Las cosas han cambiado, de José María De la Concha
José María De la Concha es uno de los grandes personajes referentes en la historia del Beticismo. El mes que viene se cumplirán 10 años de su fallecimiento, e intentaremos recordarle en este tiempo.
Comenzamos con un artículo suyo que se publicó en el diario deportivo AS el 14 de marzo de 1990. En esa temporada 1989-90 José María De la Concha volvió a la directiva bética como vocal. Una directiva presidida por Hugo Galera y que asumió la dirección del club tras la retirada de Gerardo Martínez Retamero. El club estaba en Segunda División y sumido en un auténtico caos económico.
El objetivo era doble: en el plano deportivo regresar a la Primera División, y en el económico encauzar una situación que se deslizaba de forma peligrosa, y que podía dejar al club fuera del Plan de Saneamiento que por entonces se estaba cerrando con la administración. Además, poner orden en un club que en las últimas temporadas del anterior presidente había fracasado en su gestión interna, dejando escapar a numerosos jugadores de las categorías inferiores que, además, terminaron jugando en el club rival.
Este es el sentido del artículo de De la Concha, que venía a dar un toque de atención sobre el desbarajuste anterior y cómo esas cosas no podían volver a repetirse. Eso desde luego se consiguió, pues poco tiempo después el mismo club lo intentó con el caso de José Luis Loreto, aunque esta vez la entidad verdiblanca supo parar el golpe.
Una vez conseguido el ascenso en mayo de 1990 José María De la Concha abandonó la directiva bética, señalando que el objetivo deportivo con el que entró a formar parte en ese año de transición estaba cumplido.
Llevo en el fútbol desde los dieciséis años. Es decir, casi setenta. Y desde que nací siento en mis venas la sangre verdiblanca. A pesar de haber defendido circunstancialmente los intereses de otros clubs (el Calvo Sotelo, el Atlético o el Madrid, por ejemplo), soy bético, sin embargo, de principio a fin.
Muchos no saben que un derrame sinovial me apartó del fútbol activo. Y probablemente tampoco saben que a los veintiún años ya ejercía como directivo del Real Betis. Eran otros tiempos, claro está. Pero no debería asegurarse que cualquier tiempo pasado fue mejor, no; era diferente.
Esa pasión es la que me ha hecho regresar al club. Quiero saber si soy capaz de aportar algo a su buena marcha, quiero devolverle algo de lo mucho que me ha dado.
Naturalmente, no podría darle todo lo que quisiera. Lo que quisiéramos todos es tener ya el ascenso en la mano. Como vocal del área deportiva y como asesor técnico del presidente creo que eso es posible. El Betis no se merece menos, aunque, como en otras facetas del fútbol, a lo mejor también deseáramos algo más de espectáculo. Aquí entendemos, no obstante, que lo básico es volver a Primera División, aunque suframos dificultades. De las dificultades nacen las grandes empresas y no vale decir que los directivos nos sacrificamos, porque los que estamos en estos cargos lo estamos por voluntad propia. No, no hay que lamentarse.
Yo soy el socio número dos del Real Betis. Joaquín Vázquez Hermoso es el número uno. Creo que eso da una idea de mi militancia verdiblanca. Eso supone también que he vivido buenos y malos momentos, más de éstos, a pesar de todo, porque este Betis es mucho Betis.
Si yo pudiera, le dedicaría a mi club veintiocho horas. Pero no me roba tiempo, porque no tengo “ná” que hacer. Además…esto es lo que más me gusta. Y por eso sufro algunas situaciones, como esa del Sevilla, intentando fichar a nuestros jugadores del filial.
Yo digo que hay ciertas cosas que no se pueden o no se deben consentir en las relaciones entre clubs rivales, pero vecinos, que se baten donde haya que batirse, pero que están obligados a determinados comportamientos. He dicho que antes de esto debería haberse establecido qué ocurrió con el pase de Carvajal y Conte al Sevilla. ¿Qué pasó?
Está claro que eso es el resultado de una tremenda negligencia directiva. Y para intentar resolver el enigma hemos iniciado un expediente. Hay cosas que no se pueden permitir. Por ello queremos saber ahora quién fue no el culpable de aquello, sino el más culpable.
Y es que aquí, en el Real Betis, ahora, las cosas han cambiado. Es probable que no lo supieran. Pero si se han pensado que las cosas estaban como el año pasado, se han equivocado de medio a medio. Este Betis no tiene nada que ver con aquél y ya se ha visto.
Poco más tengo que decir. Y menos de un caso que ni nos ha sorprendido ni nos ha pillado en offside, por usar un término futbolístico.
Ahora lo del Manquepierda es sólo una frase. Tenemos que ganar, tenemos que ascender.
Fuente: José María De la Concha en AS 14 de marzo de 1990