Entrevista Diego Soto 1981
Diego Soto fue el preparador de la primera plantilla del Betis entre 1980 y 1992, llegando al club a través de Pedro Buenaventura. Y lo hizo con una edad muy joven, con solo 23 años, aunque como contó recientemente en el programa Béticos de Betis Televisión dijo tener una edad superior, 26, pues él mismo se veía tremendamente joven para el puesto de responsabilidad al que accedía.
En la entrevista que hoy traemos, a cargo de Francisco Pérez y publicada en Nueva Andalucía el 18 de marzo de 1981, declara esta edad de 26 cuando realmente tenía 23, y nos relata sus inicios en el mundo del balón como futbolista juvenil, lo que dejó para dedicarse de forma exclusiva a la preparación física en el Instituto Nacional de Educación Física en Madrid, de donde salió excelentemente formado.
El puesto de preparador físico en el Betis de forma exclusiva como tal era de muy reciente creación, concretamente de la temporada 1977-78 cuando Felipe Del Valle fue el primero que lo ocupó. Con anterioridad en la década de los 40 tenemos constancia de que el atleta Francisco Ruiz Soler, atleta vinculado al club, se encargaba puntualmente de la preparación física de los jugadores de la primera plantilla, pero sin la existencia de una estructura dedicada a ello de forma permanente. Más tarde sería Ernesto Pons en la década de los 60 quien desempeñaría estas labores, compaginándolas con otras como la dirección de la cantera o de algunos equipos de ésta, como el amateur o el juvenil.
Iba para futbolista del montón y decidió un buen día dar un golpe de timón a su vida y dejar la deriva que se vislumbraba en perspectiva, para tomar derroteros más firmes y afianzados por la vocación. Y Diego Soto, nuestro personaje, preparador físico de la primera plantilla del Betis, supo encontrar en el mundo del deporte, pero no en el plano del deportista profesional, sino en el de técnico, la vereda en que se encauzaría su vida.
– ¿Tan malo eras como jugador, Diego?
– No es que fuera muy malo. Físicamente no tenía problemas y en el plano técnico, sin ser un fenómeno, me defendía, pero la vida de un deportista profesional exige muchos sacrificios y yo no quería dejar mis estudios. Así que hice mi carrera de Educación Física en el INEF, especializándome en fútbol y también como entrenador de atletismo. Más tarde saqué el título de entrenador regional.
– ¿Cómo fue tu fichaje por el Betis?
– Como sabes el año pasado, siendo entrenador-seleccionador de la selección juvenil de Córdoba, que jugó la Olimpiada juvenil en Cádiz, quedamos campeones. En la entrega de premios que se celebró en Sevilla, unos directivos del Betis contactaron conmigo y me hicieron una oferta para que pasase a engrosar los escalafones técnicos del club. Como no hubo por mi parte ni por la del club ninguna pega en el aspecto económico, me vine para acá a trabajar
– Tu profesión tiene fama de estar mal pagada…
– Sí, no está bien pagada, pero eso en estos momentos no me preocupa. Posiblemente en otros sitios estaría ganando más que en el Betis, pero soy de la opinión de que primero hay que demostrar lo que se vale para luego exigir. Además, el ser preparador físico de un equipo como el Betis tiene mucha proyección. Ten en cuenta que he llegado muy pronto a ocupar un puesto de estas características, pues tengo 26 años
– ¿Qué autonomía de decisión tienes desde tu puesto?
– El responsable máximo siempre es el entrenador, pero si hay confianza entre él y el preparador físico, como ocurre con Luis Cid Carriega, que en este aspecto es fenomenal, entonces te deja bastante campo para actuar. En este aspecto no tengo ningún problema. Él sabe respetar mi trabajo
– Siempre te vemos cargado de una carpeta y con no pocas anotaciones en su interior…
– Sí, eso le puede extrañar a quien no comprende que la ciencia puede ser aplicada al mundo del fútbol. Yo durante los partidos, durante los entrenamientos, realizo clasificaciones que pretenden ser objetivos del rendimiento de cada jugador particular. Mis gráficas, muestras y demás, darán luego la pauta para planificar el trabajo de la semana
– Se habla mucho de las pretemporadas y de su importancia cualitativa. ¿Nos podría explicar en qué incide esta importancia?
