Entrevista Raúl Seoane 1957
En marzo de 1957 el Betis se hizo con los servicios de este joven jugador argentino que llegó desde Venezuela.
Debutó en dos amistosos jugados ese mismo mes de marzo frente al Atlético de Madrid y contra una selección que participó en el homenaje a Jenaro. Su debut oficial lo realizó en Heliópolis el 7 de abril contra el Mestalla, participando en un total de 6 partidos en esa temporada liguera y obteniendo 2 goles.
Al final de la temporada abandonó el Betis rumbo a Tenerife.
En el partido del 21 de abril contra el Granada en Heliópolis se alineó de delantero centro y marcó un tanto, lo que promovió el interés periodístico concretado en esta entrevista que le realizó Borbujo, el corresponsal del diario deportivo Marca en Sevilla.
Raúl Rodríguez Seoane, el último fichaje del Betis, esta vez de importación, tras de un par de escarceos en partidos amistosos y uno oficial de escasa responsabilidad, compareció ante el público de Heliópolis en jornada que se presentaba difícil: con motivo de la visita del Granada. Y en esa fecha Seoane, como le conoce la afición, jugó el primer partido de envergadura, y nada menos que ocupando un puesto que no le iba, donde no había actuado más que de forma improvisada y en raras ocasiones.
Raúl Rodríguez Seoane, natural de la Argentina, procedente de Venezuela y futuro español, llegó a España desde Caracas y, pese a que allá, el chico posee cierta ascendencia deportiva profesional, de él poco se ocupó la prensa hispana. Ahora, con motivo del triunfo personal frente al Granada, y asimismo ante sus pretensiones de nacionalizarse español, rogamos del joven futbolista bético una breve entrevista, a través de la cual podamos presentarlo a los lectores y aficionados hispanos.
– Nací en el mismo Buenos Aires, el 29 de abril de 1925
– ¿Dónde empezó a jugar?
– Desde chicuelo en los equipos juveniles de mi calle; después, en otros de categoría inferiores. Pero en verdad donde inicié el profesionalismo fu en el equipo Ferrocarril Central Oeste
– ¿Sucedía…?
– Temporada 1953-54
– De dicho equipo ¿adónde fue?
– Al también conjunto platense Banfield
– ¿En qué temporada?
– A la siguiente, en el año 55
– ¿Mucho tiempo en el Banfield?
– Un año. Soy hombre joven, con deseos de triunfar, y por eso, siguiendo la ruta trazada por otras figuras del fútbol argentino, marché a Venezuela. Al Lasalle. Acontecía en la temporada del 56. Pero no era Venezuela el lugar apropiado para mis sueños de gloria y pensé en España, de cuyo fútbol y afición tanto y tan bueno había oído…
– ¿Y emprendió la marcha a nuestra patria?
– En efecto. ¡ Y aquí estoy muy a gusto¡
– ¿Traía concebido algún proyecto, ofertas de algún club determinado?
– Algo había, pero…
– ¿No se llegó a un acuerdo con dicho club?
– No fue precisamente eso. La verdad escueta vino a ser que el Betis se cruzó en el camino, hizo una oferta que interesaba y quedé con él.
– ¿Es muy amplio el compromiso contraído con el Betis?
– La actual temporada y dos más. Le digo que estoy muy satisfecho en él, al extremo de que he solicitado el pasado día 2 de abril la nacionalidad española. Para simplificar ahora mis obligaciones profesionales y las futuras. Porque con veintiún años, y con deseos, aguardo labrarme un futuro profesional firme en el balompié hispano
Quizá el éxito más logrado de este joven futbolista argentino haya sido el conseguido el domingo 21 de abril en Sevilla frente al Granada. Seoane es interior. En dicho puesto ha intervenido siempre, o casi siempre, y en una jornada de “respeto” para el equipo sevillano, ya que por diversas causas no podía contar con sus elementos clave, sale Seoane a suplir, y nada menos que fuera del puesto de juego habitual: de delantero centro. Cuando fu anunciada su alineación en el puesto, la afición “torció el gesto”. Y esperó, desconfiada. A poco, Seoane comenzó a deshacer entrecejos, y al término de la liza el nombre del argentino ocupaba todos los comentarios elogiosos. Se había revelado como un buen delantero centro. No a semejanza de los nuestros, tipo “tanque”: su triunfo fue de delantero centro “cerebral”.
– Bien, habrá dominado usted dicho puesto anteriormente, cuando frente a los granadinos demostró espléndidas cualidades en él
– No crea. El puesto de delantero centro casi nunca lo ocupé. Y cuando lo hice, de forma esporádica o en partidos sin responsabilidades. Lo que sucede es que me adapto bien a los tres lugares de la tripleta central del ataque. Este partido del pasado domingo fue el primero de mi vida que jugué seriamente como centro delantero…
– Pues ha constituido una auténtica revelación
– Espero mejorarla en cuantas ocasiones se me presenten. Repito que me adapto a él. A pesar de no ser muy alto, sirvo. De ahí que al intervenir en el mismo emplee más la inteligencia que la fortaleza. Aunque, en realidad, el puesto de centro delantero es más para pensar que para bregar. Esto último es cuestión de los interiores.
– ¿Qué puesto es más cómodo, el de centro delantero o el de interior?
– Sin lugar a dudas, el de centro delantero. Los interiores trabajan, generalmente con mayores esfuerzos y en el anonimato. No “llegan” a los graderíos. Tienen que pelear desde abajo y mantener un ritmo agotador, pero comúnmente sin relieves espectaculares. Por el contrario, el de centro delantero es más cómodo, pues se limita a cuidar sólo de su “campo” y, en determinados casos, de su “hombre”… Por ello, alcanza más al espectador. ¡Paradójico¡
– Ya en el Betis ¿qué de bueno ha encontrado usted en él?
– El perfecto compañerismo reinante y la calidad del fútbol hispano
Y como el personaje no daba para más… por el momento, le agradecimos su gentileza, y aquí queda reflejado quién es ese futbolista que de América llegó sin ruido y ya lo está dando entre nosotros.
Fuente: Borbujo en Marca 8 de mayo de 1957