El filial que yo quer(r)ía
El título no puedo compartirlo al 100%, pero, visto mi pesimismo meses atrás, la situación ha mejorado más de lo que esperaba. Por coyunturas ajenas a la planificación de la hermandad nazarí, pero, algunas veces, el azar o el destino posibilitan el cumplimiento de una voluntad justa.
El dibujo táctico del filial no ha cambiado mucho desde la primera jornada, pero sí la participación de los futbolistas de abajo. La base foránea ya no es tan engullidora como se presumió al principio y, si bien la fortuna hubiera acompañado, el filial pudo haberse plantado con seis futbolistas procedentes del juvenil en el once titular. Las lesiones, en el propio segundo equipo, y las bajas del primero, lo impidieron. El once podría haberse formado tal que así: Pedro, en portería; Isaac, Andriu, Caro, convocado con el primer equipo y realizando debut, Varela, lesionado en el Europeo Sub19; Carlos García, también de baja, Fausto Tienza; Álvaro González, Marco Rosa, Sergio Moyita y Álex Alegría.
Los resultados, acompañan. No es fácil, pero tampoco sumamente complicado. El nivel de la categoría, en comparación con la calidad del equipo, es ínfimo. Paseo militar en la mayoría de las jornadas, con rotaciones holgadas inclusive. El problema es más futurista, centrado en la promoción y, en definitiva, la viabilidad y realidad del tan mentado proyecto, de cuyo nombre no quiero acordarme.
Una vez más, el mensaje choca entre dirección y entrenador. Chocaba, supongo, porque se estrecharon criterios en su día. Óscar Cano no dudó en ejemplificar con el caso del F.C. Barcelona ‘B’ en Tercera División, de donde provienen futbolistas como Busquets, Pedro o el mismísimo Lionel Messi. Es decir, traducción: qué importa la categoría, promocionemos a los juveniles y, si realmente tienen que subir al primer equipo, sucederá así. Y estoy de acuerdo, aunque, también, es cierto que, cuanto más escalones interfieren en la subida, más complicada se antoja la adaptación.
Fradua, a modo de mandamás en el chiringo, viró el timón hacia la dirección opuesta. Fichar una base sobrada, sin importar la promoción desde abajo, para retornar, lo antes posible, al Grupo IV de Segunda División ‘B’. Futbolistas de 22/23 años tienen un futuro, en un filial, relativamente corto. Por norma federativa, además, ven limitadas sus posibilidades de realizar un ascensor entre primer y segundo equipo.
Sí, ascender. Después, ¿qué? ¿Implantar otra base nueva, con futbolistas de uno/dos años de filial para garantizar la permanencia? ¿Por qué no crear una base joven y con verdadera proyección desde ya? ¿Y si no se consigue el ascenso con una base tan superior? Si se consigue, ¿quién tiene realmente visos para asentarse en el primer equipo? El tiempo lo dirá.
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Noticia por Antonio Fernández Ocaña
Nací una gélida noche de diciembre del 1993. Desde entonces, tuve claro que quería dedicarme al tan romántico como complicado oficio del periodismo deportivo. Estudio el Grado de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Por aquí, dicen que soy el encargado de la Sección de Cantera.
opinión. objetiva buena y critica positiva.
buen periodista de futuro.
salud mucho betis