El vivero de la afición bética 1959
Una entrevista que el guardameta bético de los tiempos fundacionales José Fernández Zúñiga, el legendario Agonía, concede a ABC el 9 de Diciembre de 1955, en una serie de reportajes que el periódico sevillano publica dedicados a los 50 años de la fundación del Sevilla FC, nos pone sobre la pista de esta noticia de hoy
El entrevistador le pregunta : «¿Cuál ha sido la mayor satisfacción de su vida deportiva? Nos contesta rápido y mostrando inmensa alegría: la de haber sido el iniciador de la entrada infantil en los encuentros. ¿Le parece que no es sorprendente ver a unos millares de muchachos que no conocieron al Betis más que en su decadencia hagan de él una defensa entusiasta sin límites ?… ¡ Manque pierda ¡ «
En Enero de 1959 el mismo José Fernández de Zúñiga se dirige a la sección Buzón de Marca de este diario deportivo para explicar, con motivo de las Bodas de Oro que el club bético había celebrado en esas fechas, las circunstancias en que se desarrolló este proyecto años atrás.
Ahora que el Real Betis Balompié celebra sus bodas de oro, leemos todos los días en periódicos y revistas artículos homenajeando al gran club que ha sabido sobreponerse a sus muchas desgracias y, como otro Ave Fénix, resucitó de sus cenizas para volver a ocupar el puesto que le corresponde por su historia. En ellos se escribe mucho sobre la afición que le sigue, la más sufrida y constante, pero no se le ha ocurrido a alguien profundizar en el «porqué» de esa afición, y yo me voy a permitir dar unos datos que dejarán bien claro el que el Real Betis Balompié cuente con unos seguidores jovenes y entusiastas como no existen otros iguales.
El caso es que, hace catorce años y siendo yo directivo de mi querido club, propuse, y fue aprobado, y no sin discusión, que la tribuna Norte de nuestro campo se abriera al público para que fuese ocupada por niños hasta catorce años de edad y al precio de una peseta, y que entre estos muchachos se les rifase un balón de reglamento.
Fue un verdadero éxito esta iniciativa: todos los partidos era ocupada por dos ó tres mil niños, que no quiero decir que todos fueran béticos, pero al no poder ir a otros campos por no existir entradas accesibles a ellos, no podían ver partidos, y al cabo de unos años fueron creciendo en un ambiente «verde», que unidos a los béticos de verdad, con los que convivían todos los partidos, se creó aquel coro de «ángeles» que tanta influencia tuvo en los éxitos del equipo.
Estos espectadores «peseteros» fueron creciendo y hoy son ya hombres que pagan un recibo de socio normal, que pagan su abono y que, locos de entusiamo, vitorean al Real Betis Balompié y a su presidente, don Benito Villamarín, con todas las fuerzas de sus pulmones; que discuten en la calle y que animan a su equipo, y que forman esa «sufrida y entusiasta afición bética» que soportó el ver jugar a su equipo en Tercera y en Segunda División, y que hoy goza al verlo encaramado en los primeros lugares de la tabla clasificatoria de Primera División.
Ese y no otro es el orígen de la numerosa afición bética. ¡ Que quede claro ¡
Para mí es un orgullo haber sido iniciador de ellos; tan grande orgulllo como el haber defendido la puerta del Real Betis Balompié durante nueve años, y mi deseo es que lo conozca la nueva afición, pues la vieja ya lo sabe.
Aprovecho esta ocasión para insistir desde aquí cerca de nuestro presidente, don Benito Villamarín, para que no sean suprimidas las entradas infantiles.