La cantera hoy, por Miguel Cejudo
Con los últimos estertores del invierno; cuando las bajas temperaturas se repliegan y dan paso a las lluvias que preludian la estación de flores, también se comienza a producir un cambio en la meteorología deportiva. Llega el momento decisivo, el momento de la verdad para alcanzar los objetivos trazados cuando Helio gobernaba con fiereza y tiranía estas latitudes.
En clave de cantera, por aquellas calendas comenzaba a germinar la semilla de un proyecto, cuyo fin ambicionaba cimentar la cantera con tal solidez, que ésta fuese uno de los pilares más importantes del club. Este redactor realmente desconoce los caminos que se iban a recorrer para alcanzar esa Arcadia que se ambicionaba, aunque si se han podido apreciar algunos senderos como el equipo médico, la nueva residencia, el aumento de técnicos y en las últimas fechas, la presencia de grúas y excavadoras en la frontera de los dos campos de césped natural con los que cuenta la ciudad deportiva. Allí comparece un generoso socavón que albergará los cimientos de la nueva grada, aunque ahora parezca una alegoría del bache donde se halla hundido el equipo que juega unos metros más allá.
A dicho proyecto se le bautizó con el nombre de Helióplis, epónimo del barrio donde se desarrollan las actividades en verdiblanco. Pues bien: tras algunos meses de la puesta en escena del mismo, sólo cabe una conclusión: el proyecto de momento naufraga en el mar de los malos resultados deportivos. Esta conclusión, reitero la hago sólo teniendo en cuenta los designios del balón. y es que, si nos atenemos a esto último, baste mirar la situación en que se encuentra el principal equipo de la cantera y principal abastecedor de Pepe Mel, que ya conocemos su querencia por los jóvenes valores que van floreciendo en el huerto de los Bermejales. La situación del filial es descorazonadora: oliendo el azufre de la tercera división tan de cerca que provoca afixia. Un equipo que ha agotado a tres entrenadores, dos de ellos deglutidos por la voracidad de unos resultados paupérrimos y un tercero que se ve impotente para reconducir la deriva de una nave que desde que salió del dique seco a finales de Agosto, presentaba generosas grietas en su línea de flotación. Tampoco es para presumir la actuación del primer equipo juvenil, aherrojado en una zona de nadie, confinado en las mazmorras de una lucha estéril por ningún objetivo, viendo muy de lejos, casi con prismáticos la estela de Almería, Sevilla y Málaga, que transitan a años luz en la galaxia de la competición.
Hay también otro dato que genera zozobra sólo con revisarlo: en el resto de categorías el eterno rival manda en la calsificación, sólo el preferente juvenil, mantiene la hegemonía verdiblanca en su competición. Hay que recordar que hace sólo tres temporadas, casi todos los equipos del Betis superarón al eterno rival en sus competiciones, con éxitos tan sonados como el campeonato de liga del Juvenil A o el de Andalucía del Cadete A. De entonces a acá, muchos nombres que han dado lustre a la cantera han desaparecido de los Bermejales: Miguel Valenzuela, David Ortega, Fede Jurado, Manuel Conde, Antonio y José Wanceulen o Alfonso Salado ya no están. Han venido otrros tantos cuyo labor es encomiable, quizá no tanto el acierto, pero merecen todo tipo de reconocimiento de quien esto escribe porque los ha visto trabajar y no hay duda de su esfuerzo y dedicación.
Quedan cosas por hacer, quizá ahora mismo la situación nos convoque al pesimismo, pero confiamos que el trabajo dé pronto esos frutos que anhelamos y la cantera del Betis vuelva a ser la más feraz y ubérrima de Andalucía como lo ha sido en fechas no muy lejanas.
Miguel Cejudo. Redactor de cantera.