Entrevista Andrés Aranda 1958
Andrés Aranda es una de las personalidades más importantes en la historia del Real Betis Balompié. Llegó al club con 16 años como futbolista en octubre de 1921 y hasta su muerte, en marzo de 1965, estuvo relacionada con el club verdiblanco, dado que falleció siendo entrenador de la primera plantilla en una concentración en Aracena.
Más de 40 años en los que estuvo ligado al Real Betis Balompié, primero como futbolista, donde jugó en todos los puestos posibles, y luego como entrenador del equipo amateur, entrenador del primer equipo en diversas ocasiones, así como hombre de la secretaría técnica que lo mismo entrenaba al equipo filial que tenía que coger las riendas del primer equipo en una emergencia, como sucedió en marzo de 1965 cuando se dejó la vida al servicio de la causa verdiblanca.
La entrevista que hoy traemos, a cargo del periodista José Antonio Blázquez, se publicó en el diario vespertino Sevilla el 1 de junio de 1958 en el número extraordinario que este periódico dedicó al Real Betis Balompié por su regreso a la Primera División. En ella Andrés Aranda repasa su vida deportiva y nos aporta datos muy interesantes sobre ella, desde su llegada a Sevilla y sus primeras patadas en los patios del colegio de los Escolapios, su paso por el Estrella y la Agrupación Deportiva Museo y su llegada al Betis en la temporada 1921-22. Rememora el carácter del fútbol de entonces, inferior técnicamente pero lleno de ilusión y dedicación por parte de los que lo jugaban, pero reivindica el fútbol de la década de 1930 como la edad de oro del fútbol español, que fue interrumpida por la guerra civil. Algo común y que comentan y reivindican todos los que conocieron esa época.
También da curiosos datos sobre la exacerbada rivalidad de la época, que llegaba incluso a prohibir a los componentes de los dos clubs sevillanos a que se saludasen por la calle. Destaca a Lecue y Paquirri como a los dos más grandes jugadores de la historia verdiblanca y narra curiosas anécdotas sobre García de la Puerta, uno de los fenómenos de la época. También muy reseñable la nota sobre el telegrama que el Betis recibió en Vigo desde Gijón en marzo de 1932, en el que se informaba de la derrota oviedista ante el Sporting y que dejaba el ascenso a Primera División en la mano del equipo bético. El remitente del telegrama era el jugador sportinguista Ramón Herrera «El Sabio», quien fuera jugador bético, y por lo tanto compañero de Andrés Aranda, en la temporada 1929.-30.
Una auténtica delicia de entrevista con uno de los grandes de la historia del Real Betis Balompié.
Andrés Aranda, auténtica vieja gloria balompédica, nació en Lora del Río el 16 de marzo de 1905. Tiene, pues, en la actualidad cincuenta y tres años. En el blanco pueblecito loreño pasó los primeros años de su vida. A los ocho años, al morir su padre, se vino a vivir a Sevilla, de donde no habría de salir ya. Ingresó en el colegio de los Padres Escolapios, y en los grandes patios del centro inició su carrera futbolística. Con los largos babis de colegial, Andrés aprendió las primeras lecciones de fútbol. Con aquellas pelotas de trapo y aquellos encuentros interminables, nació una gran figura del balompié sevillano. Era menudo de cuerpo y subsanaba su carencia de talla con una inteligencia poco común. Predestinado para el fútbol, Andrés destacó muy pronto. De las aulas colegiales pasó—aún vestía pantalones cortos—al célebre Estrella que más tarde habría de convertirse en la Agrupación Deportiva Museo, de cuyo conjunto habrían de salir grandes jugadores.
En aquellos encuentros para el Campeonato de Sevilla, que sin remisión finalizaban con el concurso del bastón y el ladrillazo, Andrés fue puliendo su estilo y moldeando aquellas características que tantos días de gloria habrían de dar al Betis. Se alineaba habitualmente de defensa. Desde aquel puesto retrasado era el hombre que ordenaba y acompasaba el juego del equipo. Jugador de corazón grande y porvenir garantizado, el nombre de Andrés Aranda se extendió como la pólvora. En todo comentario, en todo corrillo futbolístico su nombre sonaba, y sonaba con insistencia.
Fue el Betis el equipo que se aseguró sus servicios, allá por la temporada 1921-22. Aquel defensa del Museo ingresaba en la sociedad balompédica a la que habría de dar aquel espíritu honrado y aquel nervio sin par que le había hecho destacar poderosamente entre las más jóvenes promesas. Siempre había jugado de defensa, pero con dieciséis años y aquel cuerpo menudo…
- Jugué mi primer partido en el Betis en un amistoso contra el Nacional. Me sacaron de extremo derecha porque, al parecer, mi corta edad no ofrecía muchas garantías
En un puesto desconocido para él, Andrés Aranda demostró que teniendo clase un jugador puede adaptarse a cualquier puesto. Aquello fue como el esperanzador anticipo de un joven jugador que más tarde utilizaría el club como el más eficaz comodín.
