Entrevista Luis Del Sol 1981.
Luis Del Sol abandonó el fútbol a los 38 años, en 1973, después de disputar su última campaña en el Betis a su regreso de Italia tras 10 años jugando en el calcio (8 años en la Juventus y 2 en la Roma).
Como se cuenta en la entrevista que traemos hoy, procedente de la revista deportiva Don Balón, el presidente bético José Núñez Naranjo le ofreció en ese momento integrarse en la estructura del club, donde una figura de su entidad y trascendencia histórica hubiera encontrado fácil acomodo. Luis Del Sol en ese momento contestó que no, que estaba cansado tras más de 20 años dedicado al mundo del fútbol, y que prefería dedicarse a otros negocios.
Negocios que no le fueron bien y que a comienzos de la década de los 80 le obligaron a volver al fútbol, esta vez desde la parcela técnica. Así entrenó en categoría regional al Carmona en la temporada 1980-81 y el Jerez Industrial en Tercera División en la 1981-82, pasando a formar parte de la estructura de la cantera verdiblanca en 1982 como entrenador del segundo equipo juvenil de la sociedad.
Todo esto, y muchas cosas más se relatan en esta interesante y extensa entrevista, donde Luis Del Sol repasa su trayectoria deportiva en España e Italia, sus orígenes familiares, su concepción del mundo del fútbol y cómo éste había ido cambiando con el paso de los años.
- Menos de portero, aunque en los entrenamientos me gustaba ponerme bajo los palos, he jugado en todos los puestos del equipo…
Pero Luis Del Sol fue el pionero del abierto, descarado repliegue del extremo zurdo porque con el “11” a la espalda se fue el mediocampo
- Es cierto; me eché para atrás aunque en bastantes ocasiones llegaba, estaba delante. De no haberlo hecho yo, aparte de que no sé si lo hice más o menos bien, hubiera surgido otro cualquiera. En aquellos tiempos era Barrios el entrenador y aunque yo jugaba de extremo izquierdo, no era un exterior estático, sino que por mi temperamento y condiciones me gustaba ir abajo, coger la pelota, llevarla arriba, correr detrás del contrario…No era el extremo estático que corre la línea y centra; prefería estar en todos los sitios posibles del campo. Siempre jugué con el “11”, pero veía que buscando otras posiciones, entrenado más en juego, rendía mucho más para el equipo
- Entonces era más cómodo jugar en el mediocampo; había más zonas, más espacios, ahora está más acotado…
- Cada día se estudia más al adversario y los marcajes son más férreos, aunque ya en aquella época se marcaba bastante encima. Pero se tenía otra mentalidad. Soy de los que cree que antes había buenos futbolistas y que ahora también los hay, pero la diferencia está en los intereses creados y se tiende más a no perder que a ganar, aprovechando para ello las ocasiones que se presenten. Antes un equipo pequeño salía ante uno grande reservándose porque, claro, no podía ir a pecho descubierto porque podía encajar seis o siete goles, pero lo hacía con la mentalidad de jugar bien y si perdía paciencia, no dejaba de ser lo lógico. Pero era otro espectáculo
- En ti se dio el caso curioso de triunfar en la izquierda sin ser zurdo…
- Desde pequeño tuve la suerte de darle al balón, igual e indiferentemente, con los dos pies. Y cuando Barrios me dijo que me fuera para atrás me dio una gran alegría, porque empecé a hacerlo sin que me lo dijera nadie. Fue como si me hubiera desatado…
- Se jugaba más gusto; había más posibilidades de creatividad…
- Muchas más partiendo de la base de que había otra mentalidad. Ha cambiado todo el sistema, “usted se limita a marcar a éste”, “usted le quita la pelota a aquél y se la da al cerebro para que el cerebro la ponga en tal sitio”…y el cerebro no marca a nadie…
En su solapa luce la insignia de oro y brillantes de la Federación Castellana.
