El arrendamiento del Estadio de la Exposición 1936 (I)
El 16 de julio de 1936 tuvo lugar en el Ayuntamiento de Sevilla la firma del contrato de arrendamiento del Stadium de la Exposición entre el Ayuntamiento de Sevilla y el Betis Balompié.
El motivo de este traslado del club verdiblanco a este nuevo recinto deportivo no es más que la intención de conseguir unas nuevas bases de crecimiento. Durante el tramo final de la temporada 1935-36 se vivió una grave crisis económica que puso en jaque la supervivencia del club, y que fue solventada mediante la reducción de gastos, vendiendo jugadores como Urquiaga y Unamuno, y concediendo la carta de libertad a otros como Gómez o Rancel, así como con el decidido apoyo económico de la afición .
En los últimos partidos de Copa de esa temporada se experimentó la idea de abaratar las entradas de los partidos, lo que propició asistencias masivas contra el Gerona y el Osasuna. Pero la reducida capacidad del campo del Patronato, en torno a los 7.000 espectadores, no daba mucho de sí en este sentido.
Al final de la Palmera, en la entonces llamada Avenida de Mayo, se ubicaba el Estadio de la Exposición. Construido para la Exposición Iberoamericana de 1929 fue inaugurado en marzo de ese año con un encuentro amistoso entre las selecciones de España y Portugal. Posteriormente se celebraron diversos encuentros tanto amistosos como oficiales hasta 1932, aunque después de ese año el uso deportivo fue reduciéndose. Sirvió de escenario de mítines políticos, concursos de hípica, actos benéficos, exhibiciones automovilísticas, partidos de fútbol de carácter local e incluso de campo de entrenamiento de la Guardia de Asalto, el cuerpo policial creado en los años de la República, que en el Stadium desarrolló prácticas de tiro y de represión de manifestaciones y algaradas.
Obviamente el estado en que el terreno de juego se encontraba, después de años sin cuidados ni mantenimiento y de usos tan diversos, no era el idóneo para partidos de fútbol de la máxima categoría. Otro inconveniente es que el Estadio de la Exposición estaba situado en una zona aislada del resto de Sevilla, teniendo solo como contiguos los llamados «Hotelitos del Guadalquivir», lo que es hoy en día el barrio de Heliópolis, construido como zona de alojamiento de los visitantes para el certamen de 1929. Sus vecinos desde esta época ya se quejan con frecuencia de las deficientes comunicaciones con el resto de la ciudad.
Pero el Estadio sí tenía una ventaja importante: su aforo, estimado en 16.000 espectadores. Ello servía perfectamente para el proyecto que acariciaba la directiva bética: popularizar el acceso al fútbol de Primera División. Sevilla por esos años estaba inmersa en una grave crisis económica que remonta sus orígenes al final de la Exposición Iberoamericana en 1930, con el consiguiente cese de la inversión hecha en su construcción y desarrollo, y al inicio de la Gran Depresión que afectó a la economía mundial en los años 30, que influyó en la economía andaluza basada en la exportación del sector primario, básicamente productos agrícolas y mineros.
El 2 de julio de 1936 en la prensa el Betis anunciaba el inicio de la admisión de socios en la nueva categoría de supernumerarios, al precio de 3 pesetas mensuales.
El Ayuntamiento sevillano durante esos años estaba inmerso en una gravísima crisis económica, que fue incluso motivo de varios debates en las Cortes republicanas. El origen de todo ello estaba en los tremendos gastos derivados de la Exposición de 1929-30 que el Estado en gran parte derivó hacia las arcas municipales, y que quedaron endeudadas más allá de su capacidad. La gestión, conservación y mantenimiento del patrimonio inmobiliario heredado del certamen internacional se convirtió en un quebradero más de cabeza para el Ayuntamiento, que intentó poco a poco deshacerse de los gastos que todo ello conllevaba.
Es en este marco en el que debemos entender la operación de arrendamiento del Estadio de la Exposición. El Betis se comprometía a su arreglo y mantenimiento, como veremos, con unas cláusulas muy precisas para ello, el Ayuntamiento recibía una importante cantidad en concepto de arrendamiento durante 10 años, además de mantener una serie de prerrogativas de uso y supervisión, y el club verdiblanco ponía en este recinto las bases para seguir creciendo social y deportivamente.