El Betis Balompié de Stuttgart. 1974
El origen de la publicación de hoy se remonta a marzo de 1974. En la reseña periodística de la habitual reunión de la directiva verdiblanca correspondiente al 12 de marzo de 1974 aparece la siguiente información:
» Se decidió autoriza complacidamente utilice la denominación de Betis Balompié de Stuttgart al equipo formado por emigrantes españoles en la República Federal de Alemania, y enviar, según se pide, un banderín del club, dedicado a don Carlos de Reparaz, cósul general de España en la expresada capital».
Hay que recordar que en los años 60 y 70 unos 2 millones de españoles emigraron a Europa, y en el caso de Alemania fueron unos 600 mil. En la distancia formaron en muchos casos asociaciones y clubs que les mantuvieran en contacto con sus orígenes.
El 4 de abril de 1974 el diario deportivo Marca se hacía caso de este club bético en Stuttgart con esta poesía a cargo de Corebo.
Españoles que trabajan,
y al trabajar no se rajan,
en Stuttgart han formado
un equipo, y ya barajan
con ánimo entusiasmado
los triunfos que lograrán.
Pero mientras llegan,
que llegarán,
cayeron en que estarán
así como yo no sé
si hechos del todo un jaleo
si al equipo no le ponen
un nombre. Sería feo
que aquellos que se ilusionen
con su equipo en el torneo
no sepan qué hay que nombrar
a la hora de animar
a la hora del alabí…
Eso, en fin, es razonar
según me parece a mí.
Y lo bautizaron con
un nombre majo y castizo,
un acierto su elección.
En Sevilla al menos hizo,
lector, la mar de ilusión.
El Betis. La Directiva
del Betis grande ha enviado
un banderín dedicado,
con su frase sugestiva
y su cordoncillo atado.
El Betis grande, que va
viento en popa, y tiene cuerda,
que no se le acabará.
Su hincha se ha olvidado ya
de aquello del “manque pierda”.
Por eso yo, que contemplo
su campaña certifico,
y lo firmo y lo rubrico,
que puede ser un ejemplo
cabal para el Betis chico.