La simpatía ambiente del Betis
El 14 de abril de 1935 sólo faltan 3 jornadas para que finalice la Liga que encabeza el Betis con 30 puntos, seguido del Madrid con 29, Oviedo con 23 y Athletic con 20.
El encuentro que ese día tiene que disputar el cuadro verdiblanco es en San Mamés contra el Athletic, para luego recibir al Sevilla en el Patronato y acabar la competición en El Sardinero contra el Racing.
Al Madrid, el otro único posible aspirante ya al título, le queda un calendario más fácil: recibir al Valencia en Chamartín, jugar en Las Corts contra el Barcelona y finalizar en la última jornada en casa con el Arenas, ya descendido.
A favor del Betis el gol average particular, fruto de sus victorias en Chamartín y el Patronato, en caso de un empate final a puntos.
Esta crónica que hoy traemos se publicó el sábado 13 de abril, el día anterior al encuentro del Betis en San Mamés, en el diario deportivo bilbaíno Excelsius a cargo de su periodista Machari. En ella se desvela la simpatía con que en la ciudad bilbaína se veía la machada del equipo bético, un conjunto plagado de jugadores vascos que tenía la opción de ser el primer club que ganase la Liga no siendo ni Athletic ( 3 títulos hasta este momento), Madrid ( 2 títulos) y Barcelona ( 1 título).
Pero que nadie piense que al Betis le iban a regalar el partido, porque el Athletic apretó de lo lindo en ese partido, aunque la excelente defensa verdiblanca, base de los triunfos, una vez más solventó la papeleta y sacó un punto suficiente para mantener la primera posición de la tabla clasificatoria.
El Betis viene esta vez, más que nunca, a San Mamés rodeado de una simpatía especial. No ha de extrañar que esto suceda tan pronto como el lector se aperciba de los elementos vascos, la mayor parte de ellos lo son, que integran el equipo bético.
Eliminados los equipos vascos, y de esta forma los vascos en sí, de conseguir un puesto de la alcurnia que ha distinguido siempre en cosas de sport a los euskaldunes, naturalmente se han puesto las esperanzas en los elementos, dicho sea de forma suave, emigrados a otras regiones; pero vascos al fin y al cabo. O “andalucianos”, que diría el andaluz de Elgueta.
Es, pues, algo así como una esperanza que todavía queda, un último recurso de conseguir un triunfo vasco, aunque pasado por filtro andaluz.
Se nos argüirá que también son vascos varios elementos pertenecientes al Madrid. Y es cierto; pero así pensando daría tanto que triunfase el Madrid, el Valencia, el Barcelona, el Español, el Sevilla, etc, que un solo equipo de la primera división no se libra de jugadores vascos, que todos, absolutamente todos, tienen alguno.
Al estudiar detenidamente, pues, los factores que concurren a crear la atmósfera de simpatía que rodeará al Betis mañana domingo en San Mamés, forzosamente habrán de encontrarse otros ajenos a este hecho de estar formado el equipo por jugadores de aquí. Indiscutiblemente influye el hecho de que es precisamente el Betis el equipo que tiene más jugadores vascos, y por lo tanto, el ser, pese a la distancia que separa el Guadalquivir del Nervión, el equipo más vasco como tal, el de personalidad más vasca después de los equipos propiamente vascos. Luego disipadas las esperanzas de éstos, propiamente y por sí, el representante más identificado con los equipos vascos, por la cantidad, si no otra cosa, de jugadores…paisanos que lo integran, es el Betis.
No ha de extrañar pues, repetimos, que al Betis se le anime.
Pero no solamente por esas razones que el Betis despierta generalmente simpatías, que el equipo andaluz en cuestión, “no histórico”, ascendido a la primera división por méritos propios, año tras año viene representando papales airosos, que le han permitido llegar a finalista de Copa y ocupar puestos de primer orden en la clasificación de la Liga.
Este año no ya eso, que, colocado en los comienzos del torneo en el primer puesto al vencer en Chamartín al Madrid, proeza indiscutible, aún cuando repetida por él, viene manteniéndose a pulso en el peldaño superior.
El Madrid llegó a pensar ganarle en el Patronato y no lo consiguió; más tarde el Madrid creyó que el team de Unamuno perdería en Buenavista, y tampoco sucedió lo calculado en la villa del oso y el madroño, amén de otras ocasiones en las que el Betis salió igualmente lo mejor parado que cabía. Ahora, casi en último término, los madrileños confían en San Mamés, donde el equipo del Athletic, naturalmente, hará cuanto pueda por ganar y conseguir por lo tanto lo que en Madrid se apetece; pero el Athletic no puede influir en el ambiente, y éste, por mil razones deportivas, por simpatías ganadas por los béticos al conquistar el primer puesto, será favorable, de ánimo, aunque no le irá bien al deseo madrileño.
Nosotros estamos en off-side, esperando entrar en juego cuando sea llegada la hora de informar; mientras tanto animamos al Betis, pero le recordamos que la hora de rendirle el tributo de nuestro sincero homenaje no habrá llegado en tanto no se haya cubierto el trecho que todavía queda por cubrir.
Es lo que necesita saber el Betis.