Entrevista José Suárez «Peral» 1943
No son frecuentes las entrevistas a futbolistas en la prensa de los años 30 y 40. MARCA nace en 1938 como semanario gráfico dedicado al deporte, aunque será en Noviembre de 1942 cuando se convierte en diario, con entre 8 y 16 páginas por número.
Esta necesidad diaria de noticias provoca el dedicar más contenidos a otras informaciones hasta entonces poco tratadas, como es el caso de las entrevistas a los futbolistas. Cuando un equipo visita Madrid para enfrentarse al Real Madrid ó al Atlético es cuando se presta una mayor atención a los futbolistas de otros clubes.
Este es el caso que hoy presentamos, cuando el miércoles 3 de Febrero de 1943 aparece una entrevista a Peral que visita Chamartín con el Betis el 31 de Enero en la jornada 17 del Campeonato de Primera División. El equipo marcha en el último lugar de la clasificación y está condenado al descenso, tras una mala planificación y una serie de refuerzos que no dan la talla correspondiente.
En la entrevista Peral rememora su entrada en el club en 1927 como jugador del equipo amateur. Será en la temporada 1929-30 cuando debute en el primer equipo, que será ya el único de su vida. Como en la entrevista se detalla no se beneficiará del dinero que entonces ganaban los futbolistas cuando se producía un traspaso, pues siempre permanecerá fiel a su equipo, siendo uno de los seis jugadores que participaron con el equipo bético en Primera, Segunda y Tercera División.
En el deporte, generalmente, busca el individuo el logro de unos afanes incontenibles de lucha, de competencia; en otros casos, el deseo de fortalecerse. Y en el profesionalismo, el medio de ganarse la vida. Y para nadie es un misterio que un aspecto fundamental de la profesión deportiva, nos referimos al fútbol, que es la única especialidad que da motivo a ello en España, lo constituye la fase del traspaso, en la que el jugador tiene la oportunidad de embolsarse unas pesetas, que vienen a ser, en los más de los casos, un remanente, un depósito que hace el hombre deportista para afrontar la vida cuando ya el deporte no precisa de sus servicios que, ¡ay¡, la madurez hace imposibles.
Así, oteando el panorama, nos encontramos que, quién más ó quién menos, ha logrado beneficios con dichas transferencias.
Acabamos de hablar en términos generales.
Pero hay casos particulares; veces en que el muchacho que ha educado su deportismo bajo el título de una entidad, no “acierta” a alejarse de ella, por muy ventajosas que sean las proposiciones que se la hacen desde otros sectores, adversarios, naturalmente.
¿Quieren ustedes conocer un caso singular de éstos? Sigan, pues, leyendo…
Ante nosotros, en esta mañana gris del domingo, se encuentra José Suárez González, a quien la afición futbolística de España conoce por el sobrenombre de “Peral”.
Peral es un tipo clásico de Andalucía. Pero, a simple vista, más que deportista, en atuendo callejero, asemeja un pintor o un poeta. Su cabeza es de artista, y en su donaire está impreso el fino espíritu de Andalucía. Sin embargo, Peral es desde hace muchos años un deportista activísimo y futbolista por añadidura. Raro contraste que un hombre como él eligiera una de las especialidades más rudas del deporte.
Charlamos…
– A cada año que transcurre solemos recordarte
– ¿Cómo es esto?
– Esperamos la noticia de que te retiras del fútbol
– ¡Caramba¡ Pues van ustedes más de prisa que yo, que ni siquiera lo he pensado todavía
– Pero como para nosotros también pasan los años y vemos que la madurez está al llegar…
– ¡Ah, vamos¡ Quieren ustedes decir que ya voy siendo viejito…
– Tanto como eso no; pero no es necesario llegar a viejo para darse por vencido en el deporte. Basta sólo con que perdamos las energías de la juventud.
– Pero yo no las he perdido todavía. Y creo que me durarán algunos años más. Vea: he cumplido los treinta y uno, y soy capaz de competir, a correr y a saltar, con cualquier muchacho de veinte años. Esto no es más que el hábito de hacerlo todos los días. Yo creo que a la vejez hay que combatirla con las armas de la juventud.
– Lo cual quiere decir que todavía vas a jugar largo tiempo…
– Hasta que pueda. Pero no hasta ese instante en que a uno le dicen que ya no sirve para nada. Yo dejaré de jugar cuando comprenda que estoy en el declive inevitable. Hay que dejar bien sentado el pabellón.
– ¿Y en qué equipo crees que te sorprenderá ese instante?
– En “er Beti”. ¡Pues no faltaba más¡
– Ya debes de llevar muchos años en él…
– Quince. Tenía dieciséis cuando vestí por primera vez la camisa blanquiverde.
– Total, la temporada…
– De 1927-28.
– Y desde entonces…
– En “er Beti”. Y además jugando siempre. Nunca he sufrido una lesión grave. Como la mayoría lesiones leves, golpes, pero inmediatamente me puse a punto de seguir jugando.
– ¿Cuántos partidos crees que habrá jugado en los quince años?
– Lástima que no pueda contestarte; ni lo sospecho siquiera. Pero si le interesa, se lo escribiré desde Sevilla a mi regreso. Tengo un amigo que posee una estadística sobre los partidos que juegan sus favoritos.
– Total, que empezaste jugando en el Betis y terminarás en él
– Precisamente en el Betis no empecé mi carrera deportiva. Las primeras patadas a la pelota las dí en el “Arco Iris”
– ¡Asombroso¡
– ¿Usted también es un bromista? El “Arco Iris”, amigo, era un equipo que se había formado en el típico barrio sevillano de San Bernardo. ¡Vamos, que ya me iba usted a poner por las nubes¡
– Y de allí…
– Al Triana. Este ya era de categoría superior. En aquella época, año 1927, estaba en el grupo B. Con él jugué y gané el Campeonato aquel mismo año. Entonces sí; de éste me marché al Betis. Y hasta la fecha.
– Pero suponemos que te habrán propuesto cambiar de aires…
– O quedarme en los mismos, pero en el Sevilla. Tampoco recuerdo exactamente cuántos han sido los clubs que han solicitado mis servicios. Una vez fue el Oviedo, cuando se fue Soladrero, y hace dos años Sancho vino de parte del Barcelona. Pero yo, erre que erre. Bético de corazón para toda la vida.
– ¿Siempre has jugado en la línea media?
– En los medios o en la defensa. Nunca de portero ni de delantero. Y siempre en el lado derecho.
– Como buen bético, en los años que llevas jugando te habrá llevado buenos disgustos
– Y alegrías también señor. De todo hay en la vida deportiva del fútbol. Pero eso sí: no hay quien me quite la pena que tengo dentro del cuerpo al ver como marcha este año “er Beti”. Con la ilusión que representó para mí la reincorporación a Primera División. Y ya ve usted, no creo que nadie pueda remediar el descenso automático. Pero ¡ no importa ¡, volveremos a luchar hasta conseguir nuevamente el propósito a que todos aspiramos. Costará más o menos; pero se conseguirá.
– Con tu concurso, claro
– Yo no sé los años que me quedan todavía por delante como jugador. Pero pudiera ser que el esfuerzo supremo de contribuir a colocar otra vez “ar Beti” en Primera constituyese el epílogo de mi carrera deportiva.
Fuente: Marca 3 de Febrero de 1943