Entrevista Benito Villamarín 1965
La temporada 1965-66 fue la última de las 11 campañas que Benito Villamarín estuvo al frente del club. Una temporada que comenzó mal y terminó mal, con un descenso a Segunda División.
La trayectoria del equipo verdiblanco ya en la temporada anterior, 1964-65, fue bastante endeble, salvándose de jugar la promoción en la última jornada de Liga merced a un empate en el Nou Camp.
Los últimos tiempos de Villamarín en el Betis estuvieron marcados por la grave enfermedad que padecía, que con bastante frecuencia le obligaron a abandonar la gestión diaria del club. No se supo encontrar un relevo adecuado a la gestión personalista del presidente, y esta será la causa de las zozobras directivas y de gestión que padecerá el club en la segunda mitad de los años 60.
Esta entrevista se publicó en ABC el 14 de noviembre de 1965, dos días después de la asamblea ordinaria de socios, por cierto, la realizada más tardíamente de todo su mandato, pues lo habitual durante sus 11 años era que se celebrasen en verano. Un prueba más de cómo el club adaptó su ritmo interno a la gestión de Villamarín.
En la entrevista se alude a las circunstancias de la asamblea recién celebrada, a la existencia de una oposición a la gestión de Villamarín, a las divergencias directivas durante su ausencia, por ejemplo con el traspaso de Andrés Molina al Mallorca, o a las dificultades económicas que el club arrastraba desde la emisión en 1961 de obligaciones para la compra de Heliópolis.
Una interesante entrevista que creo que es la última que se conoce de Villamarín al frente de la nave verdiblanca, dado que tres semanas después presentaba su dimisión, tal y como vimos aquí.
Ha comenzado a remontar su decimoprimera temporada. Once campañas al frente del Betis. Presidente veterano. Tan solo Santiago Bernabéu le aventaja en antigüedad y veteranía. El rector máximo madridista juega con bazas mejores. Villamarín, a él nos referimos, ha luchado con cartas más débiles, con dificultades más serias. Anteayer celebró el Betis su Asamblea ordinaria. Parecían rondar las cuatro esquinas de la censura algunos grupos minoritarios. La renovación, el aire nuevo… Don Benito Villamarín lleva mucho tiempo dirigiendo al Betis. Llegó la hora de poner las cartas boca arriba, de saber de lo positivo y lo negativo de una ejecutoria presidencial, de saber números y aptitudes, de reconocer que el Betis camina o no camina. Y las cifras fueron elocuentes. Los datos deportivos menos brillantes. Al presidente le cogieron las derrotas tras la barrera oceánica y cuando al regreso quiso pedir cuentas, lo único que se le ocurrió fue inquirir por qué se había vendido a Molina…
Benito Villamarín está aquí delante. Satisfecho. La Asamblea asintió una vez más. Ha empezado a escalar los peldaños de su onceava temporada de rector…
- ¿Está cansado?
- La presidencia da alegrías, pero muchísimos disgustos. Yo creo que es hora de pensar en el relevo. Pero también estimo que no es el momento de tomar la puerta y marcharse. Al barco que hace agua no se le puede dejar en mar abierta; lo menos que puede hacerse es llevarlo a dique seco. Eso es lo que me preocupa del Betis. Si yo sigo en la presidencia se podrán afrontar dificultades, como hasta ahora. Esto es lo que me hace proseguir en la tarea. Pero también pienso que son muchos los años que llevo dirigiendo al club, y que el anquilosamiento en las fórmulas directivas podría producir un aminoramiento de ilusiones
- ¿Cuáles son esas ilusiones?
- Yo hice un Betis con hechuras de equipo grande. Lo saqué de Segunda para hacerlo competir en la división de los mejores con personalidad, con aires de club señero. El fútbol actual permite hasta cierto punto jugar la baza de los triunfos absolutos a equipos que, como el Betis, no pueden realizar extremos desembolsos. Nosotros jugamos una Liga muy particular. La de tener un estilo, una personalidad, un modo de ser en el fútbol nacional y, si las circunstancias lo permiten, entrar en competencia con los mejores, para aspirar a esos títulos que parecen reservados para tres o cuatro clubs
- ¿Qué representa para usted el refrendo de su labor por la Asamblea?
- Una nueva responsabilidad. No me pesa la presidencia bética, pero creo que es momento de hallar el hombre que dé a esto un nuevo enfoque. Eso es lo que tengo que ver antes de abandonar el barco. El hombre que siga la tarea emprendida. Yo quisiera seguir en el Betis como figura decorativa, seguir colaborando desde un plano más pasivo. Por eso no me he marchado. He dedicado muchas horas de trabajo y dinero, para quebrarlo todo en un momento dado y decir ahí queda eso. Tengo las espaldas cubiertas, porque mi labor puede enjuiciarse de cualquier forma…
- Algunos dicen que vendió demasiado…
- ¿Se detuvieron a pensar esos que así opinan lo que compré? El Betis no vendió jamás un jugador sin que su puesto estuviera cubierto. Veinte, treinta jugadores se traspasaron en mi etapa de presidente. ¿Cuántos se adquirieron?
