50 años del Carranza del 64 (y III)
El sábado 29 de agosto a las 18.30 horas se ponía en marcha el Trofeo con un Boca Juniors-Betis.
Por parte de los argentinos, adiestrados por Aristóbulo de Ambrosi, se alinearon Errea; Magdalena, Marzolini, Ayre; Rattin, Orlando; Rulli, Rojas, Menéndez, Silveira y González. Por el Betis, al que entrenaba Luis Hon, : Pepín; Aparicio, Ríos, Paquito; Suárez, López Hidalgo; Breval, Pallarés (Frasco), Ansola, Boch y Rogelio.
Tarde de fortísimo levante sobre la capital gaditana y empate a 0 tras los 90 minutos de juego, caracterizados por la intensa presión que el Betis ejerció sobre los jugadores argentinos, impidiéndoles realizar su juego técnico y pausado.
A los 2 minutos de la prórroga Aparicio dispara desde lejos, el guardameta Errea rechaza y Ansola eleva el balón de cabeza por encima del portero.

En el minuto 97 una buena combinación de la delantera argentina culmina con un remate al palo de Rulli, Silveira recoge el rechace y lo envía a las mallas béticas.
Faltando tres minutos para el descanso de la prórroga, minuto 102 de partido, una falta de Orlando a Ansola a unos treinta metros de la portería es ejecutada con maestría por Rogelio, alojando el balón en la escuadra izquierda de la meta argentina.
No tuvo buen perder el equipo argentino, siendo expulsado Menéndez por agredir al árbitro, el francés Faucheux.
En la otra semifinal, la nocturna de ese día 29, el Benfica se impuso al Real Madrid por 2 goles a 1.
El partido de consolación fue una revancha de la final del Trofeo Mohamed V de Casablanca, aunque en esta ocasión fue el Real Madrid quien venció por 2 a 0 al Boca Juniors, que quedó relegado a la última posición.
Para la gran final, a las 11 de la noche, un nuevo lleno espectacular en el estadio gaditano. Las crónicas de prensa señalan que ambos conjuntos fueron ovacionados al saltar al campo de juego, aunque después el público se decantó claramente por apoyar al Betis de forma decidida.
Los equipos formaron así. Por el Benfica, entrenado por Schwartz, Costa Pereira; Cavem, Germano, Cruz; Coluna, Raúl; Augusto, Simoes, Torres, Eusebio y Serafín. Un total de 7 de estos jugadores formaría parte de la espectacular selección portuguesa que, 2 años después en el Mundial de Inglaterra, se clasificaría en tercera posición.
Por el Betis: Pepín; Aparicio, Ríos, Paquito (Grau); Suárez, López Hidalgo; Breval, Frasco, Ansola, Bosch y Rogelio.
Favorito indudable es el Benfica, por su propia calidad como conjunto y por haber dejado en la cuneta el día anterior al Real Madrid. El levante seguía soplando en la final como en las semifinales, pero no pudo impedir que el Betis, poniendo toda la casta posible, se impusiera al equipo portugués mediante una presión y una entrega arrolladoras. Ya en la primera parte el Betis mereció adelantarse en el marcador, y en la segunda parte, jugando en contra del viento, Ansola, Rogelio y Frasco tuvieron ocasión de desnivelar el marcador.
No fue así, y el partido se encaminó hacia una nueva prórroga. Nada más comenzar ésta, a los quince segundos, Rogelio recogía un pase adelantado de Aparicio, se interna en el área y bate a Coasta Pereira.

Y a los 14 minutos de la prórroga el Betis decidía el partido con un segundo tanto, en jugada iniciada por Aparicio, que pasa a Suárez, quien envía un centro al lado derecho del ataque bético, donde Frasco recoge el balón y, salvando la salida de Costa Pereira, lo lleva a las mallas de la portería benfiquista.

Al finalizar el partido, a la 1.40 de la mañana, varios aficionados se lanzaron al campo para abrazar a los jugadores béticos. Entre delirantes ovaciones el alcalde gaditano hizo entrega del Trofeo al equipo bético, que dio la vuelta de honor al terreno de juego saludando al público gaditano que, en todo momento, estuvo apoyándole.

En los vestuarios se sucedieron las celebraciones y tenemos una constancia documental muy amplia de ella en el Archivo Simó. Como muestra ésta en la que los directivos y jugadores posan con el Trofeo recién conquistado

Eusebio Ríos fue elegido el mejor jugador del Trofeo, recibiendo una copa por ello.

El lunes 31 de agosto el Betis volvió a Sevilla. El equipo fue recibido en el Ayuntamiento en un ambiente de júbilo desbordante. Nada mejor que recoger las palabras que ABC dedicó al acontecimiento al día siguiente: «Anoche fue recibido el equipo por la afición bética, en pleno. El presidente, señor Villamarín, encabezó el grupo de directivos, técnicos y jugadores que rindió viaje en el Ayuntamiento para hacer simbólica entrega del trofeo conquistado a la ciudad, en la persona del alcalde sevillano.
Durante el itinerario se han repetido las muestras de júbilo. En todas las localidades del itinerario, especialmente a partir del cruce de Dos Hermanas hasta la entrada en la Palmera, el autobús de los jugadores ha sido saludado con vítores y aplausos. A la entrada subieron al vehículo el presidente del club, señor Villamarín, el vicepresidente señor Gaviño y otros directivos.
En la Palmera, los numerosos vehículos que escoltaban al autocar obligaron a una detención de éste. El júbilo creció considerablemente cuando reanudaba la marcha y enfiló hacia la Avenida de Roma. Con numerosos seguidores arracimados sobre la carrocería y escoltado por cientos de hinchas, el autocar tardó una hora en superar la avenida. Una impresionante masa de seguidores aguardaba al grupo en la Plaza Nueva.»

Como podemos comprobar la conquista del X Trofeo Carranza fue todo un acontecimiento deportivo y social para el beticismo. Ya hemos explicado antes la importancia que en el fútbol de la época tenían los trofeos veraniegos, y máxime cuando era uno de los que mayor prestigio internacional tenía.
1964 fue el año en que el equipo alcanzó la cima desde su regreso a la Primera División: una brillante posición liguera, la clasificación por primera vez para una competición europea y la victoria en el Trofeo Carranza fueron hitos importantes en este año. Sin embargo las victorias de hoy no aseguran las del mañana, y al año siguiente el Betis empezó un pausado declive de resultados deportivos, que condujeron a una segunda parte de la década de los 60 como un equipo ascensor.
Y tan importante como el logro deportivo conquistado en Cádiz fue también la recuperación del afecto de la ciudad gaditana hacia el Real Betis Balompié. Hasta tal punto que el mismo día 30, después de haber ganado el Trofeo, el Betis emitió la siguiente nota pública de agradecimiento

Este clima de colaboración se vería pronto reflejado en una serie de acontecimientos que veremos próximamente.