Comienzan los entrenamientos 1956
En agosto de 1956 el Real Betis Balompié inicia sus entrenamientos de cara a la temporada 56-57. El objetivo es, una vez más, recuperar un puesto en la Primera División. El año anterior se estuvo cerca, quedando segundo en la Liga y clasificándose para la Liguilla de Ascenso, donde no se hizo un buen papel: 5ª en un grupo de 6, por detrás de España Industrial, Zaragoza, Oviedo y Murcia y por delante del Alavés.
Fue la primera temporada bajo el mando de Benito Villamarín y con Pepe Valera como entrenador. Ahora se repite con éste en el banquillo y con una profunda renovación de la plantilla: hasta un total de 14 jugadores nuevos, además de contarse también con jugadores procedentes del equipo amateur.
Marca dedica un reportaje a mediados de agosto informándonos de este primer entrenamiento, además de otras noticias como el interés que se muestra ya por jugadores de equipos de Primera, como el barcelonista Esteban Areta ó el valencianista Jorge Vila. Se incorporarían en la temporada siguiente y ambos serían piezas básicas en el ascenso de 1958.
También destacable como se habla ya de la preparación de las Bodas de Oro para 1957, evento que sería aplazado a 1958 coincidiendo con el ascenso a Primera, pues en esta temporada que ahora se comienza a preparar el equipo fracasaría estrepitosamente, quedando en sexta posición, alejado de los puestos de ascenso. Pepe Valera sería relevado por Carlos Iturraspe en la jornada séptima tras un derrota en casa frente al Tenerife.
Treinta, de los treinta y tres jugadores que el Betis tiene en nómina cara a la inmediata temporada, han dado comienzos sus adiestramientos sobre el bien cuidado césped de Heliópolis.
En la mañana del día 11 Pepe Valera, el entrenador blanquiverde, los jugadores recién fichados, junto con los veteranos y faltando a la lista tres como hemos indicado, el meta Américo, el centro delantero Cela y Lasa, se pusieron en contacto con el terreno.
Como en todos los primeros entrenamientos la labor se redujo a la comprobación de fichas médicas, pesajes, tallado, etc, y después, a pasos agigantados, dieron una vuelta a la cancha, realizando diversas flexiones y ¡ basta ¡. Castellano, por el contrario, fue sometido a un duro entrenamiento de balón. Se mantuvo largo tiempo bajo el marco.
El calor apretaba de firme, pese a que aún no se había llegado al filo del mediodía.
Valera mostraba su satisfacción por cuanto comprobaba
– Parece que este año tengo material suficiente y excepcional para escoger. La Liga es larga y la ocasión de ascenso una tan solo: automática. Así pues, hay que asegurarse y evitar los huecos y baches por causas naturales…
– ¿Con qué jugadores cuenta?
– Nuevos, con Castellano, portero, Luisín, Otero, Roberto, Loli, Espejín, Pierita, Periñán, Paqui, Ramoncito, Calle, Palmero, Borrego y Lasa. Y continúan Eugenio y Américo, guardametas; Portu, Vilariño, Cabrera, Peñafuerte, Felipe, Lora, Aumesquet, Cela, Del Sol, Villota y Sobrado. A los que hay que añadir Ruiz-Mesa, Castellanos, Valderas, Juaniquito y Juanín, procedentes del amateur, pero que muestran margen propicio para empresas de mayor envergadura. En total cuento hasta el momento con treinta y tres jugadores.
– ¿Aguarda la adquisición de ese delantero centro de “primera línea” que tan necesario es?
– Se realizan gestiones, pero los que interesan piden “el oro y el moro”.
Concluidos los entrenamientos fue la presentación oficial de los jugadores a la Junta directiva, presidida por don Benito Villamarín. Fue servido un lunch y el señor Villamarín exhortó a a los jugadores a celebrar las bodas de oro el próximo año con el ascenso, o mejor, con el retorno del Betis a la División de Honor. En términos parecidos habló luego Valera, el entrenador, contestando en nombre de los jugadores el defensa Portu, quien aseguró que harían todos cuantos esfuerzos fueran humanamente posibles para llevar a cabo los deseos sugeridos por el señor presidente.
