Entrevista Fernando Varela 2002
Fernando Varela debutó con el Betis en partido oficial cuando aún tenía 17 años de la mano de Lorenzo Serra, que lo hizo debutar en mayo de 1997 en partido de Liga contra el Valencia en Mestalla.
Sin embargo con los entrenadores que sustituyeron al balear Varela no tuvo apenas oportunidades, por lo que tras regresar al filial, en diciembre de 1999 fue cedido al Extremadura. El descenso del Betis a Segunda División en la temporada 1999-00 fue la oportunidad para toda una generación de canteranos, que cogieron un extraordinario protagonismo en el equipo que consiguió el ascenso en la 2000-01.
Esta entrevista a Varela, a cargo del periodista Eduardo Barba, se publicó en ABC el 24 de octubre de 2002, cuando Varela estaba viviendo su mejor etapa de verdiblanco. Hacía poco más de un mes había marcado un extraordinario gol al FC Barcelona en el partido disputado en el Nuevo Colombino onubense, ante el cierre federativo del Ruiz de Lopera, y era un asiduo componente de la selección sub 21.
Fue el primero de la quinta de canteranos del Betis que ahora triunfa que dio el salto e incluso compitió como internacional. Pero la suya ha sido la escalada más sosegada y lenta, sin estridencias ni grandes titulares pero con seguridad y paso firme. Varela ha trabajado en silencio y se ha ganado a pulso un sitio en el equipo de Víctor Fernández, con el que el nazareno ha logrado el reconocimiento del que otros colegas de escalafones inferiores ya gozaban. Él lo sabe y lo disfruta.
– Llevo muchos años, sí, pero soy joven. Si otros han explotado antes, pues me alegro por ellos, pero hay que tener en cuenta los problemas de cada uno, como los míos con las lesiones el año de Fernando Vázquez, que era crucial. No me preocupa haberme consolidado más tarde, lo importante es que ya estoy ahí.
– ¿Perdió en algún momento la paciencia esperando una oportunidad como la que tuvieron otros?
– Me tuve que ir seis meses a Extremadura el año de Griguol, pero en ningún momento me impacienté, siempre he estado muy tranquilo porque he pertenecido en todo momento al Betis, que es el club en el que quiero estar. Ya juego aquí y por lo tanto mi objetivo profesional se está cumpliendo con creces. Lo de la cesión fue con 20 años y además me sirvió de mucho, todo me salió rodado; y como luego volví…
– Igual ha podido ser beneficioso para usted ser el «tapado», el canterano que menos deslumbraba. Eso le habrá restado presión…
– No lo sé, no lo veo tan claro. De todas formas, no suelo mirar quién destaca y quién no, no me interesa demasiado eso.
– ¿Es consciente de que transmite a la grada una imagen más gris y fría que otros como Capi o Joaquín, de que ha calado menos en la afición que otros canteranos?
– Eso siempre me ha gustado puntualizarlo, porque la verdad es que no soy una persona nada fría, ni fuera ni dentro del campo. A la hora de trabajar puede ser que parezca algo más serio, bueno, pero luego me gusta el cachondeo como al primero. Sé que la afición puede pensar esas cosas, que soy un tío serio y tal, pero luego me gusta más la guasa que a muchos de los que hay aquí; lo que pasa es que sé cuándo hay que estar de guasa y cuándo no.
– ¿Ha sentido en algún momento envidia de la popularidad de otros compañeros suyos?
– Envidia sana, en todo caso. Lo que me hace sentir el éxito de estos compañeros es sobre todo orgullo, porque es gente que ha salido de muy abajo y que está consiguiendo grandes cosas, algunos de ellos después de haberse tenido que ir cedido, como yo. Vernos ahora juntos jugando en Primera es lo más bonito que hay. Me alegro mucho por ellos y por su popularidad, que no es más que el reconocimiento de la gente.
– ¿Cuál es el secreto para que aparezca una quinta como ésta?
– Ya hubo otra quinta igual, con Cuéllar, Merino o Márquez. No es fácil saber por qué sale un grupo así de vez en cuando, pero dentro de poco saldrá otro, seguro. En nuestro caso, creo que se trata simplemente de saber aprovechar oportunidades.
– ¿Es de los que piensan que si el Betis no hubiese descendido a Segunda no hubiera podido cuajar un grupo de chavales así?
– Si no bajamos, las oportunidades hubieran sido muy pocas. Es triste, pero a los de la cantera nos benefició que el equipo descendiera. Fue entonces cuando el club decidió mirar abajo y se dio cuenta de que había gente que valía mucho. Es una lástima que haya que bajar para que ocurra.
