Rafael Villarín
En noviembre de 1978 falleció en Sevilla Rafael Fernández Villarín, hombre ligado a la cantera verdiblanca durante gran parte de los años 60 y 70. Dirigió en diversas temporadas al equipo de aficionados y de juveniles del Betis y durante la campaña 1965-66 al Triana Balompié en Tercera División.
Procedente de una familia de honda raigambre artística y bética, su hermano Antonio Villarín fue futbolista verdiblanco en los años 40 y 50, se crió en el entorno de la Puerta Real. De ahí su relación con uno de los grandes mitos verdiblancos como fue Andrés Aranda.
En las páginas de Suroeste se le rindió un sencillo homenaje con este artículo que hoy reproducimos. Uno de tantos béticos que durante su vida rindieron servicio al club y que tratamos de rescatar del olvido.
Ayer murió Rafael Villarín. Rafael Fernández Villarín, 52 años, de la Puerta Real, futbolista de joven, entrenador después y bético hasta ayer mismo, no fue nunca un hombre de suerte.
Comenzó jugando en el equipo del barrio, el Museo. Calavera, Algeciras, aficionados del Betis, Motril y Eldense. Se retira y saca el carnet regional de entrenador. Ayamonte en varias ocasiones, Barbate, juveniles del Betis, Triana Balompié, Plasencia y Olímpica Valverdeña, donde comenzó esta campaña y tuvo que venirse al mes de estar allí.
Administrador de perlas en bruto en el potrero que fue el campo de los Salesianos de Triana—Demetrio, Cristo, Fali, Gerardo, Quino, Rogelio—siempre estuvo a lo que quisieran mandar los eventuales mandatarios de su equipo de siempre. En la tarde del jueves animaba con su presencia las evoluciones de los niños de Mani en su familiar “Maracaná”, pero Rafael Villarín no era hombre de suerte.
Los últimos tiempos le habían deparado dos mazazos consecutivos. Sus hermanos, Pitolo y Añoño, dejaban de existir y eso para Rafael ya era demasiado.
Mañana desde el simbólico palco de las alturas se sentará, como siempre, al lado de Andrés Aranda—se limitará a asentir las observaciones del maestro—y verá qué hace su gente en el terreno de La Victoria, con brazaletes negros una vez más en lo que va de año.
Descanse en paz.