Lo de todos los días, de Oreto

La polémica entre fútbol y toros en la Sevilla de la primera mitad del siglo XX fue muy fuerte. Se unía la tradición de una ciudad considerada una de las plazas fuertes del arte taurino, con el vigor que pronto iría cogiendo el nuevo espectáculo deportivo del fútbol.
Mientras que en otras ciudades pronto el fútbol desplazó a los toros en el interés de las grandes masas de la población, en Sevilla este proceso fue mucho más lento, y no es hasta bien avanzado ya el siglo XX cuando se constata lo que en otras ciudades ya había sucedido.
Traemos hoy a nuestra página un relato publicado en el periódico sevillano El Liberal en agosto de 1933. Aparece en una sección denominada Catalejo Deportivo, de la que no figura el autor, pero que estamos casi seguros que es obra del periodista Juan Otero, que en dicho diario firmaba con el apodo de Oreto.
En el relato hay dos discusiones, la primera entre un apasionado del fútbol y otro del toreo, mientras que en la segunda se centra en el tema futbolístico, pues son ahora dos seguidores, uno del Betis y otro del Sevilla, los que porfían ante el inminente comienzo de la temporada.
– Estoy satisfecho. En breve comenzará la nueva temporada de fútbol. Un poquillo de calor, pero no importa. La afición lo puede todo. Cuando llegan los primeros calores está uno deseando que termine el fútbol. Al menos, eso se dice a los amigos. Pero en cuanto pasan un par de meses… parece que le falta a uno algo…
– ¡Que un sevillano hable así¡… Er furbo, las patás. ¡No te da fatiga entusiasmarte con las patás¡ Si eso es cosa de bárbaros. Cosa fina y emocionante, los toros. Si yo fuera autoridad siquiera un día, hacía obligatoria para los sevillanos la asistencia a los toros…
– ¡Los llenos que iba a haber¡ Los aficionados al fútbol no necesitamos de esas disposiciones. ¿Tú sabes siquiera lo que entra por el cuerpo de ver al delantero centro del equipo de uno, que hace así, y así, y así… Y cuando menos te lo esperas, ¡pon¡, el zambombazo. Y el portero, que parece que le está haciendo la competencia al “Flit” cogiendo moscas…
– ¿Y eso es bonito? Bonito y emocionante es ver al torero irse, sereno y tranquilo, dominador y artista, hacia el enemigo, llamarlo…, y después de hacerle así, y así, y así… ¡a un toro, no a un hombre¡, hacerse una faja con él… Y pa abrocharse, los pitones como hebilla
– Eso lo dices tú porque en tu vida has visto un partido de fútbol
– Ni lo veo; primero muerto
– Pues ni yo veo una corrida de toros
– Pues quédate con tu furbo
– Y tú con tus toros…
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– Que no. Que, hoy por hoy, el Betis es más equipo que el Sevilla
– Si yo no te lo discuto. Todo lo que tú quieras; pero cuando el Betis haga lo que hizo el Sevilla el año 21… ¡Aquello sí que era jugar¡
– ¿Y para qué le sirvió todo aquello al Sevilla? Lo que hace falta es ganar los partidos. Y nada más que eso es lo que hace el Betis siempre que quiere…
– Siempre que puede, querrás decir. Lo que hizo el Sevilla ahí quedó. Que le pregunten al Athletic de Bilbao…
– Pues que le pregunten al Madrid por lo que le hizo el Betis en el Campeonato de España… Y por lo que le va a hacer al Sevilla en el Mancomunado. ¡Ya mismo¡
– O por lo que le va a hacer el Sevilla al Betis. Que este año vamos a llegar pero que muy lejos…
– A la Barqueta…
– Adonde sea. Sevillista hasta en la tercera división. Nada más
– Y yo bético mientras la Giralda esté en pie
Fuente: Catalejo Deportivo en El Liberal 29 de agosto de 1933