Entrevista Ramón Pol 1958
Ramón Pol Carbonell fue presidente bético en los comienzos de la década de los 40. Una época muy difícil para el club, época de penurias económicas y de decadencia deportiva, y que solo registra una alegría en todo el periodo, como fue el ascenso a Primera División en 1942. Precisamente fue Ramón Pol el presidente bético en esa temporada 1941-42.
En esta entrevista, realizada en 1958 en Marca con motivo de las Bodas de Oro, Antonio Pol rememora las difíciles circunstancias en que llegó al club en Marzo de 1941 sustituyendo a la anterior directiva dimitida y que encabezaba Valentín Pérez. Ya había estado ligado al Betis en puestos directivos en la década de los 20 y de los 30, y lo unía especialmente al club el hecho de que su padre fue presidente bético en la temporada 1925-26.
El partido a que alude en su entrevista en Barcelona es un Badalona-Betis, última jornada del Campeonato de Liga de Segunda División jugado el 2 de Marzo de 1941. Fue en marzo cuando Ramón Pol se hizo cargo del club, aunque ya desde enero la prensa especulaba con tal posibilidad.
Don Ramón Pol Carbonell habló así del pasaje que le correspondía en la historia:
Terminaba el Campeonato de 1940-41. La posición era difícil en febrero del 41; se jugaba en Barcelona el último encuentro, desplazamiento largo y costoso, cuando ya no había esperanza para nuestro equipo de clasificarse entre los primeros y, por otra parte, la situación económica era muy angustiosa, hasta el extremo de que la directiva se vio en la necesidad de poner los cargos a disposición de la Federación. En este estado el asunto, fui requerido por el presidente de la Andaluza en marzo, quizás como recordatorio a esporádicas participaciones directivas mucho más lejanas, y obligado, poco más o menos, a hacerme cargo del club. Mi cariño por el Betis, el recuerdo de mi padre, que también rigió los destinos del club blanquiverde y la confianza de que era objeto por parte de béticos tan sobresalientes como don Gil Gómez Bajuelo, don Adolfo Cuéllar y don José María Domenech, entre otros, terminó por convencerme y cargué con la responsabilidad de una entidad que estaba a punto de desaparecer…
– ¡Pero subsistió¡ ¿ Y cómo dejó al Betis cuando abandonó el puesto?
– A pesar de que los ingresos eran muy insuficientes, se saneó notablemente la administración, mediante créditos bancarios que cancelamos particularmente, y en cuanto al aspecto deportivo conseguimos lo que anhelaba la afición: ascenderlo a Primera División. Si no hubiese sido porque mi salud se encontraba muy quebrantada hubiese seguido en el puesto.
– ¿Halló muchas dificultades como presidente?
– Muchas de tipo económico, que fui soslayando con la colaboración desinteresada de un grupo de hombres a los que estaré eternamente agradecido. Hicimos una buena limpieza en el equipo, algo que se imponía desde tiempo atrás, y fichamos elementos tan valiosos como Antúnez, Mariano, Gómez, Trujillo y Pitilo, que tanto rendimiento dieron más tarde. Junto a tales dificultades tuvimos también buenos triunfos, como volver a participar en la Copa de España, ya en mi primera temporada presidencial, y el ascenso a la División de Honor por segunda vez.
– ¿Qué diferencia halla entre los equipos béticos de su tiempo y este que adiestra hoy en día Barrios?
– En aquellas fechas se jugaba con sistemas muy diferentes; el juego era abierto y la defensa menos cerrada. Hoy considero la técnica futbolística más perfecta, más estilizada y práctica, al solidificarse la defensa, permitiendo al resto del equipo desenvolverse con más holgura. Con esto los delanteros pueden permitirse algunos lujos, como el de anticiparse a la iniciativa adversaria. Siempre y cuando, claro es, que la seguridad defensiva lo aconseje.
– ¿Cuál fue más espectacular, el ascenso a la Primera División de su tiempo ó el del año 32?
– Los dos. Uno, el primero, el del 32, porque culminaba la ambición del club, alcanzando al fin el prestigio nacional que merecía; el “mío”, porque volvía la afición bética a colocar a su equipo en el lugar que consideraban como “suyo”. El que le correspondía al Betis…
Fuente: Marca 18 de Diciembre de 1958