Entrevista Faruk Hadzibegic 1993.
Faruk Hadzibegic jugó en el Betis entre 1985 y 1987; dos temporadas en las que dejó un estupendo sabor de boca entre la afición verdiblanca. Sin embargo su salida fue bastante traumática, enfrentado a la directiva que presidía Gerardo Martínez Retamero y una renovación que parecía bastante encauzada terminó a la deriva y con el futbolista camino de Francia, donde firmó por el Sochaux, un modesto conjunto francés que por esos años vivió su época más esplendorosa.
Esta entrevista, publicada en Diario 16 Andalucía en abril de 1993 fue realizada por el periodista Manolo Rodríguez, y en ella Hadzibegic narra su experiencia personal en la guerra de Bosnia, que en esos años estaba en su máximo apogeo, con el cerco de Sarajevo, la ciudad natal de Hadzibegic.
También recuerda su época en el Betis, y ya con el paso del tiempo veía con una mayor distancia las culpas de unos y otros en el proceso por el que en 1987 no renovó con el Betis. También se emplazaba a volver al club, cosa que sucedió en el año 2000 cuando ejerció de entrenador de la primera plantilla en las jornadas finales de la temporada 1999-2000, y en la campaña siguiente en la que ejerció de secretario técnico del club.
Faruk Hadzibegic es un jugador de élite que ahora piensa muy poco en el fútbol. Sencillamente, porque su origen bosnio lo tiene atrapado en el horror de la guerra. Este elegante líbero, de paso por Sevilla, ha evocado el drama que le consume y los bellos recuerdos de su etapa en el Betis. Un tiempo donde aprendió a ser mejor y que, según dicen, lo marcó para siempre. Como esa guerra que ha borrado casi de los mapas a su Sarajevo natal.
– ¿Es posible vivir en paz conociendo los horrores que asolan a su patria?
– Es muy difícil mantener la serenidad viendo las imágenes de barbarie, y temiendo cada día por los familiares que todavía permanecen en Sarajevo. Y, sobre todo, comprobando que la comunidad internacional nos ha dado la espalda
– ¿Qué familiares tiene todavía en Bosnia?
– Allí quedan algunos parientes de mi madre y de mi mujer
– ¿Los más directos están con usted?
– Tengo a treinta y una personas a mi cargo, las cuales están repartidas entre mi casa de Francia y las de algunos amigos de Sevilla y de Viena. Incluso ahora están viviendo conmigo en Sochaux dos compañeros con los que jugué en el Sarajevo, Ferhatovic y Jarjos, que han permanecido durante once meses en el frente
– ¿Cómo sacó a su familia de Sarajevo?
– Protagonizando una auténtica odisea. Organicé un viaje hasta París que duró siete días, cuando la distancia se hace habitualmente en dos horas y media. Desde Sarajevo hasta Belgrado se desplazaron en vuelo regular, hasta Viena fueron en dos pequeños aviones para cuatro pasajeros, en el que se metieron hasta diez personas, y el último trayecto hasta París lo realizaron en un minibús
– ¿Lo ayudaron sus amigos serbios a trasladar a su familia?
– Sí, no puedo silenciar que algunos amigos serbios me prestaron su ayuda
– ¿Por qué esta locura de la guerra?
– Porque los antiguos comunistas, que ahora se llaman serbios, no renuncian a su poder. Siguen con sus mismas ambiciones y abusan de la fuerza que les da controlar la policía y el ejército. Pero no todos los serbios son asesinos, ya que el grupo fanático que los dirige es muy reducido
– Usted profesa la religión musulmana, ¿verdad?
– Antes que musulmán soy bosnio, y digo esto porque en Sarajevo jamás hubo conflicto de religiones. Durante mucho tiempo convivimos pacíficamente los católicos, los musulmanes y los judíos sin que los serbios utilizaran la religión como elemento de conflicto. De hecho, Sarajevo fue siempre un modelo de tolerancia, donde en la misma calle es posible encontrar una mezquita, un templo católico y una sinagoga
– ¿Qué siente ahora por los serbios?