- Después de aquel partido contra el Nacional me sacaron de zaguero derecho formando pareja con Benítez en un Sevilla-Betis de Campeonato, en el que vencimos por tres tantos a uno
- ¿Cómo era el fútbol de entonces?
- Era muy distinto al que hoy en día se practica e indudablemente tenía menos calidad. Pero si técnicamente aquel juego era inferior al actual había algo que hoy no se conoce, el cariño por los colores que se vestían, la pasión que se ponía en el juego para lograr la victoria…
Eran tiempos dificilísimos para el Betis. Los problemas económicos abundaban, pero aquellos hombres subsanaban las deficiencias monetarias aportando cada cual de su bolsillo lo necesario para la pervivencia del club. Ninguno de los jugadores cobraba un céntimo y, ocurría muy a menudo, cuando se trataba de jugar en Huelva o en Cádiz, los jugadores tenían que pagarse sus propios gastos y hasta los de aquellos cuya débil economía les impedía hacer frente a los gastos de desplazamiento.
- Decía usted, Andrés, que el fútbol aquel era inferior al de hoy. ¿Se juega hoy mejor que nunca?
- Hoy se juega mejor que en aquellos tiempos de mis principios. Pero hubo una época que puede titularse la de oro del fútbol español, que se inicia en el año 30 y finaliza en el 36. Los mejores jugadores que ha tenido España jugaron en esa época. El fútbol de entonces es el mejor que se ha conocido aquí. Entonces podían formarse tres selecciones nacionales de similar poderío. Hoy es difícil componer una sola.
Tocamos el tema económico. Andrés ganó muy poco dinero como futbolista y puede decirse que colgó las botas sin un duro. Después, como entrenador, ha ganado un poco de dinero.
- Yo jamás cobré en el Betis un fichaje. Hasta el año 1927 no supe lo que era ganar dinero en el fútbol, cuando comenzaron a pagarme por mensualidad ciento cincuenta pesetas
- ¿El sueldo más alto que cobró?
- Cuando ascendimos a Primera: seiscientas pesetas mensuales
Surge la comparación con estos tiempos de primas astronómicas y viajes en avión.
- Para ir a Barcelona o a Vigo nos llevábamos tres días metidos en aquellos vagones de tercera. Sin una protesta, sin un mal gesto. La afición era suficiente para hacernos sentir contentos y olvidar las molestias de aquellos viajes interminables
Aranda—y creemos que casos como el suyo habrá muy pocos—jugó en todos los puestos del equipo. “Desde la princesa altiva a la que pesca en ruin barca”, en expresión futbolística. Desde la puerta al extremo izquierda defendió todas las demarcaciones. Hubo un encuentro de campeonato en Huelva en que hubo de sustituir a Jesús bajo los palos. El caso se repetiría más tarde en un amistoso jugado con el Deportivo de La Coruña.
- ¿Se le dio bien como guardameta?
- No era un Zamora, pero vamos…
Su paso a la línea de ataque, en la que se mantuvo cinco o seis años, ocurrió así:
- Subí a la delantera obligado por las circunstancias. Enrique, para mí el mejor interior que ha dado Andalucía, anduvo un año sin alinearse en el Betis. Esto ocurrió en la temporada 1928-29. Me eligieron a mí para ocupar su puesto y en él me mantuve unas cuantas temporadas. Ya en el ataque me alineé indistintamente como interior y delantero centro, hasta el encuentro de la final con el Athletic de Bilbao. Después, en un partido jugado en Badalona, se lesionó nuestro defensa Tondo y volví a la zaga
Surgen las anécdotas de aquel entonces. Andrés recuerda el primer encuentro de la competición copera, en que se enfrentaron el Betis y la Real Sociedad. Al final del partido se conocían los resultados de las elecciones de aquella fecha y la proclamación de la República. Siete días más tarde el Real Betis Balompié perdía el primero de sus títulos honoríficos y la vieja Real Sociedad quedaba convertida en el Donostia.
Después, Andrés Aranda hurga un poco en su memoria y saca a colación la apasionante rivalidad de aquellos Sevilla-Betis. Los capitanes de nuestros primeros equipos no se daban la mano antes de comenzar los encuentros.
- Nosotros, los jugadores, veíamos las cosas con menos pasión que los aficionados e incluso los directivos. Llegaron a prohibirnos que nos saludásemos por la calle.