– ¿Son muchas las posibilidades de que este grupo se desmorone?
– Hay que vivir el presente, disfrutar de él, y lo que tenga que llegar llegará. No se puede estar continuamente pensando que Joaquín se va. Además, ha dejado bien claro que se quiere quedar mucho tiempo si se arreglan algunas cosillas. Todos queremos terminar nuestra carrera en el Betis y vivir tranquilos, creo.
– Incluido usted…
– Me quedan tres años aquí. Después… veremos, pero no me importaría terminar mi trayectoria profesional como bético.
– ¿Piensa que está atravesando por su mejor momento?
– Creo que sí, todo va muy bien. Estoy jugando, me ha llamado la selección… ojalá siga todo igual. Pero el año pasado también comencé bien y luego… a la grada.
– ¿Qué pasó entre usted y Juande Ramos para que de ser titular indiscutible en la primera vuelta acabara calentando banquillo o el sofá de su casa en la segunda?
– (Varela alza su mirada y asiste con gesto de incredulidad). Lo del año pasado fue… en fin… Al principio indiscutible y luego no ir nunca convocado no es normal. Fueron circunstancias muy raras, no me lo explico aún. Yo venía cada día a hacer mi trabajo con muchas ganas e ilusión por ser convocado, pero la última palabra la tenía el entrenador… y claro.
– ¿Y claro?
– La mínima lesión que tuve no puede ser el motivo, ni mucho menos. Juande me dejó fuera, la gente se extrañó… y yo me extrañé más todavía. No sé si fue un castigo, porque no había motivos, que yo sepa. Respeto esa decisión del entrenador, como siempre, pero no la comparto en absoluto.
– ¿Cree que Juande le echó la cruz el día de su expulsión con el Athletic nada más saltar al campo?
– Aquella expulsión dio muchas vueltas, pero en ningún momento tuve intención de dar un codazo al rival, sólo quería cubrir el balón. Pero no fue la clave, antes de ese partido ya llevaba yo un mes sin ir convocado. La cosa venía de antes, eso sólo pudo ser la puntilla.
– ¿Cambió su relación con el entrenador en aquella época o siguió siendo la misma que al principio?
– (Rotundo) Para mí no fue la misma, no. Yo no entendía lo que pasaba pero él tampoco hablaba conmigo para dejar las cosas claras.
– Cambiando de tema, ¿ya se ha concienciado de que tiene que jugar de defensa?
– Sí, sí, ya sí. Sé que mi carrera pasa por jugar de lateral y ahora sólo pienso en mejorar. En ese sentido me queda mucho, claro, porque me he pegado toda la vida jugando de interior. Pero me voy adaptando y cogiendo confianza. Además, me entiendo a la perfección con Joaquín, que es el mejor en su puesto de toda la Liga.
– Y encima, la llamada de la selección después de haber pasado por las categorías inferiores. ¿Pensó en algún momento que ese tren había ya pasado?
– No, no hacía tanto que había terminado mi etapa con la sub 21 y el tren de la selección está siempre ahí, más cuando sólo se tienen23 años. Iñaki Sáez me conoce bien y eso me va a ayudar, lógicamente.
El gol al Barça
No resulta fácil que un defensa pase a los anales futboleros por un gol como el que logró Varela frente al Barcelona, auténtica muestra de eslalon. Sabedor de que se le recordará para siempre por ese tanto más que por otras muchas cosas, el jugador bético muestra sin pudor su regocijo. «La verdad es que no fui consciente del gol que marqué hasta que no lo vi al día siguiente en la televisión, como todos me preguntaban que cómo lo había hecho y eso… Al final reconocí que era un gol muy bonito, y si pasa a la historia, mejor, para mí es todo un orgullo», destacaba.
Reconocía Varela que tendrá imposible emular su acción del Nuevo Colombino. «Algo así sólo te sale una vez en la vida, ni una más, ojalá. Yo al menos puedo decir que ya me ha salido algo tan bueno, y no me lo va a quitar nadie. Para mí siempre será el mejor gol», comentaba el de Dos Hermanas, que prefiere su acción a la de Roger del domingo (gol desde el centro del campo al Recreativo). «Hombre, el suyo es también bastante bonito, pero me quedo con el mío, sin duda. El de Roger es un gran tanto, pero… el mío, el mío. Como el sábado volvemos a Huelva, a ver si lo repito…-se ríe-. Bueno, con que ganemos…».