Del Sol, internacional, de Emilio Vara
En marzo de 1957, después de un largo periodo de rumores, le llegaba la oportunidad a Luis Del Sol para debutar con la selección española. Fue convocado por el técnico Manuel Meana para la disputa de dos encuentros con la selección B contra Egipto en El Cairo y Grecia en Atenas pertenecientes a los Juegos del Mediterráneo.
Era la primera llamada a un jugador verdiblanco para una combinado nacional desde 1936, a lo que además se unía el mérito de estar jugando en Segunda División. Hay que recordar que Serafín Aedo fue el último jugador bético en vestir la camiseta roja de la selección, en el partido que se disputó en Berna contra Suiza el 3 de mayo de 1936.
El periodista Emilio Vara en las páginas del diario Sevilla dedicó este artículo para esta ocasión, recalcando la importancia del acontecimiento dentro de la carrera futbolística de Del Sol, a la que auguraba un brillante futuro. Curiosamente, y a pesar de la mayor importancia que Del Sol fue acaparando en el panorama futbolístico nacional ya con el Betis en Primera División desde 1958, Luis Del Sol nunca jugó con la selección absoluta perteneciendo al Betis. Tuvo que esperar a ser traspasado al Real Madrid en abril de 1960 para ya en mayo, por fin, debutar con la selección A. Hasta en 16 ocasiones jugó Del Sol con la selección española absoluta, participando en los Mundiales de 1962 en Chile e Inglaterra en 1966. Sin duda, su marcha al fútbol italiano en 1962 y hasta 1972 influyó en que su participación con la selección española no fuera más numerosa.
Se confirmaron las impresiones que teníamos—no de ahora, sino desde hace bastante tiempo—sobre la posibilidad de que Del Sol fuera llamado, elegido, para jugar en el equipo nacional. Del Sol, efectivamente, ha sido seleccionado por Meana para vestir la camiseta de España. Va a jugar en el equipo B, ocupando su puesto habitual de extremo izquierda.
Todos los sevillanos nos alegramos de corazón de este triunfo del joven Del Sol, que llega a la categoría de internacional como consecuencia lógica de su valía. Como fruto de su gran clase y de sus magníficas cualidades. Como premio a los muchos méritos que ha sabido ganar en los campos de juego, que es donde el jugador tiene que demostrar lo que vale. ¡Y vaya si Del Sol tiene demostrado que es un jugador con madera de figura¡. Es un muchacho con mucha clase, con juego inteligente y con genio, que es un factor imprescindible para llegar a la cima en todas las profesiones. Precisamente porque Del Sol no es solo un jugador de clase, sino que además lucha y pelea con furia, es por lo que el seleccionador se ha fijado en él y salta de Segunda División a internacional, que es una marca que muy pocos pueden ofrecer. Si Del Sol hubiese sólo un jugador estilista, puede estar seguro que Meana no lo hubiese llamado. Pero como además de clase tiene empuje y genio, como es un futbolista que se juega la cara siempre que es preciso, el seleccionador nacional no ha dudado en elegirlo porque posee todas las cualidades para triunfar. Sabe jugar y sabe luchar y por ello su rendimiento es de un gran valor. Por ello es figura.
Todos los sevillanos, como decía, nos alegramos del triunfo de Del Sol, y nuestra alegría no es sólo por su éxito personal, sino también por lo que éxito representa para el fútbol sevillano. Porque Del Sol, aunque nació en Soria, se ha criado en Sevilla. Aquí empezó a jugar al fútbol, aquí se ha hecho gran jugador y aquí, defendiendo la camiseta histórica y gloriosa del Real Betis Balompié, ha triunfado y ha llegado a ser una figura del fútbol español. Un nuevo valor, real y auténtico, de nuestro fútbol, creado y moldeado en el crisol del fútbol sevillano, representado en esta ocasión por el Betis.
Y si para todos los sevillanos es motivo de alegría que otro jugador nuestro vaya al equipo nacional, esa alegría, naturalmente, tiene que ser mayor para los que hemos seguido la carrera de Del Sol paso a paso y dese el primer momento vimos en el muchacho a una figura en potencia. Los que creímos en él y lo animamos a superarse constantemente para que llegara a primera fila del fútbol español, somos los que ahora, naturalmente, nos sentimos más satisfechos de que Del Sol, aquel muchacho que empezó a destacar en un Torneo Torr del Oro en el campo del Puerto, esté a punto de vestir la camiseta del equipo nacional. El cronista, en particular, que en el partido amistoso Betis-Coruña dijo que Del Sol había jugado aquella tarde con talla de internacional, se siente hoy muy orgulloso de que el joven delantero bético haya sabido hacer mérito para ganar, con toda justicia, la categoría que entonces le pronosticó. Y lo que este cronista desea ahora a Del Sol es que tenga mucha suerte y que no pierda jamás el espíritu de superación, porque, como todos sabemos, lo difícil en la vida no es llegar, sino saber mantenerse en el lugar conquistado. Que no crea Del Sol que ya tiene andado todo el camino, porque sería un error grave. No debe olvidar que es ahora cuando empieza para el lo más difícil, porque se le exigirá de acuerdo con su categoría de jugador internacional. Y esto obliga a una superación constante, no solo para defender la posición alcanzada, sino para avanzar aún más si es posible, que en este caso lo es. Y lo es porque Del Sol, internacional hoy para el B, debe aspirar a serlo también para el A en un mañana próximo.
Que Del Sol siga luchando con el mismo entusiasmo que hasta ahora, con el mismo coraje y con el mismo genio, que tiene clase para alcanzar aún mayores triunfos en el fútbol y los alcanzará si continúa pisando firme en su magnífica carrera como gran jugador. Que este éxito de ahora le sirva de estímulo y aliento para otros mayores.