- Me la regalaron cuando ganamos la Copa Intercontinental
- En su vida deportiva hay cuatro equipos, Betis, Madrid, Juventus y Roma…
- El primero fue el Utrera en el que jugué siete u ocho partidos cedido por el Betis. Fue un final de temporada. Ingresé en el Betis como juvenil, a los 17 años me cedieron y al año siguiente, estando el equipo en Segunda División, ya jugué en el titular, donde estuve seis años. Hubo épocas buenas, otras que no lo fueron tanto…Jugué con Portu, Vilariño, Seguer, Lasa, Vila, el argentino Rojas, Kuszmann, Areta, Isidro, Ríos, Castaño…Muchos porque fue mucho tiempo. Varios años en el grupo de cabeza, jugando promociones hasta que ascendimos
- Tu acento no puede ser más andaluz, pero no lo eres…
- Nací en Arcos de Jalón, provincia de Soria, pero me considero tan sevillano como el más sevillano. Vine aquí a los 24 días y estoy bautizado en el Macarena, casado en la Macarena, mis hijos bautizados en la Macarena…
- ¿La rivalidad Betis-Sevilla era ya tan acentuada?
- Sí, siempre. Es algo especial. Las bromas son más continuas. Los que ganan se meten con los que pierden, pero siempre es una pugna deportiva. Y así todo el año. Tengo amigos de los dos clubs, pero la mayoría son béticos, como lo fueron en mis años de niñez, marcándome quizá una tendencia hacia el equipo verdiblanco
- ¿Cómo se produjo tu pase al Madrid?
- En Sevilla se habían producido anteriormente comentarios de que yo no quería jugar más, que me quería ir, etc, y no era cierto. Como profesional quería prosperar, pero cuando salía al campo con la camiseta del Betis…Los habrá habido mejores, pero sudarla como yo igual; más, lo pongo en duda. Era mi forma de ser. No me acordaba de ningún otro equipo que no fuera el mío, el Betis. Sólo pensaba que estaba allí para jugar y para ganar. Cuando entre semana oía y leía que el Barcelona y el Madrid se interesaban por mí, me hacía ilusiones, es lógico. Y la realidad coincidió con una lesión en la rodilla izquierda, una distensión de ligamentos, y de las pocas que he tenido porque nunca han sido graves ni he pasado por el quirófano, y una noche jugaba el Betis un partido amistoso y el desaparecido Benito Villamarín me dijo que me vistiera. Aún estaba de baja, aunque casi curado; le dije “he venido con mi novia y me he tomado una cerveza”, pero replicó “tú te vistes y corre”. Lo hice, jugué el segundo tiempo y me dijo que pasara por su casa aquella misma noche
- Todo fue rápido…
- Yo pensaba, la verdad, que como que le había dicho que pensaba casarme, que me iba a dar algo. La primera sorpresa fue que al llegar a su casa, su señora me preguntó si no me daba pena irme del Betis, mostrándose incrédula cuando le dije que no sabía de qué me hablaba. Luego él me dijo “mañana te vas al Madrid, ya está todo hecho”. Al día siguiente vinieron don Raimundo Saporta y don Antonio Calderón, me dijeron que me quedara en casa sin hablar con nadie porque la operación era un poco complicada para don Benito, ya que la afición me quería mucho
- ¿Ellos pactaron tus condiciones económicas?
- Sí, es una de las cosas que ha cambiado para bien de los futbolistas, que hoy lo saben todo y tienen su tanto por ciento. Entonces no. Cuando te dabas cuenta ya estabas en otra ciudad. Si me fue rentable era porque sabía que podía triunfar y que a largo plazo saldría ganando económicamente. El jugador era más objeto quizás empezando por él mismo, por el temor de ”si no me ponen en el equipo nadie vendrá por mí”; ahora tiene otro apoyo, está más preparado y hay momentos en que hasta se la juegan. Dice “yo me mantengo aquí, tengo mi abogado para que me defienda”.
- ¿Qué te dijo tu novia?