En el transcurso de la reunión se generalizó el cambio de impresiones con los directivos. El optimismo reinaba. A excepción de dos o tres, incluido el presidente, señor Villamarín, son nuevos. Ya informamos en su día de la renovación establecida en el seno de la Junta directiva; de ahí que el afán de superación lata inconteniblemente.
De los amplios cambios de impresiones sostenidos con ellos obtuvimos enjundiosas conclusiones.
Lo primordial fue saber que para enero darán comienzo los actos públicos y deportivos que se preparan con motivo de festejarse las bodas de oro del Real Betis Balompié. Cincuentenario, como puntualiza el gran hincha bético, escritor y académico, don Santiago Montoto, que abarcará la mayor parte del año 1957, y en cuya programación se piensa “echar el resto”. De todo ello trataremos cuantas veces sea necesario. ¡Lo merece la cuestión¡.
También pretendimos conocer detalles sobre el pretendido fichaje de un buen delantero centro. Y cuanto había alcanzado el rumor de la calle fue confirmado. Era cierto que el Betis pretendió conseguir la colaboración de Areta, y que sobre el particular llegaron a un acuerdo con el Barcelona: el traspaso de Villota, valorado en doscientas mil pesetas, más la entrega por parte del club bético de trescientas mil más; pero, llegado el instante de que Areta entrara en funciones, el jugador, muy razonablemente, con la caballerosidad que le caracteriza, expuso al Betis que sus pretensiones eran seguir en Primera División, y que por eso declinaba la oferta. También se trató de requerir los servicios de Badenes y de Vila; pero sobre estos dos, hasta el momento, se guarda absoluta reserva. Según el decir de la gente por Vila media la bonita cifra de un millón. Y, en verdad, señores, son palabras mayores…Máxime cuando el desembolso del Betis para adquirir a los valiosos elementos logrados últimamente rebasa la cantidad referida y obligaría a unos esfuerzos que podrían acarrear un “crack”. El buen criterio se impone y… las gestiones continúan con las miras a un delantero centro. No obstante, y como señala Valera, ya hay elementos de calidad suficiente para empezar a hacer bien las cosa.
También confirmamos que el club de Heliópolis ha ejercido los derechos de opción sobre Herrera II, del Sevilla CF.
Como es de suponer, Valera no ha decidido, ni lo tiene esbozado en su imaginación tan siquiera, el primer once que romperá el fuego. Depende de cuánto se vaya viendo en estos días y de las conclusiones que se obtengan en partidos amistosos a celebrar con equipos de Tercera División y regionales para ir llenando las fechas y, esencialmente, para ir desengrasando.
Ahora, si por cuanto la voz del pueblo señala y ateniéndose a la “teoría” de la popularidad, nada tendría de extraño que el primer conjunto lo integrasen: Castellano; para la defensa se barajan los nombres de Portu, Vilariño, Otero, Roberto; para la media, Lora, Espejín, Felipe, y para el ataque Periñán, Del Sol, Pierita y los insustituibles, por ahora, Loli, Cela y Sobrado, que a buen seguro será la tripleta central de la ofensiva. Pero es un decir… por decir.
Notificábamos al comienzo que faltaron a la primera lista tres: Américo, que se halla cumpliendo sus servicios para con la Patria en Ceuta, Cela y Lasa. Estos dos llegaron a Sevilla en la madrugada del día 12 y ya se encuentran con sus compañeros en plan de trabajo.
Y hasta aquí los comienzos béticos, a varias fechas del principio. Comienzos béticos que son también primicias de la futura campaña balompédica en Sevilla, debido a que el club de Heliópolis ha sido el que ha descorrido el telón para la “farsa” 1956-57
Fuente: Borbujo en Marca 16 de agosto de 1956