– Sí, la pretemporada, una buena pretemporada, claro que es fundamental. De una forma fácil de entender, podíamos decir que el trabajo de pretemporada lo almacena el jugador y de ahí podemos ir sacando las energías necesarias al futbolista para que éste conserve la forma. La pena es que el ritmo normal de entrenamientos se interrumpe con los trofeos veraniegos que, por intereses de los clubs, se convierten en partidos de “temporada”, aunque no de competición oficial
– ¿Cómo fue la del Betis?
– Magnífica. Los resultados saltan a la vista. Las lesiones musculares han sido mínimas y el estado físico de los jugadores es muy bueno
– Lo cual no es poco si vemos en qué condiciones llegan a Primera División algunos de ellos
– Ese es un mal general de nuestro deporte que poco a poco va desapareciendo. En el Betis se realiza ya una buena labor de cantera. Rogelio en este aspecto está realizando una gestión fenomenal, y las consecuencias se empiezan a notar. Es necesario que cuando un futbolista llegue a Primera División no haya que enseñarle a correr, a pasar el balón o a saber relajarse, etc
– Esa sería una labor a realizar por los preparadores físicos en los años de niñez del deportista. Pero la gente cree que sois poco menos que “recuperadores de cojos”
– Hacen falta buenos entrenadores en los escalafones inferiores, hombres que estén bien pagados, En cuanto al segundo punto, la labor de un preparador físico abarca mucho campo y no se puede circunscribir a la recuperación de jugadores, aunque también las realiza, porque, no olvidemos, es un especialista en forma física
– En un mundo tensión como en el que se desenvuelve el fútbol serán muchos los factores que incidan en una bajada de rendimiento físico del jugador
– Sí, claro está. El jugador de fútbol profesional está muy mediatizado, muy expuesto a presiones ambientales. Por eso es siempre el cansancio psíquico el que se manifiesta antes que el físico. Es innegable además que de cara al mantenimiento físico del jugador, tan importante es el trabajo diario, como las horas de expansión
– Las concentraciones le hacen más daño al futbolista que le benefician, ¿no?
– Tienen su lado positivo y su lado negativo. Yo de todas formas pienso que los domingos y los lunes es cuando más se debe cuidar un futbolista, pues hay en sus organismos una serie de toxinas que, sin el adecuado descanso, pueden repercutir en su estado de forma durante la semana
– ¿Es posible mantener en el estado óptimo, físicamente hablando, a un jugador toda la temporada?
– Rotundamente no. Esto se puede conseguir en dos o tres fases durante la competición, pero regularmente durante nueve meses, no. Lo que se intenta es mantener un buen estado general
– ¿Pero al final de la Liga, con el cansancio de una larga competición y o bien los apuros clasificatorios o las ansias por una buena clasificación, por qué se intensifica la preparación en algunos equipos?
– No es posible que se intensifique en un sentido literal, sino que lo que se hace es ampliar lo más posible el espectro de trabajo, para mantener lo mejor posible al jugador en buen estado de forma, y que no decaiga en su rendimiento
– Eso está haciendo en el Betis en estos momentos, ¿no?
– Eso estamos haciendo. En el Betis hay un equipo fenomenal con un gran entrenador a la cabeza. Las aspiraciones se siguen manteniendo y hay que apretar en esta recta final.
Preguntas concretas para respuestas con nombres propios. Diego Soto advierta que son aproximativas y el fruto de una opinión particular.
– Mejor constitución física
– Alex
– Mejor rendimiento físico
– Diarte
– Mayor poder de recuperación
– López
– Mayor constancia en el trabajo
– Pozo
– Menor constancia
– Ninguno
– Jugador que más cuidados necesita
– Cardeñosa
– Más propenso a lesiones
– Carezco de estadísticas
– Moral más frágil
– Ninguno
– Moral más fuerte
– Biosca
– Agilidad
– Esnaola
– Velocidad
– Diarte
– Rapidez
– Segundo
– Elasticidad
– Biosca
– Fuerza
– Alex