Sevilla-Betis. Los hermanos Areta

A comienzos de los años 60 se dio la curiosa circunstancia de que en los dos clubs sevillanos militasen a la vez dos hermanos: Esteban Areta Vélez, quien llegó al Betis en 1957 procedente del Valencia, y José Luis Areta Vélez, que llegó al Sevilla en 1961 procedente del Athletic Club.

Ambos formaban parte de una saga familiar futbolística de primer nivel, pues hubo incluso otro hermano  mayor, Serafían Areta Vélez, que jugó en el Athletic bilbaíno entre 1949 y 1957 y otro menor, Jesús, que jugó en el filial valencianista, el Mestalla, aunque no llegó a debutar en la Primera Divisón.

Esta afición futbolística la llevaban desde luego en la sangre, pues su padre, Serafín Areta Labiano había sido portero del Osasuna en los años 20.

Cuando en 1961 José Luis llegó al Sevilla esta circunstancia no dejó de llamar la atención de cara al derbi que Sevilla y Betis tenían que disputar en el Sánchez Pizjuán en la jornada 6 el 8 de  octubre. A ella llegaban muy igualados: el Sevilla en 6ª posición con 5 puntos, y el Betis en 8ª posición con los mismos puntos. El Betis había vencido en la jornada anterior  en Heliópolis por 1 a 0 al Racing de Santander, mientras que el Sevilla venía de empatar a 1 en Oviedo.

El 7 de octubre en la prensa aparecía el siguiente reportaje

 

Posiblemente en la historia de los Sevilla-Real Betis no exista una coincidencia tan afín como la que se plantea en la inmediata edición, con la presencia en liza de dos hermanos.

 Si ha existido alguna vez no se recuerda. Por lo menos en las circunstancias de los hermanos Areta: dos jugadores no nativos y, por tanto, sin arraigo en la pasión que despierta entre los aficionados naturales al partidismo por el club de sus preferencias.

 

Ya habíamos tenido ocasión de ver con anterioridad  a José Luis, concentrado con sus compañeros desde el miércoles, en las instalaciones del Club Náutico, y entonces pudimos pulsar su criterio. José Luis Areta, que se hallaba en unión del inseparable amigo y compañero Maguregui, comentó entonces, mientras reían con todas sus ganas:

 

–          Vamos a complicarle la vida a Esteban, porque ya le venimos diciendo desde hace bastante tiempo que el Betis no tiene nada que hacer esta temporada, y mucho menos frente a nosotros. Y ahora usted va a obligarnos a que le repitamos el criterio, nada menos que para publicarlo. El Sevilla, este año, le gana al Real Betis en nuestro estadio y en el otro, en el Estadio Villamarín  ¡ Eso hay que tenerlo por seguro ¡

 

Cuando acudimos al hogar de Esteban el día y a la hora prefijada, le hicimos ver la manera de pensar de José Luis.

–          Y tú ¿qué piensas del partido contra el Sevilla?

 

Su esposa se adelanta en la respuesta.

 

–          Ya sabe él que hasta el lunes no podemos comprar el televisor que deseamos. Con la prima del partido tenemos que adquirirlo.

–          ¿Pero Esteban Areta no tiene dinero para un televisor?

–          No tanto como suponen las gentes que llevan la administración de los futbolistas, ni tan escaso como para no poder lograr dicho capricho. Pero resultará bonito que el televisor tenga su historia y digamos luego: “Lo compré con la prima ganada a costa del Sevilla”.

–          ¿Entonces opinas que el Real Betis le gana esta vez al Sevilla?

–          Lo único que puedo decir es que el partido será difícil para los dos equipos y que haremos lo indecible por no perder

–          ¿Y cómo se portará Esteban Areta si se ve en la obligación de marcar estrechamente a su hermano José Luis?

–          La obligación profesional está antes que la devoción fraternal. Yo quiero mucho a mi hermano. Todos nos queremos, pues somos, por fortuna, una familia muy unida. Pero si llega ese momento, actuaré sin contemplaciones. Haré cuánto esté en mi mano para impedir que José Luis se mueva. Eso lo sabe él perfectamente.

–          ¿Sabes que al partido asiste el seleccionador nacional?

–          Sí; pero ya en esta ocasión no me preocupa tanto. Ahora podré actuar ante el señor Escartín con la comodidad que otorga la seguridad de haber sido antes observado, y por tanto sin el nerviosismo que acarrea la necesidad de hacer méritos para convencer. Por otra parte, no creo que venga ahora el señor Escartín para fijarse exclusivamente en mí. Supongo que su viaje obedece simplemente a ir haciendo una composición de lugar general.

–          ¿No te gustaría ir a Chile?

–          ¡Claro, mucho¡ Y ser internacional cuantas veces pudiera.

 

Una llamada telefónica de las oficinas béticas interrumpió la charla. Comunican a Esteban que prepare el equipaje, ya que por la tarde quedará concentrado; pero le avisan que ponga bastante ropa de abrigo, porque la concentración bética va a durar, por lo menos, ocho días. Después del partido en el estadio sevillista, el grupo blanquiverde retornará al alojamiento que se dispone, mantenido en el más estricto secreto, debido a que el jueves recibe en el Villamarín a la Real Sociedad. La interrupción sirvió para que emprendiéramos la retirada del acogedor hogar de los señores Areta.       

 

 

Fuente: Marca 7 de octubre de 1961

 

Por cierto, no estuvo muy atinado en sus pronósticos José Luis Areta, pues el Betis se impuso en los dos partidos de Liga: 1-2 en Nervión y 3-1 en Heliópolis. Por contra, en la Copa el Sevilla eliminó al Betis con un 5-3 en Nervión para los merengues y un insuficiente 1-0 en Heliópolis para los pepinos.

¿Compraría Esteban Areta el ansiado televisor con la prima por vencer en Nervión?