Iniesta. Con toda el alma, de Patxo Unzueta
No hay ninguna duda sobre la calidad de un futbolista como Andrés Iniesta y a él le dedicó este artículo Patxo Unzueta el día anterior a la final de Copa que disputaron Athletic y Barcelona en Valencia en mayo de 2009. Un partido en el que Andrés no pudo estar por una inoportuna lesión, aunque sí pudo participar días después en la final de la Copa de Europa en la que el FC Barcelona dio toda una lección de fútbol frente al Manchester United al que derrotó por 2-0.
Pero para que se jugara ese partido en Roma antes el Barcelona tuvo que sufrir, y mucho, en la semifinal contra el Chelsea. Un empate a o en la ida en el Nou Camp lo dejaba todo a expensas de lo que sucediera en Stanford Bridge, donde a los 9 minutos ya ganaban los ingleses. El asedio barcelonista sobre la meta de Cech, con una posesión del 63%, no dio resultado hasta el minuto 92 del partido, cuando el genio de Fuentealbilla hizo justicia y clasificó al Barcelona para una nueva final europea.
Iniesta. Con todo el alma
Ayer cumplió 25 años Andrés Iniesta. No podrá estar mañana en la final de Copa contra el Athletic, pero seguramente sí en la de Champions ante el Manchester dos semanas después, según la opinión de los médicos que examinaron la lesión que se sufrió el domingo en el último suspiro del partido contra el Villarreal. Habría sido muy injusto que el artífice del pase a la final europea, con su gol en el minuto 92 frente al Chelsea, no pudiera estar en Roma el día 27.
Fue muy emocionante ese gol. Lo fue que, tras hora y media de juego sin que el Barça, que tiene los mejores artilleros del momento, lograra encajar un solo balón entre los tres palos, el de apariencia más frágil, un chaval pálido y con aspecto de tímido, le pegara al balón, dijo luego, “con toda mi alma», para batir a Cech y resolver un partido que hasta ese instante clasificaba al equipo londinense. La alegría es en fútbol contigua a la tragedia, y de ahí que la celebración más gozosa tenga que ver con las remontadas y con los goles en tiempo de descuento. Pero el entusiasmo por ese gol se debe también a que su autor fuera este David entre Goliats con el que es tan fácil identificarse.
Hay jugadores que pisan fuerte y al correr levantan la hierba, como Neeskens, por ejemplo, ó Cristiano ahora, y otros que se deslizan sin apenas rozar el césped, como Beguiristain en su momento y ahora Iniesta: futbolistas que andan de puntillas y que, más que golpear, acarician el balón; eso fascina de este chaval de Fuentealbilla, Albacete, que llegó a la Masía con 12 años, en 1996, tras haber destacado en el torneo infantil de Brunete.
Existe una grabación de esa época en la que el periodista, De la Morena, le pregunta a qué se dedica su padre y él responde: “Es albañil”. El periodista le anima. “Cuando tú triunfes, será constructor”. Y el chaval: “Ojalá”.
Conversación que recuerda un diálogo incluido por Valle- Inclán en una de sus Sonatas: “¿Qué hace tu padre?”. Y responde el niño: “Nada, labra la tierra”. Le parecía que ser campesino era no hacer nada. Iniesta hace las cosas más difíciles con tanta sencillez que parece que no hace nada. Pero nadie es capaz de hacer lo mismo, por mucho que lo ensaye.
Patxo Unzueta en El País 12 de mayo de 2009