Ha muerto Juan Petralanda, de Manuel Fernández de Córdoba.
El 25 de junio de 1985 falleció en Sevilla Juan Petralanda Ochandiano a la edad de 62 años, de los que gran parte dedicó al Real Betis Balompié. Su primera aparición en la directiva bética fue con Pascual Aparicio como presidente en 1948. Era contador, el encargado de la tesorería del club, en los años de la tercera División. Recordando esa terrible época quedaría su frase posterior: «Eramos menos que nada».
A mitad de los 60 de nuevo entraría a formar parte de las directivas que sucedieron a Villamarín. Así lo encontramos como vocal con Andrés Gaviño, José María Domenech y Julio de la Puerta, con quien también volvió a ser contador. Y este puesto, de importante proyección en la economía del club, desempeñaría de nuevo desde 1971 con José Núñez Naranjo hasta 1978.
Su fallecimiento se produjo en los mismos días en que el Betis disputaba las semifinales de la Copa frente al Athletic, lo que se refleja en el texto que el periodista Manuel Ramírez Fernández de Córdoba le dedicó en las páginas de ABC.
Y todo el Betis, al saber la noticia, habrá crujido fuerte en lo más profundo de sus entrañas. Ha muerto Juan Petralanda, el patriarca que haciendo números hizo Betis; el que levantaba la voz en las asambleas para hacer casi poesía verdiblanca del frío lenguaje de los números, explicando que un carné anual había subido dos paquetes de tabaco, “y que no me diga ningún bético que no es capaz de darle dos paquetes de tabaco al Betis” . Y el salón del Claret, claro, con la asamblea vibrante de beticismo, se le venía abajo, se callaba de golpe y el siseo del profundo respeto rodeaba a este hombre grandullón que llevaba el Betis en la cabeza y lo atendía con el corazón.
Juan Petralanda. Hacía ya bastante tiempo que la enfermedad lo perseguía. Me consta cómo continuaba su contacto con el Betis, cómo desde la tertulia de su casa, con los amigos que nunca le faltaron, analizaba pasado, presente y futuro en verdiblanco, cómo contaba las mil y una peripecias de tiempos de rifas y de letras que vencían y de números que había que hacer para, época de oro en verdiblanco, que “el Betis no le deba un duro a nadie”.
Y ha sido tan solo horas después de se estuviera por Heliópolis a punto de tocar con los dedos una final como aquella del setentaisiete. Ya no habrá en ninguna asamblea esa voz, ese estilo y ese aire patriarcal de quien, sencillamente, sin darle jamás importancia a lo mucho de bético que llevaba dentro, explicaba cuentas y ofrecía el dato cierto con la muletilla, el finísimo regate de la comparación ingeniosa.
El domingo mismo por la noche, antes de que se le escapara la vida definitivamente, tuvo Juan Petralanda un paro cardíaco. Logró superarlo y le faltó tiempo para musitarle a su hijo: “Niño, ¿cómo ha quedado el Betis?”.
Fuente: Manuel Ramírez en ABC 26 de junio de 1985