El Betis, más que el Barça, de Manuel Lara.

En contra de lo que parece anunciar el titular de este artículo de diciembre de 1982 del periodista Manuel Lara en el semanario Hoja del Lunes, el contenido del mismo se manifestaba en contra de la trayectoria emprendida por el club bético. El Betis era más que el Barça en el sentido de que la rotación de entrenadores durante la presidencia de Juan Manuel Mauduit era superior a la del Barcelona de José Luis Núñez, todo un clásico en esa época en la destitución continua de entrenadores.
Con la gran diferencia de que el Betis no podía competir económicamente en esa carrera loca de cambio de entrenadores. En la fecha en que se escribió el artículo, finales de diciembre de 1982, Marcel Domingo acababa de sustituir a Antal Dunai al frente de la primera plantilla verdiblanca.
El Betis de Mauduit supera ya al Barcelona de Núñez en la contratación de entrenadores. Siete técnicos para un trienio nefasto en la historia del club. León Lasa, Carriega, Luis Aragonés, Iriondo, Pedro Buenaventura, Dunai y Marcel Domingo. Por el club catalán en un tiempo más o menos similar pasaron Lucien Muller, Rifé, Helenio Herrera, Kubala, Herrera de nuevo y Lattek, por ahora. Como se aprecia el Betis es más que el Barcelona, pero sin el dinero de este equipo, en cuyo seno resbalan las baladronadas del presidente. A los cien mil socios que apoyan a la Masía, no les importa ser masoquistas.
En el Betis, una vez más, se obró ilógicamente. Lo racional, consumado el cese de Dunai, hubiera sido designar a un técnico de la casa sucesor del húngaro. Pues no, el Betis ha vuelto a fichar, cuando para la economía del Betis el fichar a un profesional es un dispendio. La tesitura económica es mala y antes que contratar a un nuevo técnico hasta la fórmula jugador-entrenador, en este caso Cardeñosa, hubiera valido por ilegal que parezca.
Dunai duró más de la cuenta y por eso me extraña la reacción de los jugadores, un tanto indignados por el cese. Dunai, al margen de los errores de los directivos, no supo cogerle el aire a la Primera División del fútbol español; amén de que el relajamiento disciplinario en la plantilla era notorio.
Dos futbolistas salvaron hasta hoy muchas cabezas, incluidas las de los directivos. Canito y Rincón mantienen al Betis. El libre, jugando al treinta por ciento de su rendimiento da la talla, el único, en una línea defensiva que Marcel Domingo debe “aggiornar” a marchas forzadas. Rincón, con sus goles, demuestra que a base de confianza y partidos es un futbolista parido en la santa casa blanca de Madrid, donde prefieren antes que nada al futbolista de competición.
Marcel Domingo, ¿será capaz de recuperar al cien por cien a los demás jugadores que dentro de la plantilla del Betis están capacitados para jugar en Primera División?
Ingrata va a ser la tarea del técnico galo que vuelve al fútbol español con aires innovadores.
Dicen los que entienden de esto que en el fútbol está todo inventado; Marcel Domingo también era de esa opinión antes del regreso de Francia. Marcel cuenta en la actualidad que en su país de origen aprendió nuevos métodos que ahora pondrá en práctica en el Betis. Ya veremos, ya veremos…
Esta tarde comenzará una etapa del Betis dentro del casi concluso mandato de Mauduit, un hombre aparentemente desligado de la marcha de la entidad, y que anhela que el calor asome por las puertas de la ciudad. Con el cambio climatológico vendrá su marcha, que podría precipitarse si la operación Marcel Domingo, dirigida por el señor León, resulta frustrante.
El triunfo de Marcel Domingo no supondrá un logro de la directiva, que ha actuado en este caso fuera de las posibilidades del club. Trabajar en los despachos futbolísticos es una cuestión muy distinta a la alegría de los despilfarros. La suerte, el albur, va a entrar en juego y así no puede llevarse una empresa.
Desde luego en su día no será apetecible el sillón presidencial del Betis; sin embargo, en esta vida hay “gente pa tó” y los aspirantes al cargo serán varios. El que salga elegido tendrá, entre las múltiples tareas a emprender, una primordial, y será la de que el Betis vuelva a ser el Betis y no el Barcelona; esto último es un lujo que no está al alcance del club verdiblanco.