El fotografo estaba allí. Marca. 1956
En marzo de 1956 el Betis, entrenado por Pepe Valera, es segundo de la clasificación de la Segunda División, detrás del Real Jaén. Ello le da opción a retornar a la Primer División, de la que lleva ausente desde 1943, incluidos 7 años en Tercera División, mediante una Liguilla de ascenso a disputar a final de la temporada regular.
La euforia cunde entre la afición. Fiel reflejo de ello es esta imagen que aparece en Marca el 11 de marzo de 1956, y que corresponde a los momentos previos al Betis-Málaga disputado en Heliópolis el 4 de marzo y en el que los béticos se impusieron 2 a 1, con tantos de Cela y Del Sol.
Una señorita salta al terreno de juego para inmortalizar con su cámara la alineación de ese día: González; Portu, Vilariño, Cifuentes; Felipe, Cabrera; Del Sol, Guerrero, Cela, Sobrado y Linares.
El fotógrafo Sánchez del Pando es el autor de esta instantánea, que es comentada siete días después en las páginas del diario deportivo madrileño:
Usted amigo, buen aficionado al fútbol, de los que no se pierden un partido, y cada domingo empieza su jornada futbolística a las nueve, para terminarla en el Metropolitano o en Chamartín, ya sabe que en la historia de la afición no hay otra tan fiel, tan abnegada, tan orgullosa de su prosapia como la del Betis. Si no lo sabe, vaya usted a Sevilla y lo verá. Claro que mejor hubiera sido hace unos años, cuando las cosas iban peor por Heliópolis y los blanquiverdes se debatían en una zona difícil, sin encontrar solución a su problema, que es el de volver a ser lo que fueron. En aquellos años, en el café, en la calle, en Nervión y hasta en el propio Heliópolis, después de una derrota, podía usted oír a un bético de corazón: “¡Viva er Beti manque pierda¡”.
Las cosas, al parecer, han cambiado un poco, no en cuanto al hincha, sino en relación con la marcha del equipo. El Betis va caminando con pie seguro hacia la Liguilla, donde puede, al fin, coronar la empresa que tantos años lleva persiguiendo. Anta tan esperanzador panorama hay que comprender que el hincha que sufría calladamente las derrotas, sin renunciar a sus ideales, en espera de tiempos mejores, ahora que han llegado, se manifieste más alborotador, más entusiasta, más decidido que antes, y no se contenga porque la alegría de volver a entendérselas con el Sevilla le baila en el corazón.
Por eso no hay que mostrarse sorprendido ante la decidida incursión de esta seguidora del Betis, que ha saltado al campo con una máquina de retratar dispuesta a tomar una instantánea de su equipo, porque la chica querrá dejar constancia en su álbum de la época de Segunda, con la esperanza de que no vuelva a repetirse.
Una foto así le servirá a su tiempo para poder presumir tanto como aquellos que ahora hablan de los chutazos de Lecue, las paradas de Urquiaga y los despejes de Areso y Aedo.