El nombre del día. Celso Mendieta 1977
El delantero paraguayo Celso Mendieta llegó al Betis en junio de 1974 procedente del Guaraní de Asunción. En febrero de 1977 fue protagonista de una espantá en el sentido más absoluto del término, pues dejó de asistir a los entrenamientos el 9 de febrero y volvió con su familia a su país, y no se reincorporó al club hasta mediados de agosto, aunque sería inmediatamente traspasado al Real Zaragoza.
Los motivos aducidos por el jugador para este abandono del club fueron varios, desde que su mujer quería dar a luz en Paraguay hasta que había ido a tratarse de una lesión. La decisión del club fue presentar ante la Federación una denuncia de suspensión temporal del contrato.
En las páginas del diario deportivo Marca el caso Mendieta fue muy comentado, y como ejemplo de ello este artículo publicado el 12 de febrero de 1977 en la sección El nombre del día.
Llegó en el verano del 74 con etiqueta de extranjero, se nacionalizó antes de empezar esta temporada para que en las filas del Betis pudiera caber Muhren, cobró su dinerito por hacernos el honor de tener pasaporte español, y ahora, de buenas a primeras, ha tomado ese mismo pasaporte (o quizás el paraguayo) y se ha marchado a Asunción.
Que haya vendido el coche, que haya liquidado el hogar donde vivía, hace suponer que Celso Mendieta no tiene intención de volver, ni siquiera a tomarse unos finos en un alegre bar sevillano.
Los jugadores sudamericanos suelen resultar más baratos a la hora de adquirirlos, sobre todo si proceden de Paraguay. Pero los jugadores sudamericanos tiene también–con excepciones elogiables–esta clase de pegas. O se marchan de vacaciones y se les olvida que las hojas del calendario van cayendo diariamente, con lo que hay que gastarse buenas pesetas en conferencias investigadoras, reclamando su presencia, o de repente les da la vena y se marchan a su tierra, a las que les vio nacer, sin decir adiós.
El caso de Mendieta, aunque vuelva, que lleva los visos de haberse marchado para que no le encuentren, es, desde ya, una estafa que le ha hecho a su club. Si estaba enfermo, aquí se le podía cuidar y tenerle dispuesto inmediatamente para una alineación necesaria. Suponiendo que haya pensado que en Asunción se repondría antes, cualquiera sabe por cuánto tiempo prorrogará su convalecencia, con grave perjuicio para el club que le paga.
Pero siendo malo esto, peor es que Mendieta se haya llevado unas letras que tenía para cobrar, quizá habiéndolas cobrado ya. Eso ya está calificado en el Código como estafa.