- Más que ella, mi madre, en vez de irme a Madrid se creía que me iba a la Legión… En aquellas veinticuatro horas hubo nerviosismo pero también alegría, porque sabían que iba a un gran club y que era un bien para mí
- Y debutaste contra el Barcelona…
- En Copa de Europa. Nada más llegar. A los dos o tres días. Eliminamos a los azulgranas, me parece que les ganamos los dos partidos por 3-1 y fuimos campeones continentales en la quinta edición
- ¿Y qué efecto te hizo un cambio tan radical, club, ciudad y competición, en cuatro días?
- Para mí fue una gran suerte el hecho fundamental de que nunca me preocupara el equipo adversario. Era lo mismo enfrentarme a un campeón de primera categoría que a un conjunto juvenil. Lo importante, lo básico, era jugar. Como tampoco fue tanto la extrañeza dado que jugando en el Betis ya iba a la selección y conocía a los jugadores de otros equipos, era amigo de todos. No noté el desnivel ni la diferencia de ciudad.
- ¿Cuál fue tu primer ataque blanco?
- Me parece que lo formamos Chus Herrera, ya fallecido, yo, Alfredo, Puskas y Gento
- ¿A quién le quitaste el sitio?
- No se lo he querido quitar ni creo habérselo quitado a nadie, pero en aquellos tiempos estaban en el Madrid Pepillo, Mateos, que es mi cuñado por estar casado con una hermana de mi señora, Marsal, Didí, Rial…
- ¿No te pareció o te parecía difícil meterte en ese equipo?
- No, porque cuando íbamos con la selección Alfredo siempre me decía “más tarde o más temprano tienes que estar con nosotros; no tardarás mucho…” Era amigo de todos. De Alfredo, como de Gensana, Ramallets, Segarra, etc. De todos modos pienso que Di Stéfano influyó en mi pase al Madrid; me había visto muchas veces, nos habíamos enfrentado muchas veces también, congeniamos bastante y es posible que viera en mis condiciones y características que era un jugador que le faltaba al Madrid, que podía serle necesario. Digo yo, no sé
- En todo equipo es muy importante tener al trotón, al todo terreno y tú, además de serlo, tenías buen toque, visión de juego… ¿Fuiste un futbolista completo?
- No lo sé…He corrido todo lo que era posible correr dentro de mis posibilidades, y si era necesario hacer cuatro regates creo que también era capaz de darlos
- Tenías un regate en corto preciso y precioso…
- No me he comido a nadie pero tampoco he rehuido el choque, la lucha directa. He salido siempre a darlo todo
- Sin embargo no estuviste mucho tiempo en el Real…
- Dos años y pico; al haber ido en plena temporada no pude jugar la Liga, sólo la Copa del Generalísimo, entonces, y la Copa de Europa…
- Fuiste un jugador de lujo…
- No había más remedio porque ya había intervenido en el torneo de Liga con el Betis. Fui en abril y jugué todo lo que pude, incorporándome ya una forma más plena en los torneos estivales
- ¿Títulos?
- Dos Ligas, una Copa, una Copa de Europa y la Intercontinental
- En dos años y pico… Lo que extrañó fue que el Madrid te traspasara
- No me quiero meter en esto porque se sé es de oídas
- Soy todo oídos…
- Puedo decir porque es cierto, me lo dijo un señor, que habían venido a por mí, pero que si hubieran venido por el equipo entero del Madrid, lo hubiesen vendido. Esto es cierto. Ya de oídas añadir que en aquellos tiempos el Madrid pasó momentos difíciles en el aspecto económico, y lo que ofrecían por mí era una cantidad importante, aunque tampoco se enteraba uno de la cifra exacta
- ¿Cuánto se rumoreó?
