Celebraciones Ascenso 1958 (1)
A falta de 2 jornadas para que finalice la temporada el Betis es equipo de Primera División. Con esa condición ya conquistada, el 25 de Mayo de 1958 empata a 2 en el Marqués de Varela con el CD San Fernando y se prepara para recibir el 1 de Junio en Heliópolis en la última jornada del campeonato al Jerez Deportivo.
Así refleja Marca en su edición diaria del 30 de Mayo la expectación existente alrededor del partido y la movilización de toda la afición:
Sevilla se dispone a despedir a la Segunda División de la Liga de forma tremendamente espectacular. Con enorme alegría y ruido; de una forma que tan sólo puede concebirse por mentes meridionales. Pero esa despedida “sui generis” que proyecta la afición balompédica sevillana, en su fondo, no es más que la traducción exacta y concreta del júbilo que le embarga por el ascenso, afortunadamente ya logrado, del Betis a la División de Honor. Del club más genuinamente representante de la expresión popular sevillana. Y en este ansiado paso a la alta categoría que, por su historia, le corresponde, quieren los sevillanos, quiere Sevilla, que les acompañe el más resonante eco. Así, al término del último partido de la competición que el próximo domingo se remata, y en el que actuara el Jerez, uno de los adversarios más significativos que siempre tuvo el Betis, la afición, la “hinchada”, exteriorizará su alegría de la forma más diversa que se puede concebir. Todas las Peñas blanquiverdes de la capital y de la provincia comparecerán en el campo de Heliópolis portando enormes pancartas y emblemas, así como cohetes y carrañacas. De estos ruidosos artefactos, solo una Peña sevillana ha encargado la fabricación de unos 4.000, para obsequiar con ellas a sus asociados. Otras Peñas se presentarán en el Estadio sobre carrozas alusivas, y, hasta la fecha, las procedentes de los pueblos de la provincia comunican que vendrán con las respectivas bandas de música al frente.
La Peña de Los Candiles, bajo la supervisión de su dinámico orientador Manolo, subalterno Manolito Castillejo y de don José Huesa, ha encargado a una prestigiosa casa pirotécnica una descomunal traca, que será quemada al término del encuentro. Traca de un kilómetro de extensión, que rodeará los contornos de Heliópolis, y en cuya adquisición han participado todos los concurrentes a la tertulia de referencia.
Otras numerosas sorpresas y espectáculos se organizan, y abarcan las jornadas siguientes a la dominical; entre ellos, una cena popular en el mismo terreno de juego, para la que ya se han agotado las invitaciones preparadas, millar y medio. Durante la cena, que ha sido fijada para el lunes, actuaran en distintos escenarios improvisados en las cuatro esquinas del campo los más famosos artistas folklóricos de Andalucía, y también tendrá lugar una función de fuegos artificiales. En la fecha que se determine, el Ayuntamiento de la capital recibirá oficialmente al nuevo primerdivisionista. Y, en fin, también se celebrarán otros varios agasajos y recepciones que se están preparando. Todos los diarios de Sevilla confeccionarán números extraordinarios dedicados al ascenso del Betis.
El partido del domingo se iniciará con el protocolario saque de honor, que lo efectuará el hijo menor del presidente del club, don Benito Villamarín, a quien el Betis tanto le debe, ya que, gracias a sus esfuerzos y apoyos, hoy el popular club retorna a la División de Honor. No hay que decir que la expectación para este acontecimiento es tanta, que para lograr una localidad para el partido del domingo hacen falta poco menos que recomendaciones. Y es que señores, Heliópolis, con sus veintitantas mil localidades, que generalmente aparecen llenas, va a registrar el mayor entradón de su historia.
Fuente: Borbujo en Marca 30 de Mayo de 1958