La Champions League llega a Sevilla entrando por Heliópolis, de Manuel Fernández de Córdoba
Esta semana el Real Betis Balompié vuelve a la competición europea después de una ausencia de 4 temporadas. Buen momento para recordar una de las ocasiones más brillantes en que lo hizo, concretamente en la temporada 2005-06 a través de la máxima competición continental, como es la Liga de Campeones.
Y lo hacemos a través de este artículo que el periodista Manuel Fernández de Córdoba publicó en ABC el 13 de septiembre de 2005, el martes en el que el Villamarín se estrenaba con un encuentro entre el Betis y el Liverpool, el ganador de la competición la temporada anterior.
No faltarán, aunque desgraciadamente falten ya muchos, los que se fueron a las tribunas del cielo, los que vivieron aquellos tiempos de carretera, manta y bocadillos a Utrera, aquellos siete años en Tercera, las fatiguitas de un Betis que se venía arriba sólo el manquepierda como blasón porque otra cosa no tenía, aquel viejo Heliópolis que nació como Stadium de la Exposición, allá por el veintinueve del siglo pasado, y aquellos rivales, Puente Genil, Iliturgi, España de Tánger, Atlético de Tetuán… para ir sobreviviendo a durísimas penas sin que la vieja guardia, entonces jóvenes, renunciara a su sino y su destino y fuese tirando como fuera para que los que todavía están, ay Alfonso Jaramillo como símbolo de una irrenunciable fidelidad blanquiverde, sientan esta misma noche que mereció la pena aguantar carros y carretas, desamparos y calamidades como ir de ser campeones de Liga en el treinta y cinco a caer en los sótanos para que hoy, lo que han cambiado los tiempos, se estrene, de verdad de la buena, la Champions League para que puedan los béticos añejos echar a rodar sus recuerdos alternando el pasado heroico con el presente maravilloso, la nostalgia y la añoranza con la alegría y la felicidad del momento, porque un partido como el de hoy, o cuando llegue el Chelsea, o cuando le toque al Anderlecht, son para disfrutar el mero hecho de disputarlo y ya se sabe que la única forma de perder o de ganar con estos equipos es porque se ganó y no se perdió a pulso la posibilidad de enfrentarse con ellos y, si encima, logra un buen resultado, pues ya sería el colmo de una afición que, añeja o casi recién nacida, ¿verdad Julito Jiménez Heras?, que ya ha conocido títulos no más nacer, curtida en malos tragos y sofocones, encuentre hoy el sabor de los días grandes para paladearlos tanto si pintan oros como si salen bastos, tanto si las cosas salen como se sueñan, o la realidad no mejora lo que tanto, y por tanto tiempo, se soñó. Habrá clamores en las gradas, guardará el beticismo todo lo que ocurra para contárselo a las generaciones venideras y florecerán los recuerdos por los cielos de Heliópolis.