- El primer contrato que hice, que luego se deshizo, fue con el Torino y se hablaba de cincuenta millones de pesetas. Estamos hablando del año 1962. También supe, de oídas, que el club italiano dio una cantidad a cuenta a través de su presidente, pero cuando regresó a Italia hubo confusión, hubo problemas y se deshizo el trato por lo que este señor perdió aquel dinero avanzado. Y a renglón seguido, también por oídas, creo que intervino Sívori para que me fichara la Juventus, y en seguida me llamaron otra vez y firmé por este equipo. Fui a la misma ciudad pero al otro club. Entonces se hablaba de los treinta y cinco millones, pero no lo sé con certeza; no lo puedo afirmar ni tampoco negar
- Y te habías casado…
- Sí, al poco tiempo de irme al Madrid porque ya pensaba hacerlo estando en Sevilla. Los primeros momentos en Italia fueron un poco difíciles, no deportivamente hablando, sino en cuanto al ambiente porque aunque el idioma sea muy parecido, cuando uno está ahí es un poco complicado. Me costó tres o cuatro meses adaptarme en el ambiente ajeno al fútbol, porque en el deportivo ya lo había conseguido a la semana
- Fueron ocho años en la Juve, ¿cómo?
- Los recuerdo con gran alegría. Las lesiones me respetaron, jugué gran cantidad de partidos hasta el extremo de perder la cuenta…Firmé por tres años, luego por dos, después por tres…Y ni sabía lo que tenía que firmar
- ¿Notaste diferencia entre el fútbol italiano y el español?
- Igual. Tengo la opinión de que el futbolista, como no sea un sueco, un danés, que tenga una mentalidad completamente distinta a la nuestra, se ha de adaptar porque el fútbol es muy similar en todos los sitios. El balón siempre es redondo. En todas partes
- ¿Conseguiste títulos?
- Había tres grandes equipos, Inter, Fiorentina y Milan, pero nosotros estábamos siempre entre los cuatro primeros. Segundos, primeros, terceros, cuartos, terceros…Ganamos un “Scudetto”, una Copa, una Copa de Ferias
- Luego fuiste a la Roma…
- Me dieron una serie de explicaciones muy sensatas que tuve que aceptar por considerarlas normales y correctas. La Juventus quería hacer un equipo nuevo, para diez años, y acepté encantado sus razonamientos. Me hubiera gustado continuar, pero su idea me pareció lógica y razonable. Me dijeron “Mira Luis, si nosotros quisiéramos ganar el campeonato la próxima temporada tú te quedabas, cogíamos a Altafini y a Luisito Suárez, y en un par de años como máximo lo ganábamos, seguro, pero dentro de dos años tendremos que hacer lo mismo porque es ley de vida y cuanto antes lo hagamos mejor”. Me pareció formidable porque les dije que me iba de vacaciones a España pero que, por favor, al único club que quería ir era a la Roma, que en caso contrario no iba a ningún sitio. Que no mandaran una carta diciéndome que iba a otro club, no importa cuál, porque me quedaba en casa. Me daba igual jugar dos años más que dos años menos. Y se hizo el traspaso
- ¿Por qué elegiste a la Roma?
- Porque era una ciudad que me gustaba, era un sitio en el que yo creía que podía estar mejor que en otro a nivel de vida, no por razones deportivas; consideraba que era donde podía estar mejor y llegamos a este acuerdo. Estuve dos años, con Helenio Herrera, el club quería que prorrogara el acuerdo pero no quise hacerlo. La polémica se centraba en una temporada, en un año, pero yo ya había hablado con amigos de Sevilla para que terminara aquí mi carrera deportiva y entonces le dije al presidente que firmaba por otro año con la condición de que tenían que darme la carta de libertad, lo que aceptaron con la condición de que jugara fuera de Italia y como que mi idea era regresar a Sevilla, hubo acuerdo inmediato
- No coincidiste con Suárez y Peiró
- En un mismo club no; siempre jugamos en contra pero siempre nos profesamos gran amistad
- ¿Quién triunfó más?
