Un gran club en marcha, de Emilio Vara
El 12 de agosto de 1961 el Estadio de Heliópolis pasó a ser propiedad del Real Betis Balompié. Antes del partido Betis-Fiorentina, y sobre el mismo césped del recinto, se firmaron las escrituras de propiedad del estadio a cambio de la cantidad de 14 millones de pesetas.
Dos días después en las páginas de Sevilla el periodista Emilio Vara firmó este artículo de reconocimiento a la labor de Villamarín. Un artículo elogioso en tono de loa y en el que se manifestaba lo que la labor de Villamarín vino a suponer en la historia verdiblanca, así como todas las esperanzas e ilusiones que su presidencia despertaba.
La gran familia bética vivió en la noche del sábado una jornada memorable que constituye ya una de las páginas más importantes, o quizá la más importante, de la historia del Betis. El sábado por la noche, al antiguo estadio de Heliópolis pasó a ser propiedad del Real Betis Balompié, con el nombre de Estadio Benito Villamarín. El nombre del presidente que está haciendo de la sociedad verdiblanca un gran club y ha de llevar al Betis, qué duda cabe, a los mayores triunfos. Por lo pronto, ya hoy el Betis es un club magníficamente regido, bajo la dirección de uno de los mejores presidentes que han existido en el fútbol español en todos los tiempos; es también un club perfectamente organizado, con un gran entrenador al frente y un plantel excelente de jugadores a sus órdenes, llenos de juventud y con clase que darán muchas jornadas de gloria a los colores verdiblancos, y es, finalmente, desde el sábado un club con su estadio propio, el cual va a remozar para colocarlo a la altura de los mejores de España. Y este Betis que pisa tan firme y tan fuerte tiene que volver a conquistar el máximo galardón del fútbol español. Volver a ser campeón de Liga. Esa es la meta que desea alcanzar su presidente, con Benito Villamarín, y todos estamos seguros de que ese gran triunfo tiene que llegar, porque cuando un club está dirigido de la forma tan admirable con que el Betis marcha en todos los órdenes, ese club puede abrigar las mayores ambiciones y conseguirá su objetivo en su momento.
El acto de la firma de la escritura de propiedad del Estadio y la bendición del mismo fue muy solemne y estuvo realzado por la presencia del señor cardenal, del alcalde y de otras destacadas autoridades y personalidades. Y si fue un acto que llenó de satisfacción y de alegría a todos los béticos por la realización de uno de los proyectos más ambiciosos del club, la jornada también sirvió para testimoniar al señor Villamarín, una vez más, el homenaje de gratitud, simpatía y cariño de que es acreedor por sus virtudes personales y por lo mucho que ha hecho, que está haciendo, por el Betis.