– Un profundo desprecio. No quiero ni verlos porque no tienen ningún derecho a matar como están matando
– Sin embargo, su entrenador en el Sochaux, Takac, es serbio…
– Sí, él es serbio
– ¿Y hablan del asunto?
– Muy poco. No es un tema grato de hablar. Así, además, evitamos discrepancias
– Por el contrario, su compañero Bazdarevic sí es bosnio como usted…
– En efecto y con él sí que comento todo el sufrimiento de nuestro pueblo
– ¿Por qué piensa que la comunidad internacional no le ha puesto freno a los desmanes serbios?
– La comunidad internacional se está equivocando desde el primer día, y nunca ha llegado a comprender el drama de Bosnia. En Kuwait intervinieron porque había petróleo, pero en Sarajevo, en Srebenica y en Gorazde sólo hay muerte y miseria. La gran verdad, sin duda, la ha dicho el Papa al señalar que nadie podrá decir nunca que no sabía lo que estaba pasando en Bosnia
– Aunque cueste trabajo, hablemos de fútbol. ¿Cuántos años lleva ya en Francia?
– Seis temporadas llevo en el Sochaux y creo que muy pronto voy a renovar por una más
– ¿Cómo ha sido este tiempo en el Sochaux?
– En Francia me siento muy bien. Un año fuimos finalistas de Copa, otro jugamos la UEFA, y durante las últimas temporadas hemos consolidado al equipo en la Primera División. Pero echo de menos el sol de España, aunque mi hija pequeña, que nació en Francia, se queja siempre del mucho calor que hace en Sevilla
– ¿Y usted, añora el Betis?
– Del Betis sólo tengo recuerdos maravillosos. Mis dos años en Sevilla fueron muy importantes y no he negado nunca que cambiaron mi vida
– ¿Por qué?
– Porque en Yugoslavia había conocido la cara más fea de la vida y creo que los resultados se están conociendo ahora. En Sevilla, sin embargo, descubrí el mundo occidental, el mundo libre, y aprendí a apreciar otras cosas desconocidas hasta entonces para mí
– ¿Qué cosas?
– Sobre todo, aprendí a amar a la gente
– ¿Mantiene un contacto habitual con sus ex compañeros del Betis?
– Sí, hablo frecuentemente con muchos de ellos, que me cuentan cómo va el equipo y me refieren las cosas que están pasando en sus vidas. Porque de aquella época ya no queda nadie en el Betis
– Usted ha dicho muchas veces que volverá algún día…
– Y lo sigo diciendo. No sé cuándo, pero algún día volveré al Betis, porque de lo que estoy seguro es de que deseo vivir con la gente que quiero y que me quiere
– ¿Por qué se fue?
– Porque se enconó mi relación con la directiva de entonces y se dijeron cosas desagradables por parte y parte que, al final, impidieron el arreglo. Pero no le guardo rencor a nadie, ya que el tiempo me ha hecho comprender que cada uno defendimos nuestros intereses y eso no se puede criticar nunca
– ¿Conoce el estado de postración en que se encuentra el equipo?
– Mis amigos béticos me han contado que la temporada ha sido muy irregular, y que prácticamente se han perdido todas las posibilidades de ascenso. Pero no sé mucho más, aunque lo ideal sería que se preparara seriamente el futuro y se hiciera un buen proyecto de equipo para los años venideros
– ¿Usted tiene decidido ser entrenador?
– Sí, mi vida es el fútbol y a él quiero dedicarme en el futuro. Pero todavía creo que me queda un año o quizá dos como jugador
– También como jugador de la selección de Bosnia…
– Sí, ya que con esta iniciativa estamos recaudando fondos para quienes sufren los horrores de la guerra. Ya hemos disputado algunos encuentros, el día 9 de junio jugamos contra Croacia en Zagreb y al acabar la Liga española querríamos jugar un partido aquí en Andalucía