Domingos de Carrusel y marcador Dardo, de Xavier Luque

Esta temporada la claridad con la que se ha llegado a la última jornada de Liga, con los puestos importantes por arriba y por abajo ya decididos de antemano, ha impedido que la unificación de horarios fuera una condición indispensable para disputar de forma justa esos últimos partidos.
En el periódico barcelonés La Vanguardia el periodista deportivo Xavier Luque publicó el 11 de mayo de 2014 este artículo precisamente un domingo en el que jugaba la última jornada de la temporada 2013-14 con 7 partidos en horario unificado por las circunstancias competitivas, y que servía para rememorar emotivamente ese otro fútbol anterior a la llegada masiva de las televisiones de pago, un fútbol en el que la publicidad se imponía en las retransmisiones radiofónicas y en las claves con las que el marcador simultáneo Dardo informaba en cada uno de los campos de la geografía española.
«En vaso largo o en copa corta, Anís de la Asturiana ¡qué bien se porta!». El fútbol español retrocede este fin de semana a los años sesenta, a la época del Carrusel deportivo en las casas y en los bares, aquellos tiempos del marcador simultáneo Dardo en los campos de juego. Por un día al menos, vuelve el horario unificado. Hasta siete partidos de Liga, con el título y el descenso en el aire, se disputan este domingo a partir de las siete de la tarde. ¡Qué tiempos!
«Aquí Langarita desde los Campos de Sport del Sardinero, lleno a rebosar y ambiente de gala para recibir al Real Madrid en partido correspondiente a la decimosexta jornada del Campeonato Nacional de Liga…». «Gol en Castellón, gol en Castalia, ¡adelante, Chencho!». «Conectamos con Sevilla, Juan Tribuna, ¿cómo van las cosas por el Sánchez Pizjuán?».
Domingos de radio y copita de Soberano («es cosa de hombres») o de anís, ya sea Castellana «el anís de España» o La Asturiana, «su presencia siempre agrada». Domingos de concursos radiofónicos para amenizar el descanso de los partidos, en la voz de Juan de Toro y sus preguntas servidas en bandeja para que las concursantes (solían ser mujeres) acertaran sí o sí. Y si hacía falta ahí estaba solícito el locutor: «Una ayudita, don Juan», le imploraban. Y De Toro repetía la pregunta filtrando por en medio con gracejo la respuesta, varias veces si hacía falta, hasta que sin darse cuenta se llevaban el premio.
Domingos de fútbol a las cuatro de la tarde (no estaba la economía española para accionar la palanca de las cuatro torretas de las esquinas con su iluminación amarillenta) y de repasar una y mil veces los movimientos del marcador simultáneo Dardo, un ingenioso sistema de comunicación entre todos los campos de España para ir conociendo al instante qué estaban haciendo los rivales. Licor 43, 1-0; Colchón Flex, 0-0; Tervilor, 2-2; flecha amarilla, están en el primer tiempo; flecha roja, segunda parte; flecha negra, partido finalizado… Pero lo peor era el símbolo de rayas blancas y negras: avería telefónica. No había noticias de lo que estaba sucediendo en el Carlos Tartiere, o en Las Gaunas, o en Pasarón. ¡La quiniela en el aire!
El Carrusel deportivo empezó a emitirse en España en 1954. «La Ser, por su cadena de emisoras, presenta…» y tronaban las voces más conocidas de la radiodifusión de la España franquista para colarse en todos los hogares, bajo la dirección de un valenciano, Vicente Marco, hijo de un diputado de izquierdas represaliado tras la guerra.
Le acompañaba entonces un locutor chileno que se hizo famoso, Bobby Deglané, narrador de combates de catch antes de la guerra. Más adelante el protagonismo del Carrusel lo tomó Joaquín Prat, cuando aún faltaban años para que saltara a la pequeña pantalla, la única, y presentara el recordado programa concurso Un millón para el mejor o para que cuajara su exitosa colaboración con Laurita Valenzuela en las Galas del sábado.
Eran tiempos en los que la radio era la gran compañera de los hogares españoles. Con las retransmisiones deportivas, pero también los inacabables seriales lacrimógenos, los discos solicitados, el consultorio femenino de Elena Francis o, algo más tarde, el inevitable De España para los españoles, con la voz de María Matilde Almendros dirigiéndose a todos los que habían emigrado en busca de trabajo.
El nacimiento del Carrusel Deportivo va parejo al de Matilde, Perico y Periquín, estrella de la radiocomedia costumbrista, quince años en antena con las historias de una familia española supuestamente típica y las voces de Matilde Conesa, Pedro Pablo Ayuso y Matilde Vilariño. La radio marcaba la pauta.
La dictadura televisiva con su diversificación de horarios ha frenado la fuerza imparable de los carruseles del domingo y la popularización del transistor y de los marcadores electrónicos firmó el acta de defunción del marcador simultáneo. Por el camino, incontables anécdotas, como la que se cuenta sobre la visita de Juan Pablo II a España y la orden dictada desde la central radiofónica a todos los campos de fútbol, el domingo 31 de octubre de 1982 poco antes de las cinco de la tarde: «Cerramos todos los micrófonos para dar paso exclusivo a Madrid. El fútbol queda aparcado hasta nueva orden. Su Santidad el Papa acaba de aterrizar en la capital de España para la primera etapa de un viaje histórico. ¡Adelante con la conexión!». «Buenas tardes desde el aeropuerto de Barajas en una tarde soleada. Acaba de abrirse la portezuela de la nave y aparece la blanca figura papal en las escalerillas. Al pie le esperan sus majestades don Juan Carlos y doña Sofía. Momentos de emoción indescriptible, ¡el Papa se agacha para besar el suelo español…!». Y en aquel suspiro de silencio expectante surgió una voz atronadora: «¡Goool en La Balastera!». Acababa de marcar el Palencia, equipo de Segunda A, en su partido contra el Jerez. La noticia es lo primero.