De la verbena al barullo, de Antonio Valencia
En abril de 1971 Español y Betis se cruzaron en dieciseisavos de final de la Copa. Un empate a 0 en el Villamarín y un empate a 0 en Sarriá, tras los 30 minutos de prórroga, depararon que la eliminatoria se dirimiera en el lanzamiento de penaltis.
Esto suponía una novedad absoluta en la competición oficial, ya que hasta la temporada anterior cuando una eliminatoria copera estaba igualada tras los dos partidos, se resolvía con un tercer, y hasta cuarto, partido de desempate ya en terreno neutral.
Los lanzamientos de penaltis se habían experimentado hasta este momento sólo en los torneos de verano, pero en la temporada 1970-71 se adoptaron como medio para resolver las eliminatorias de Copa igualadas.
Y fue en esta eliminatoria entre el Real Club Deportivo Español y el Real Betis Balompié cuando se echó mano del nuevo procedimiento, aunque con una normativa poco clara que llevó a que, de la mano del colegiado balear Andrés Rigo Sureda, se procediera a lanzar primero los cinco penaltis por parte del Betis, que marcó 4 por medio de González, Machicha, Díaz y Barba, mientras que el que lanzó Pachón fue detenido por Bertoméu. A continuación se iniciaron los lanzamientos del equipo blanquiazul: Griffa marcó el primero, pero Solsona lanzó y detuvo Villanova y Carbonell disparó directamente fuera, con lo que el Betis estaba clasificado para los octavos de final.
El problema vino luego cuando el Español reclamó que la interpretación realizada por el colegiado en la forma de lanzar los penaltis, los cinco consecutivos por cada equipo y no de forma alterna como se hace hoy en día, no era la correcta. El recurso españolista fue desestimado, aunque no dejaba de tener razón en la oscura redacción del reglamento federativo.
Desde las páginas de Marca el periodista Antonio Valencia nos dejó esta pieza el 6 de mayo de 1971, en tono humorístico, ante el confuso procedimiento empleado para resolver la eliminatoria copera.
El Betis eliminó de la Copa al Español por el procedimiento de los penalties, que es el procedimiento más moderno de “muerte súbita” en el fútbol español de la Copa, llegado a ella desde lo más profundo del fútbol verbenero de los veranos, en donde por el carácter amistoso y al mismo tiempo por la necesidad de no prolongar el tiempo ferial, lo han elegido. La Federación lo ha hecho suyo y no es de extrañar que se imponga en la UEFA y competiciones internacionales serias.
A mí, con todo, me parece una camama extrafutbolística, por mucho que se utilice en el lance del fútbol. Lo mismo equivaldría a señalar vencedor al equipo cuyo representante hiciese de “jongleur” con el balón más tiempo sin dejarlo caer al suelo, al que tirase más lejos un saque de banda, etc
En los encuentros entre el Betis y el Español no hubo goles ni en los ciento ochenta minutos normales de los dos partidos ni durante la media hora de prórroga de Sarriá. Con el numerito de los penaltis, ganó el Betis que convirtió cuatro de cinco. El Español, al fallar el segundo al tercer intento, se quedó por debajo y fue eliminado. Pero el Español no protesta por el hecho de que lo eliminen de un modo tan superficial como reglamentario, sino por a su juicio imprecisión del texto reglamentario, según el que se dispone que los equipos lanzarán “alternadamente” los penaltis.
¿Qué quiere decir esto: que habrá alternativa en las series o que habrá que alternar penalti a penalti? ¿Se dispara, como en el fusil Cetme, por ráfagas o tiro a tiro? Aquí de los exégetas, pero no de la Real Academia Española, organismo que tiene que ver poco en el asunto y que lo único que puede decir es que lo “alterno” se opone a lo “continuo” o así. En el ramo de la electricidad parece claro que una cosa es corriente alterna y otra corriente continua.
Como ni al que asó la manteca le cabe en la cabeza el lanzamiento continuo de penaltis para desempatar, la duda está en si se ejecutan en ráfagas alternativas o en tiro a tiro alternativos igualmente entre uno y otro equipo. La reglamentación, que es imprecisa, no lo determina, y lo que se acuerde en este caso sentará jurisprudencia, que seguramente, para evitar líos, dejará la cuestión como está. Aunque lo cierto es que aparte de la cuestión de fondo, o sea de que los penaltis es una solución verbenera, por mucho frac reglamentario oficial que gaste ahora, la deforma indica que tiene alguna razón el Español, en el sentido de que lanzándose por series el que queda en segundo lugar tiene desventaja.
Lo lógico es que se lanzasen uno a uno y que el orden de lanzamiento se invirtiese en el caso de que con los dos primeros ( o segundos o terceros) no se hubiese solucionado la cuestión. La cosa sería todavía verbenera, pero con más orden. Ahora, sobre verbena, hay barullo.