El nombre del día. Rafael Iriondo 1976
En octubre de 1976 Rafael Iriondo sustituye a Ferenc Szusza al frente del equipo como ya vimos aquí.
En las páginas de Marca del 30 de octubre de 1976 se escribe este artículo dedicado al nuevo entrenador verdiblanco y las especiales circunstancias en las que llegaba, ya que no era común que el entrenador en activo tuviera que abandonar un club en plena temporada.
Rafael Iriondo, mítico jugador del Athletic en la década de los 40, llevaba en el mundo de los banquillos desde 1955, y sus dos campañas anteriores había entrenado al Athletic Club.
Parecía raro que Rafael Iriondo, que tiene acreditadas sus condiciones de buen entrenador, tanto al frente de la Real Sociedad como del Athletic, fuera de los técnicos en paro al iniciarse la temporada. Parecía raro, pero el hombre estaba en expectativa de destino.
La marcha de Szusza ha arreglado lo que más bien tenía aire de entuerto. Rafael Iriondo, un hombre que vive el fútbol y que está en todos los acontecimientos futbolísticos por amor al oficio, tendrá lugar adecuado en el Villamarín para seguir el camino marcado por el entrenador húngaro, que, a pesar suyo y de la afición, tiene que decir adiós para regresar a su país.
Es posible que este relevo que se produce en el Villamarín no tenga antecedentes en la historia. Cuando un entrenador se va con la temporada en marcha, es porque le retiran la confianza; es porque no consideran en la directiva que está haciendo las cosas como se deben hacer; es porque la afición ha manifestado su hostilidad contra el señor del banquillo. Entonces el entrenador que llega se ve en la obligación de cambiar todo el sistema, en busca de mejores resultados.
En este caso no parece que Iriondo necesite dar la vuelta a la tortilla, porque el trabajo que estaba realizando Szusza gustaba a todos y rendía lo suficiente como para considerarle idóneo, a tenor de la plantilla que manejaba. Naturalmente, que si cada maestrillo tiene su librillo, Iriondo tendrá que trabajar con lo que sabe; pero es evidente que no estará forzado a modificar cuestiones que los de le casa verdiblanca se apresurarán a confirmarle como de excelente resultado.
Iriondo no es hombre dado a la presunción y, sin duda, parece el más adecuado para heredar un puesto que ha sido desmontado sin derramamiento de sangre.