Entrevista Antolín Ortega 1981
Antolín Ortega llegó al Betis en 1978 y desde el primer momento se ganó la admiración y el respeto de la afición bética por su entrega, su lucha y su profesionalidad.
En septiembre de 1981 en el diario deportivo As se publicó esta entrevista, en la que el jugador repasa sus comienzos en la cantera del Real Madrid, las dificultades para jugar en el primer equipo blanco y sus cesiones a varios clubs (Osasuna, Castellón), su paso por el Cádiz y su llegada al Betis en 1978.
A punto de comenzar su cuarta temporada en el cuadro bético, de las 9 que estuvo, las ilusiones de Ortega pasaban por seguir jugando con regularidad y por que el Betis alcanzase el nivel mostrado en esa misma temporada en un partido histórico (la victoria 0-4 en el Calderón frente a un Atlético de Madrid que iba líder). Todo ello de la mano de Luis Aragonés, quien a los pocos días de la publicación de esta entrevista dejó el Betis por sus problemas de salud.
Es un madrileño trasplantado a Sevilla, adaptado al estilo sureño, después de vivir, convivir y hacerse prácticamente a orillas del Atlántico en la milenaria Cádiz. Antolín Ortega García nació en Madrid, y en aquel Madrid de los años 60 comenzó a jugar al fútbol, y a darse a conocer, en el Plus Ultra, en el Castilla, en las escalas inferiores del Real Madrid.
– Pero no tuve ocasión de llegar a ser jugador del primer equipo del Real Madrid. Claro que había unos fenómenos en el Madrid de mi etapa de juvenil y de amateur, en los primeros años de profesional, que hicieron prácticamente imposible que yo saliera. Así, de memoria, me acuerdo que estaban los Velázquez, Pirri, Grosso, después Netzer, y otros compañeros más, incluso Del Bosque, Fermín…qué sé yo. Era muy difícil.
– ¿Por eso eras cedido?
– Pues sí. Es lógico. Por una parte, a mí lo que me gustaba era jugar, y, por otra, el Madrid me cedía para que no estuviera inactivo esperando. En una de estas cesiones recalé en el Cádiz, y, después de jugar cedido un par de años, me quedé ya en el club gaditano, hasta que fui traspasado al Betis en la temporada 1978-79. Aquella misma temporada se interesó por mí el Sevilla, pero fue el Betis quien se hizo con mis servicios
– ¿Te costó trabajo ser titular y jugar en el Betis?
– Naturalmente. Llegamos Villalba y yo. En el Betis había extraordinarios jugadores. Se acababa de ganar la Copa del Rey y, sin embargo, el equipo bajó a Segunda. Llegábamos, pues, en un momento especial. Sin embargo, en seguida me acoplé. Había tres medios que eran tras monstruos, como López, Alabanda y Cardeñosa, y estaba Benítez, que jugaba también en esa demarcación. Pero empecé a jugar pronto, porque encontré una gran comprensión entre los compañeros, en los técnicos y en los aficionados, que me acogieron desde el primer momento con mucho cariño.
– ¿Cuál es tu secreto?
– Es muy fácil. La clave de jugar mucho y de que cuenten con uno, es entregarse en cada partido.
– ¿Nunca has pensado en ser internacional?
– ¡Hombre¡, claro que sí. Incluso estuve a punto de serlo, y hubo momentos en que se habló de mí en altas esferas para ello. Pero pasó todo, porque voy a cumplir treinta años y soy realista. Lo que yo pienso ahora es seguir siendo útil al Betis, y culminar mi proyecto
– ¿De qué se trata?
– Pues de instalar un establecimiento comercial de material deportivo en la vecina localidad de Dos Hermanas. Para cuando me retire, claro. Pero ya estoy en las instalaciones.
– ¿Mucha cuerda todavía?
– Creo que sí. Yo me cuido mucho. Pienso sólo en el fútbol, en jugar y como soy profesional… Esta es mi cuarta temporada en el Betis y pienso que estoy en condiciones de rendir con mayor regularidad si cabe, porque estoy más acoplado, lo mismo que todos los compañeros.
– ¿Qué hará el Betis de Luis Aragonés?
– El Betis ya demostró la pasada temporada que es capaz de alcanzar las metas más altas en el fútbol español. Con Luis, como con Carriega, el Betis lo puede lograr todo, pero sin ser “Currobetis”, sino el Betis que asombró en el Vicente Calderón. Ese Betis es el que quiere Luis, y el que queremos todos.
Todo honestidad, entrega absoluta siempre, pundonor y profesionalidad, junto a una indiscutible calidad de futbolista, son los poderes de este madrileño trasplantado al Sur, afincado en Sevilla, que ya tiene puestas sus ilusiones de un mañana, que tiene que llegar, en la vecina Dos Hermanas. Suerte
Fuente: Justo Andrés en AS 13 de septiembre de 1981