El Betis Deportivo y su eliminación copera, de Manuel Carmona

En la temporada 1983-84 el primer equipo juvenil verdiblanco tenía la denominación de Betis Deportivo Balompié, mientras que el segundo era Real Betis Balompié. Una particularidad de la cantera que estuvo vigente hasta la temporada 1985-86 en que, ante la inminente entrada en vigor de la Liga Nacional de Juveniles, se determinó que el primer equipo juvenil pasase a denominarse Real Betis Balompié y el segundo Betis Deportivo Balompié.
En la liga finalizada en abril el equipo juvenil del Betis Deportivo acabó en la primera posición del grupo V con un balance de 25 victorias, 2 empates y 3 derrotas, 102 goles a favor y 25 en contra, por delante del Sevilla FC y del Cádiz FC. El entrenador era Francisco Ortiz «Frasco», el ex jugador bético de la década de los 60. El segundo equipo juvenil, dirigido primero por Paco Benítez y posteriormente por Luis Del Sol, finalizó en quinta posición, mientras que la tercera formación juvenil del club, el Estrella Balompié a las órdenes de Joaquín González «Joaqui», acabó 8º en un grupo integrado por 16 equipos.
Como campeón de grupo el Betis Deportivo quedaba clasificado para la disputa de los cuartos de final de la Copa juvenil. Un título del que el club era el vigente campeón tras la victoria obtenida el año anterior ante el Real Madrid en Ciudad Real. Y se tenían muchas esperanzas en la defensa del título conquistado, aunque la inmensa mayoría de los futbolistas que lo lograron y su entrenador José Angel Moreno habían ascendido al filial bético, el Betis Deportivo, que por entonces militaba en el grupo X de la Tercera División.
El rival al que se enfrentaron los juveniles béticos fue el filial madridista, el Castilla FC, que había sido el vencedor en el grupo 1º. El 6 de mayo en el partido de ida en terreno verdiblanco el Betis Deportivo se impuso 2-1 con dos goles de Eduardo Rodríguez, en un partido en el que abundaron las ocasiones y la ventaja obtenida se quedó corta. Una semana más tarde, en la ciudad deportiva madridista, en un mal encuentro el equipo cayó 2-0 recibiendo un tanto en el minuto 72, lo que llevó a una prórroga en la que se encajó otro gol y la eliminación definitiva.
En las páginas de ABC del 18 de mayo Manuel Carmona, un especialista en el fútbol de cantera y local de la época, analizaba el mal papel desempeñado por el equipo juvenil en la competición copera, así como el parón que había supuesto para la trayectoria de Manuel Palomino y de Manuel Orozco el permanecer un año más en el juvenil y no haber ascendido al filial en Tercera División.
La eliminación del Betis Deportivo juvenil ha causado una honda decepción en los aficionados béticos, que esperaban un mejor papel de los verdiblancos en la Copa del Rey. En verdad, la eliminación ha constituido un fracaso, lo que demostrará a algunos que ser campeón con juveniles no es tan fácil, lo contrario de lo declarado por Frasco cuando alcanzó el título del grupo quinto. Y ha constituido un fracaso porque, después de ver las evoluciones del Castilla en el Villamarín, sólo se explica la eliminación de los verdiblancos si se considera lo que cuentan las crónicas, que a Madrid fueron los béticos a defender el escuálido resultado que obtuvieron en la ida, cuando lo que procedía era ir en busca de la victoria si en verdad el cuadro bético es tan bueno como se ha dicho y el Castilla tan normal como dijeron otros.
Por otra parte, hay que recordar que la insistencia de mantener a Palomino y a Orozco en juveniles ha sido otro fracaso. En primer lugar porque su rendimiento no ha alcanzado ni el treinta por ciento de su valor. No porque ellos no demostraran la pasada temporada que habían cumplido su papel en la categoría, sino porque al cerrarles el camino hacia el conjunto de Tercera, donde se incorporaron otros compañeros, a costa de mantenerlos en una categoría donde ya nada tenían que hacer, si no perder el tiempo, les privó de ese estímulo de conseguir nuevos logros, les hizo creerse que con dos pasecitos estaba todo hecho y acomodarse en su juego, porque, repetimos, que en juveniles ya habían tocado techo.
Y todo eso se hizo para buscar un título de juveniles que, a última hora, no ha llegado. En suma, hemos visto al equipo este año las veces precisas para hacernos idea de su calidad y, sin que podamos compáralo con el del año pasado, había conjunto para conseguir más. Si eso no se ha logrado, el desenlace puede calificarse de fracaso. En fin, que ser campeón no es tan fácil, sino todo lo contrario, y la evidencia demuestra que los malintencionados rumores que algunos envidiosos propalaron la pasada temporada, cuando José Ángel Moreno logró el primer título de la categoría que posee el club bético con un equipo que estuvo perfectamente ensamblado, carecían de base. Después, otros, que anteriormente habían fracasado, quisieron apuntarse tantos, pero el aficionado ignoró los cantos de sirena y concedió el mérito de la conquista a quien se lo merecía. Y, si no, ahí está el juego que realiza el equipo de Tercera División.