- Se dice que el Betis vendió a Molina cuando el equipo necesitaba fortalecerse…
- Cuando regresé de América mostré mi disconformidad con el traspaso de Molina, aunque fuera un jugador que la afición no quería. Pero intenté comprender que el equipo necesitaba del vigor de nuevos elementos, y se ficharon a Perea Estévez, Cladera, Santisteban, Moreno, Girón, Mateos, Landa, De la Fuente, Zacarizo…, los que estimé necesarios para que el equipo mantuviera su sólida personalidad…
- ¿Cree que el Betis tiene equipo para luchar sin preocupaciones?
- Desde que soy presidente, el Betis no contó nunca con un cuadro de jugadores como el actual. Tenemos un gran equipo. Tan bueno como el mejor que tuvimos
- Hay cuatro negativos pendientes…
- Se han perdido dos partidos en casa, pero por desgracias que la afición pudo advertir perfectamente. Si estimamos que la mayoría de equipos de España, dan por perdido los puntos que han de litigar en sus terrenos con el Madrid, llegaremos a la conclusión que es esa derrota ante el Mallorca, en la que pesó la lesión de Paquito, la que nos ha llevado a figurar en los últimos lugares de la tabla
Entramos en los números. Terreno movedizo. La mayoría de los clubs nacionales chocan con un déficit asegurado en el comienzo mismo de la campaña. ¿Qué se dijo a los socios? El presidente relata:
- Ha sido un balance francamente favorable. Se ha disminuido el déficit que veníamos arrastrando. Si deportivamente la temporada fue mala, su aspecto financiero resultó francamente positivo
- ¿Nuevo enfoque económico?
- La mayoría de los clubs han echado, a la fuerza, el freno. No existía otro camino que el de la austeridad. La planificación del fútbol nacional es obra de locos. Los socios piden que se compren jugadores y que no se vendan las figuras. Es comprensible estas posturas, porque las aspiraciones deportivas son las que han de imponerse en la organización de un club. Pero se lucha en inferioridad de circunstancias…Y el socio jamás aporta soluciones cuando de lo que se trata es de solventar financieramente esa política de gastos continuos, a que obliga la actual política rectora de los clubs nacionales
- No cree justa la fórmula…
- Pecamos de un enfoque defectuoso, sencillamente. El socio se acostumbró a que las dificultades económicas de un club las solvente la directiva, aun conociendo que el noventa por ciento de las sociedades futbolísticas nacionales están condenadas a encontrar déficits en sus balances a final de temporada
- ¿Sabe de una solución?
- El fútbol sería en España mucho más rentable siempre que se siguieran las fórmulas de los italianos… Y siempre, claro está, que revirtiera al fútbol el dinero que el fútbol, directa o indirectamente, produce…
Parece inamovible en su puesto presidencial. Villamarín juega las bazas más fuertes. Se siente cada vez más firme. Hubo minorías que, de cara a la Asamblea, intentaron forzar una intención renovadora…
- ¿Se cree unánimemente refrendado?
- Yo cuento con una masa de asociados, con un bloque de seguidores, con un grupo amplísimo de aficionados, que sólo aspiran a que el Betis milite con auténtica categoría en Primera División. Cuando llegué a la presidencia se dejó de hablar de que el club podría volver a Tercera. Ya no se cree probable que caiga en la Segunda División…Esa es mi labor presidencial, la que estima la masa que sigue a nuestro equipo, la opinión general que refrenda mi modo de dirigir a este club, cuando emprende la decimoprimera temporada bajo mi mando… ¿Qué pueden preocuparme los grupos o grupitos?… Todos saben que pretendo el relevo, pero, como he dicho muchas veces, no dejaré al Betis, no permitiré que mi labor se venga a tierra, hasta no saber del hombre que, en la presidencia, pueda mantener la línea de ejecución que tanto trabajo me costó marcar
- ¿Cree que esa gestión todo fue positivo?
- Vamos a evitar todo lo que pueda parecer vanidad. Yo sé, y saben todos, lo que ha sido el Betis desde que yo me hice cargo de la presidencia. Lo que era y lo que es. De cara al seguidor, es lo único rentable de una labor presidencial. Me marqué una meta ambiciosa con un club que, por su historia, nunca debió abandonar la Primera División. A esa máxima categoría de nuestro fútbol le llevé yo, y en ella le mantendré mientras sea presidente. Si contara con una más firma colaboración económica de socios y seguidores jugaríamos con una mayor ambición. Pero contando con lo que contamos, creo que es éxito permanente tener nombre y prestancia en la división de los mejores. Al fin y al cabo, en Primera sólo juegas dieciséis equipos, y entre los doce primeros lleva el Betis muchos años, sin que haya fuerza que lo hunda…
El presidente está satisfecho. Juega en serio. Sus cartas están vistas. Una afición radicalmente a su lado y un equipo con aires de Primera…