Hoy hace 85 años. La Liga que ganamos. Betis Balompié 0 Arenas Club 0.
Tras la contundente derrota en Las Corts frente al FC Barcelona el Betis vuelve al Patronato para enfrentarse al Arenas de Guecho. Un partido, a priori, fácil para los verdiblancos, pues se enfrentan el líder con el colista de la Primera División.
A lo largo de la semana se sigue comentando el ambiente que el Betis encontró en el terreno azulgrana, y sólo cuando quedan pocos días para el partido del domingo comienza a prestarse atención a éste.
Se habla de la posible reaparición de Larrinoa en el centro del campo bético, ausente desde su lesión contra el Racing el 10 de febrero, y que ello permitirá a Simón Lecue volver a su posición natural de interior izquierda.
Como se dice en El Liberal el sábado 2 de marzo respecto a la presencia de Lecue en el ataque: “Se sabe que el defecto, el único defecto que hasta ahora se ha achacado al Betis, es el de tener un ataque poco profundo. Con la inclusión de Lecue en el interior el equipo había producido últimamente buena impresión en el aspecto ofensivo. Falta ahora comprobar si efectivamente puede confiarse en el filo de ese ataque para entrar por entre esas zarzas de partidos difíciles, deseadas catástrofes y pronósticos desagradables con que se viene correspondiendo a la labor del Betis, que si otro equipo hubiese llevado a cabos, la miel chorrearía ahora hasta empalagarnos…”
Se alude con ello a las teorías que siguen circulando en la prensa de todo el país, que siguen viendo al Betis como un equipo revelación pero sin opciones reales de alcanzar el título, y que tras la derrota en Barcelona anticipan ya el relevo en el liderato.
Ese mismo sábado la prensa informa de la llegada a Sevilla del autobús del Arenas Club, comandado por su entrenador José Planas. Y el mismo domingo se nos cuenta que en la prueba física que Patrick O´Connell sometió a Rufino Larrinoa el resultado fue desfavorable, por lo que definitivamente no se puede contar con él para el centro del campo verdiblanco.
Ante ello Don Patricio opta por bajar a Caballero a la línea de medios y devolver a Lecue al puesto de interior.
Así el Betis forma con Urquiaga; Aredo, Aedo; Peral, Gómez, Caballero; Saro, Adolfo, Unamuno, Lecue y Valera.
El Arenas con Jáuregui; Aguirre, Arrieta; Angel, Petreñas, Pérez; Larrondo, Silvosa, Santos, Lelé y Albéniz.
El arbitraje corre a cargo del asturiano Cangas Argüelles.
Como narra La Unión el equipo fue apoyado con entusiasmo por la afición, consciente de lo que el equipo se jugaba tras la derrota anterior: “Para mayor estímulo, su salida al terreno de juego se saludó por los espectadores con una acogedora ovación, insistente, reproducida más tarde en diferentes fases de la pugna y acompañada de los gritos de ánimo característicos de sus partidarios” .
El partido transcurre con un dominio insistente del Betis, acentuada en la segunda parte. El Arenas, replegado sobre su portería, se limita a defenderse y a despejar todo cuanto llega sobre su área.
A medida que va transcurriendo el tiempo el nerviosismo se acentúa entre los jugadores béticos, a pesar del apoyo de la afición. El juego se limita a bombear balones sobre el área guechotarra, lo que facilita la defensa cerrada de éstos. Unamuno no está acertado durante el partido y no puede aprovechar los numerosos centros que el extremo Valera le sirve. Sólo Lecue destaca en el ataque, con numerosos remates, pero ninguno de ellos alcanza la puerta rojinegra. Y así, entre numerosas pérdidas de tiempo de los visitantes y desaciertos locales, fue agotándose el tiempo de juego.
El empate del Arenas en terreno bético fue la gran sorpresa de la jornada. Pero el Madrid no puedo reducir las distancias, dado que no pasó del empate en el Metropolitano ante el Athletic madrileño. Chacho y Emilín marcaron en la primera parte e Hilario y Elícegui en la segunda.
Lángara se escapaba hacia su segundo título de máximo goleador consecutivo con otros dos nuevos tantos ante el Rácing, y el Español cedía los dos puntos conseguidos el domingo anterior en Bilbao ante el Sevilla.