Entrevista Angel Bernit 1960
Angel Bernit llegó al Betis en la temporada 1959-60 procedente del club argentino San Lorenzo de Almagro. Se había formado en el Olimpia de Paraguay, donde coincidió con 2 jugadores del Sevilla de su misma época: Ignacio Achúcarro y Juan Bautista Agüero.
Debutó en la séptima jornada en casa contra el Elche, partido en el que marcó un gol y fue expulsado. Sólo jugó 6 partidos en la temporada, marcando 2 goles.
Su caso fue muy anómalo, pues perteneció al Betis 3 temporadas más, sin alinearse en ningún partido oficial, solo en encuentros de carácter amistoso. Ejerció paralelamente de entrenador del CD Villamarín, club de Lora del Río de categoría regional, que era patrocinado por el presidente bético Benito Villamarín.
En febrero de 1960 Marca le realizó esta entrevista, en el momento en el que aún era titular en la Liga con el conjunto bético.
Uno de los nuevos más recientes en la Primera División es Angel Antonio Bernit Gómez, paraguayo de nacimiento y hoy jugador profesional del Real Betis Balompié. Elemento activo de los sensacionales triunfos conseguidos por el equipo blanquiverde en Las Palmas y Valencia.
Antes, Bernit ya había jugado con la elástica rayada bética con ocasión de los encuentros jugados en Heliópolis y en el estadio Sánchez Pizjuán frente al Elche y al Sevilla. Y más recientemente todavía ante el Español.
Bernit es, pues, nuevo, aunque no tanto en la Primera División.
– Y diga también que he sido autor de tres “golsitos” contra el Elche, en Las Palmas, este último se lo dejaron en el tintero los señores críticos, y en Zaragoza. Y, la verdad, tres “golsitos” en seis partidos jugados, no están mal ¿verdad?
Angel Antonio Bernit, chico enjuto, estatura media, purito manojo de nervios, habla con esa cadencia salpicada de giros comunes en los sudamericanos, tan consustancial en los nativos de allá. Solicitamos de nuestro interlocutor los rasgos biográficos deportivos más descollantes…
– Nací el 9 de enero de 1933 en Asunción, capital del Paraguay. Pronto empecé a darle a la “bolita”. Y rápidamente fui incorporado al Olimpia, de donde proceden jugadores que hoy forman en el otro equipo de acá. Sin embargo, una buena oferta llegada desde Colombia me hizo cambiar rápidamente de residencia y me fui al Boca Junior de Cali. Allí me mantuve hasta el año 1955, que otro buen contrato me hizo dejar Colombia y marchar a la Argentina. Al San Lorenzo de Almagro, donde permanecí cinco campañas. Y esta es mi historia.
– Luego de Buenos Aires a Sevilla, al Betis
– Muy ciertito
– ¿Con otro buen contrato?
– En efecto. Además el fútbol español da mucho prestigio al profesional, sea de la nación que sea.
– Prestigio y dinero
– Sí
– ¿Qué diferencia encuentra entre el fútbol sudamericano y el español?
– El fútbol español es más completo que el sudamericano. Posee más nervio. El americano quizás sea más bello por su malabarismo, pero es frío. El español tiene nervio, garra, factor primordial en el fútbol.
– Dicen que eres jugador duro, excesivamente duro…
– ¡Nada de eso¡ Soy un profesional valiente, que no le asusta nada y que no vuelve la cara, ni toma precauciones llegado el momento de entrar en zonas difíciles o peligrosas. Admito el choque y lo que sea.
– ¿Juegas siempre de extremo?
– Nunca lo hice hasta que llegué a España. Generalmente he actuado de delantero centro o de interior.
– ¿De delantero centro o de interior?
– Sí… Por ello, cuando juego suelo desmarcarme y correteo todas las posiciones de la línea. En todas encajo admirablemente.
– ¿Desde cuándo te encuentras en España?
– Desde el 12 de agosto. Me trajo Heriberto Herrera.
– ¿Cuál ha sido hasta la fecha el mejor encuentro?
– El que jugué en Las Palmas.
– ¿Cuál fue el peor momento?
– Aquí, en Sevilla, la tarde que debuté. El árbitro me invitó a abandonar el terreno de juego. Un jugador del Elche me hizo objeto de constantes acosos antirreglamentarios que no fueron debidamente sancionados. Para terminar con aquella desagradable situación tuve que aplicar, indebidamente, la justicia por mi mano. Deploré mi intemperancia, pero mi paciencia tuvo su límite.
– Es que en los campos de fútbol de España esas intemperancias son severamente castigadas…
– Hasta entonce no tuve noticia. Pero ya he tomado nota
Fuente: Marca 3 de febrero de 1960