posible participación del equipo verdiblanco en la próxima edición del trofeo Carranza.
El equipo andaluz más popular y con más seguidores entraba a formar parte de la historia del Carranza, como el propio Diario de Cádiz se encargó de anunciar esos días.

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