- Creo, sincera y lealmente, que en mi club rendí como cualquiera de los dos, pero el que más fue Luis Suárez que en aquellos tiempos tenía un gran equipo; casi toda la selección italiana era del Inter: Mazzola, Jair, Facchetti, Guarneri, Sarti… Un gran conjunto y una gran organización
- Y a Helenio Herrera…
- Le tuve dos años y algunas veces en la selección. Este hombre, para mí, es muy listo. Mucho. Dentro y fuera del campo. Psicológicamente prepara a los futbolistas de una forma fenomenal. A veces hasta con gracia porque llega un momento que no tiene a quién coger y pilla a uno, que es el único que tiene y le pone la cabeza hasta hacerle creer que es el mejor del mundo. Y esto es una habilidad. Luego tiene sus defectos como cualquier ser humano. Su trato es…unas veces lo ves simpático, otras serio…Es un tipo un poco raro pero conmigo no tuvo problemas; en cuanto llegué me hizo capitán y se portó muy bien en conjunto, no sólo por eso
- Son buenos recuerdos de tu época italiana…
- Sí. Todos. Se portaron muy bien conmigo aunque tampoco les di motivos para lo contrario
- ¿Cuántos partidos jugaste en la selección?
· Sobre la veintena, aparte de los de aquella selección B en la que también estaban Collar, Mateos, Pepillo, Campanal…
- Marcaste bastantes goles, ¿recuerdas alguno en particular?
- En una semifinal contra la Juventus estando en el Madrid. Fue gracioso porque lo marqué de cabeza y el central, un galés, medía dos metros y cuando llegué al club italiano los compañeros le decían “¿Cómo es posible que te marcara un gol éste que te llega a la rodilla?”. Otro para la clasificación del Mundial que ganamos en Marrruecos por 0-1 marcando yo; también con Argentina que hacía 20 años que no les ganábamos y vencimos por 2-0 aquí en Sevilla…En fin, muchos
- Y cuelgas las botas pero del todo. ¿Por qué?
- He visto, por desgracia, cosas muy desagradables. Cuando se está en activo todo el mundo te da palmaditas en la espalda y cuando dejas el fútbol las palmaditas son muchas, muchísimas menos. He hecho los dos cursos de entrenador, me presentaré al próximo nacional y si Dios quiere haré algo en el fútbol. Cuando lo dejé me metí en un negocio y por regla general me parece que a todos los futbolistas nos ocurre lo mismo: cuando nos metemos en un negocio que no conocemos, nos sale mal. Este negocio me ha llevado cinco años. Aunque no he dejado de estar en contacto con el fútbol, de jugar mis partidos, etc, no lo he vivido de una forma intensa, de lleno. El negocio salió mal, ardiendo porque hubo hasta un incendio… una serie de problemas que sería muy largo de contar y no…
- ¿De qué era?
- De muebles de artesanía. Nos dedicábamos a la exportación. No salía nada bien, y al producirse el incendio, se terminó. Y ahora quiero prepararme para ver si hago algo de fútbol
- Es raro que no continuaras en el Betis…
- Cuando dije que no jugaba más, Núñez Naranjo habló conmigo y me quiso dejar de lo que fuera en el club, pero se lo agradecí y le dije que de momento estaba cansado de viajes, maletas y hoteles y que de momento no quería hacer nada. Con el tiempo me he arrepentido, esto es la verdad, y me arrepentiré toda la vida. Pero son cosas que ocurren. Cuando sucede una vez quizá no pasé en la segunda. Y aquí estamos. Esperando que surja algo de fútbol o de lo que se sea para trabajar
- ¿Tienes carácter para ser entrenador?
- Pienso que sí, de algo tengo idea y el saber que confiere la experiencia, es de fútbol
- ¿Puede anunciarse tu regreso?
- Por lo menos lo voy a intentar; si sale otra cosa y me va bien quizá no, pero en principio voy a intentarlo, por supuesto. Con todos los respetos para los que hay, más o menos serán como yo. Los habrá mejores, peores o iguales
- Por lo que me has dichos de los cambios de sistema y mentalización, ¿podemos pensar en ti como en un técnico renovador?