Brand era entonces capitán del Sevilla y Aranda del Betis. No se dirigían la palabra ni en el campo ni en la calle. Con motivo de la Exposición Iberoamericana se jugó en el actual terreno de juego de Heliópolis un encuentro entre las selecciones de Sevilla y de París, que ganaron los sevillanos por dos tantos a cero. Aranda formó en la línea delantera de nuestra escuadra representativa formando ala con el genial extremo sevillista. Sin un “pasa aquí” ni un “juégala tú”, Aranda y Brand entusiasmaron a los espectadores, brindándoles un colosal encuentro. Andrés califica aquella actuación suya como una de las más brillantes de su vida deportiva. Los goles del triunfo de la escuadra sevillana fueron obtenidos por aquellos dos jugadores que sin hablarse siquiera habían realizado, en estrecha colaboración, las más bellas jugadas…
El autor del reportaje no vio nunca jugara Aranda, pero ha oído hablar una y otra vez de su estilo de jugador. Dentro de su reconocida inteligencia y su pureza de juego, Aranda no era hombre que anduviese por las ramas, ni se arrugara fácilmente.
- Andrés, nosotros no le vimos jugar nunca. ¿Qué hay de cierto de su dureza?
- Cuando el río suena…Puede ser que algunas veces me excediera más de la cuenta jugando en la defensa. Cuando pasé a interior me las dieron todas en el mismo sitio
- ¿La lesión más grave?
- Jugando un encuentro contra el Sporting de Lisboa en Ayamonte. Un jugador portugués me dio un cabezazo y me partió la mandíbula
- ¿Qué delantero le dio más guerra?
- Al asturiano había que jugarle con habilidad, porque de poder a poder se las llevaba todas. Jesús era el único que podía ir al choque con él. Campanal, sin duda alguna, ha sido uno de los mejores delanteros centro que ha tenido España
- ¿Por qué no llegó usted a la internacionalidad?
- Entonces era muy difícil llegar a ser internacional. Había grandes defensas como Vallana, Careaga, Ciriaco, Quincoces, Quesada, Pasarín, Urquizu, Otero… Ya suponía bastante el destacar
Andrés Aranda se fue del fútbol el año 1934. En el 33 decidió retirarse definitivamente, pero más tarde se hicieron necesarios sus servicios por lesión de Jesusín. Fueron los últimos partidos que jugó en el Betis.
- Usted, que ha sido parte en tantos triunfos del Betis y compañero de tan excelentes jugadores, si se viese obligado a señalar los dos más grandes jugadores de la historia del Betis, sin fijarse en épocas ni estilos, ¿a quién designaría?
- Lecue y Paquirri
- ¿García de la Puerta?
- Un jugador genial
La charla toma nuevos cauces al citar a aquel compañero. Andrés recuerda sus “cosas” y se emociona un poco.
- Tenía algo de nervios, maniático quizás. Pero cuando decía a jugar acababa con el cuadro. Recuerdo que en cierta ocasión, el año que ascendimos a Primera División, en que teníamos que salir a las dos de la tarde para un largo desplazamiento. Al llegar la hora marcada para la salida faltaba Mariano García de la Puerta. Como tenía un carácter raro y eran pocos los que podían hacer carrera de él, me encomendaron a mí la misión de localizarle y traerle al grupo. Yo sabía por dónde paraba habitualmente, pero mi sorpresa fue grande al encontrármelo en plena calle Arfe con los pantalones subidos por encima de las rodillas jugando un partido de fútbol con unos niños. “Andrés, fíjate cómo juegan estos chavales”, fue lo único que se le ocurrió decirme cuando le recordé que eran cerca de las tres y el camión aún estaba esperando
- En Vigo—continúa Aranda—en el penúltimo encuentro de aquel campeonato en que nos proclamamos campeones de Segunda y ganamos el ascenso, ocurrió otro caso parecido que define el extraño carácter de aquel gran jugador. Habíamos llegado al descanso con uno cero a nuestro favor. Soladrero y Jesusín estaban jugando maravillosamente. García de la Puerta, muy mal. Al entrar en los vestuarios, este último empezó a meterse con los jugadores que mejor se estaban portando. Entraron el delegado del club y el presidente, que habían hecho también el desplazamiento, y le llamaron, como es lógico, la atención. A Mariano le sentó aquello muy mal y por toda respuesta se limitó a quitarse las botas, diciendo que no jugaba más. Entonces me llamarón a mí—Mariano me respetaba mucho—diciéndome lo que ocurría. Delante del jugador le dije que el Betis no le necesitaba para nada y que el partido se ganaría igual sin estar él en el campo. Que se fuera si quería, en una palabra. García de la Puerta, dolido en su amor propio, me contestó que jugaría y que íbamos a ver si el Betis le necesitaba o no. Así fue; salió en el segundo tiempo y estuvo colosal. Después de aquel partido recibimos un telegrama de Gijón, donde aquella misma tarde jugaba el Sporting con nuestro más directo rival, el Oviedo, en el que Herrera, “el Sabio”, nos anunciaba la victoria de su equipo y por tanto el seguro ascenso del Betis. El telegrama decía: “Ganamos 1-0. Viva el Betis. Herrera”. En medio de la emoción que aquello nos produjo , García de la Puerta se arrodilló ante Soladrero y Jesusín, pidiéndoles perdón a lágrima viva
Una vez retirado del fútbol activo, Andrés Aranda mantuvo su afición. Ya los años pesaban para seguir peloteando por esos campos y decidió, con buen criterio, dedicarse a enseñar a los jóvenes cuanto había visto y aprendido en su larga actividad.
