Entrevista a un enterado 1943

Ya hemos visto recientemente aquí como la dimisión de Cesáreo Baragaño como entrenador del Real Betis Balompié a finales de diciembre de 1942 y su sustitución por Francisco Gómez, tras la mala primera vuelta liguera, abrió las esperanzas entre el beticismo de conseguir enmendar la deficiente trayectoria del equipo.
Esta entrevista que hoy traemos se publicó el 1 de enero de 1943 en el diario FE, y de ella no sabemos quién fue su protagonista, dado que permanece en el anonimato y de él sólo se dice que es «un enterado». Por el nivel de conocimiento que demuestra de las interioridades del club verdiblanco no cabe ninguna duda que sería algún directivo del momento, de la junta directiva que presidía Alfonso Alarcón.
En la entrevista se justifica el cambio de entrenador después la pésima primera vuelta, el equipo era último con 5 puntos (1 victoria, 3 empates y 9 derrotas), y se da cuenta de un viaje del secretario técnico Manolo Simó a Bilbao con el fin de recabar la ayuda del club rojiblanco («una ciudad del norte, en donde radica cierto club histórico que siempre ha sostenido las mejores relaciones con el Betis«), mediante la cesión de jugadores jóvenes. Esta gestión, como ya vimos aquí, al final no dio ningún resultado, pues se desechó la cesión por parte del Betis por la excesiva juventud de los futbolistas en unos casos o por su veteranía en otros.
El grave problema que tiene planteado el Real Betis Balompié con su delicada situación en el torneo liguero, tan amenazadora para su permanencia en la primera división, es cuestión que merece especial comentario en los centros deportivos, y que apasiona vivamente a sus partidarios.
Hemos tenido la fortuna de encontrarnos con un enterado de las cosas del club blanquiverde “por dentro”, quien, abordado por nosotros, nos ha manifestado lo que vamos a transcribir a los lectores.
- Qué, ¿se ha celebrado la anunciada reunión de la directiva?
- Sí, y ha tomado acuerdos trascendentales. Ya podía figurarse que no había más remedio que adoptar remedios heroicos, como usted decía en una de sus informaciones, porque la situación no era para menos. El equipo no ha hecho más que dar tumbos durante la primera vuelta, y la cosa no podía continuar igual para la segunda sin intentar una solución. Para nadie era un secreto el malestar que existía en el club por la actuación del entrenador Baragaño. No soy de los que creen, ni tampoco los directivos, en la influencia del preparador en las malas actuaciones, pero era ya cuestión de moral. El propio Baragaño ha dado todas las facilidades, presentando la dimisión, y del entrenamiento se encargará Gómez, el veterano jugador
- Bueno, esto en cuanto al entrenador. ¿Y del equipo?
- Respecto al equipo también habrá grandes novedades para la segunda ronda liguera. El secretario técnico del club, Manolo Simó, ha salido el lunes para Madrid en viaje misterioso
- ¿Y ese “misterio”…?
- Se lo voy a aclarar en parte, con la condición de que reserve quién es el informador
- De acuerdo
- El término del viaje de Simó es una ciudad del norte, en donde radica cierto club histórico que siempre ha sostenido las mejores relaciones con el Betis. Hace tiempo que hubo una oferta de cierto número de jugadores “promesas”, los cuáles serían cedidos por un tiempo determinado. Los directivos han entendido que ha llegado el momento de aceptarla, y para formalizar esos traspasos es para lo que viaja el delegado del club blanquiverde
- ¿De cuántos jugadores se trata?
- Creo que son cinco. De los nombres no estoy seguro; sólo sé que uno de ellos es Petreñas y que pariente del antiguo jugador del mismo apellido. Se trata de que se trasladen seguidamente a Sevilla para acoplarlos al equipo antes de que se reanude la competición liguera
- Cinco jugadores pueden representar un buen refuerzo
- Que buena falta nos hace. Lo que es preciso que den el rendimiento esperado
- Pues que se confirmen esas esperanzas
- Y que los dos lo veamos, para bien del Betis
Un apretón de manos y un mutuo deseo de felicidad para el nuevo año fue el final de la sustanciosa charla.