- Es difícil porque estás condicionado a los propios jugadores y a como juegue el contrario. Si tienes una plantilla que te permite el lujo de hacer esta innovación sí, pero hay que tener los elementos adecuados. Mantengo amistad y cambio impresiones con entrenadores y me dicen “Luis, que no se puede, no se puede tener a un líbero que se va siete veces al ataque y de cada siete te meten dos goles y hay que amarrar atrás, porque si no me echan”. Y esta es la situación. Y es difícil porque están condicionados a esto.
- Tampoco surgen delanteros como antes…
- Salen, pero juegan contra muchísimos defensas. Salen que son habilidosos y hacen un regate y un segundo, pero luego tienes otros dos defensores. Y entrando por el centro, menos todavía
El diálogo deriva hacia la biografía personal.
- Nací el 6 de abril de 1935 en Arcos de Jalón, un pueblo de Soria que está en el centro entre Madrid y Zaragoza. Soy el pequeño de ocho hermanos, cuatro varones y cuatro hembras. Mi padre trabajaba en el ferrocarril y nací enfrente mismo de la estación. Ahora hay un restaurante. Por cierto, que una vez que fui con el Betis a Zaragoza, nos paramos allí y varios compañeros dijeron que “un futbolista llamado Del Sol había nacido allí” y ella lo confirmó. Incluso nos enseñó el sitio, “ahí tenía la cuna”. Y me di a conocer. En el verano, cuando iba o venía de Italia, siempre paraba ahí.
- Fuiste el benjamín, el mimado…
- Mi padre murió cuando yo tenía dos años, y los hermanos mayores tuvieron que empezar a trabajar y salir adelante como se podía salir en aquellos tiempos. A los veinticuatro días de nacer trasladaron a mi padre a Sevilla, y por eso te digo que estoy bautizado en la Macarena
- ¿Estudios?
- Los primarios. A los catorce años entré en la empresa Industrias Subsidiarias de Aviación, que ahora es Fasa-Renault. Trabajé y estudié hasta conseguir el título de oficial de ajustador de tercera y jugando ya de profesional todavía seguía trabajando. Cuando pasé al Betis pedí un año de excedencia, porque en aquellos tiempos y situación había que ver qué es lo que ocurría. Pero ya no volví. Y eso que no había ningún antecedente deportivo en la familia
- Tu madre vive…
- Sí, gracias a Dios. Tiene ochenta y tres años y se conserva muy bien
- ¿Cuántos nietos tiene?
- De siete hijos…El único soltero, que en gloria esté, murió hace cinco meses. Chiquillos…, espera…Dos, uno, uno, cuatro, dos, cuatro y tres. Diecisiete
- Tienes tres…
- Mari Carmen de 19 años, Luis de 17 e Isabel de siete
- ¿Hay ya otro Luis Del Sol en potencia?
- Está jugando en los juveniles del Betis, pero no me gusta ir a verle. No me agrada. Tengo un temperamento un poco raro…, bueno, yo me considero normal pero si le dicen algo o se meten con él paso un mal rato y a lo peor no me callo
- También se metían contigo; esto curte…
- Pero lo hacían de otra forma. Se acordaban de mi familia pero creo que porque les molestaba. El chico es más alto que yo, tiene buen físico, fuerza, le pega bien a la pelota, pero creo que de momento le falta un poquito de coraje, de genio; por eso si le veo a veces sufro porque no tiene esa reacción de revolverse
- Estás “jugando” con él…
- Sí, exactamente. Me lo cuentan los amigos, pero cada cual tiene su opinión, y por eso no sé de una forma concreta cómo va; le veo con mucha afición porque se da unas palizas bárbaras y eso es importante. Llega de viaje a las tres y pico de la madrugada y se queda toda la noche estudiando, está haciendo el COU. La mayor cursa secretariado y la pequeña EGB. Van bastante bien y estoy contento de cómo van con los estudios. Son unos chicos formidables
- De tal palo, tal astilla, Luis…