Inició su labor en el Betis con los juveniles. Sacó muchos nombres nuevos que liego otros se anotaron como descubrimientos: Pepillo, López, Villalonga, Salustiano, Joaquín, Valera, Paquirri, Caballero, Tomasín, Aurelio…Muchos nombres de nombradía en aquella labor inicial. Demostrada su capacidad para sentarse en el banquillo de la máxima jerarquía técnica, Andrés pasó al Jerez. Pero es mejor que sea nuestro interviuvado el que nos hable de su gestión como entrenador:
- En la campaña 40-41 me hice cargo del Jerez, en el que estuve dos temporadas. Después vine nuevamente al Betis hasta que, requerido por el Jaén, marché a aquella capital para entrenar al equipo durante tres temporadas. Del Jaén pasé al Huelva, donde estuve dos años. Finalizada mi labor estuve nuevamente en el Betis. Más tarde fue en el Extremadura el que se interesó por mis servicios. Estuve dos años en Almendralejo y conseguí ascender al equipo a Segunda División. Del Extremadura volví al Jerez como secretario técnico y por último, antes de regresar al Betis, estuve en Huelva unos meses
- ¿Cuánto tiempo lleva en el Betis después de haber actuado en el Recreativo onubense?
- Desde hace dos temporadas. Últimamente, por motivos de enfermedad, he estado largo tiempo alejado de mis funciones. Con este motivo y aprovechando la oportunidad que me brinda SEVILLA, quiero hacer patente mi agradecimiento a don Benito Villamarín, a los señores Aparicio, Gómez, Alfonseda, Blanco, Herrasti…a cuantos integran la Junta Directiva del Betis, por su comportamiento conmigo durante mi enfermedad. No lo olvidaré nunca.
Se ha tocado un tema muy interesante, el de la directiva. Andrés Aranda, a lo largo de su vida deportiva, ha conocido muchas juntas rectoras del club blanquiverde. Sobre la actual nos dice:
- La actual es la mejor directiva de todos los tiempos. El tacto con que ha llevado la dirección del club, su actual administración, servirá de base para la futura trayectoria del equipo en Primera División
- ¿Cómo ve usted la presencia del Betis en la División de Honor?
- Es el sitio que le corresponde al Betis. Por historia, por categoría y por capacidad de club, Sevilla puede mantener con entero éxito dos clubs en Primera
- ¿Espera usted una gran campaña del Betis?
- Hoy existen muchos elementos en el equipo con capacidad para jugar en Primera División. Hará falta cubrir algunos huecos para dar mayor solidez al conjunto, pero lo principal se ha logrado, como es el de reunir un grupo de jugadores como base del futuro equipo
- ¿Sería capaz de facilitarme “su” alineación ideal del Betis si pudiera reunirse en plenitud de facultades los mejores jugadores que vistieron la camiseta bética?
- Anótelos: Urquiaga y Jesús, ya que hay que tener dos porteros; Areso y Aedo, defensas; Peral, Estévez, Ramoncito, medios…
Cuando llega el turno a la delantera, Andrés titubea un poco. Después, decidido, prosigue:
-…,Alvarez, Aranda, Paquirri, Enrique y Lecue
¿Qué costaría este equipo hoy?
Mantenemos el tema jugadores y solicitamos a Andrés su opinión sobre quiénes son los jugadores de mayor valía entre las últimas promociones béticas. Aquí la respuesta es tajante:
- Portu, Del Sol e Isidro
Andrés es hombre que sabe ver fútbol y basa su conocimiento en la experiencia. Jugador fácil, se adaptó a todos los puestos de un gran equipo. Ahora, en esa labor paciente y sin brillo alguno como es la de encauzar y pulir las posibilidades de los chavales que empiezan, prosigue su labor. Le gusta aconsejar. Se sabe figura de una época, pero es hombre a quien jamás le oirán vanagloriarse de lo que significó su dilatada estancia en el Real Betis Balompié. Y no sólo por su historia, sino por esta sencillez y modestia suyas, el aficionado siempre le recordará.