Entrevista Antonio Biosca 1978
En el verano de 1978 estuvo muy candente el tema de los traspasos de Antonio Biosca al Real Madrid y Julio Cardeñosa al Barcelona. Un rumor creciente acrecentado por el descenso del Betis a Segunda División, y que hizo que los grandes club pusieran su punto de mira en los jugadores más destacados del equipo bético. Cardeñosa y Biosca además habían disputado ese verano el Mundial de Argentina, y todo parecía indicar que serían objetos de venta por el club bético.
Pero la economía verdiblanca, a pesar del descenso, en esos años estaba bastante equilibrada y no tenía la necesidad de traspasar futbolistas. El retorno a la Primera División era el objetivo más importante para el Betis, y para eso quería contar con los mejores jugadores.
A mediados de septiembre, y después de ejercer el club el derecho de retención, ambos jugadores renovaron por 4 años más con el Betis.
En esta entrevista, publicada en el semanario deportivo Don Balón, Antonio Biosca expresaba su resignación por no ser traspasado al Real Madrid.
Si algo debe cambiar en el fútbol español es el derecho de retención del jugador. Decimos cambiar, no desaparecer. Hay cosas y casos que han clamado al cielo este último verano. Por ejemplo, el caso del bético Biocca, que ha tenido la oportunidad de su vida, al tener una oferta del Real Madrid. Lo mismo pueden pensar Cardeñosa, Gordillo y tantos otros. Pero el caso de Biosca es más criticable puesto que se trata de un futbolista de 28 años, ya en la última etapa de su carrera deportiva, y al que le hubiera gustado colgar las botas en un equipo de los grandes, el sueño dorado de todo profesional.
“No podrá ser. Cuando ahora renueve por el Betis lo haré por tres años. A los treinta y uno, ¿quién te va a querer?”, le dijo el jugador a José Prats, al tiempo que exponía sus quejas sobre la cicatería del club a la hora de renovarle el contrato, cuando hace unas semanas he rechazado una oferta por el jugador de 50 millones de pesetas.
¡Cuántas veces se está repitiendo el caso Quini¡. Hace poco Dani nos exponía sus problemas para renovar. Ahora va a ser Biosca. Dos internacionales, dos hombres que estuvieron en Argentina, quieren más dinero para seguir en sus clubs. Con el agravante para el jugador bético que su equipo ha descendido a Segunda División. Digan lo que digan, un jugador pierde cotización cuando no juega en Primera. Lo de siempre, el polémico derecho de retención provoca estas situaciones casi conflictivas.
Aunque cuesta sacárselo, Biosca está dolorido, o mejor, enfadado. Ve que el tiempo va pasando, y su contrato sigue sin arreglarse.
- Cuando juegas en estas condiciones vas por el campo despistadillo, estás ausente
Pero es que el Betis no quiere darle el dinero que pide. Simplemente eso, la eterna dialéctica entre jugador y club.
- Hasta a mí me tienen desconcertado. En principio acoramos una serie de condiciones, y cuando fui a firmar el contrato me encontré con que no las habían respetado. Y yo dije que ni hablar, o se hacía tal como habíamos dicho o me iba sin renovar. Ya no era cuestión sólo de dinero, sino de palabra
Lo que le faltaba a Biosca, encima que no le querían traspasar, le iban a dar menos dinero del que pedía. Y es que la directiva del Betis se ha propuesto ahorrar al máximo y cuidar el capítulo de gastos casi con tacañería. Pero se ha olvidado que un porcentaje muy alto del rendimiento de un jugador lo constituyen su ilusión y ganas de jugar. Y un Biosca que se sienta mal pagado, no es el mismo Biosca que realizó aquel soberbio partido ante Suecia. Claro que a lo mejor en el club suponen que su amor a los colores verdiblancos le hace insensible a las cuestiones económicas.
- Hombre, son siete años en el club y uno se encariña, pero cuando por medio hay el pan de la familia, piensa con otra mentalidad…
A Biosca le fastidia mucho no poder aprovechar su mejor momento futbolístico para sacar dinero, por la única razón de que el Betis quiere retornar a Primera División.
- Yo comprendo perfectamente a la directiva del Betis, pero ellos tienen que comprenderme también a mí. No creo que por miedo a las críticas de una afición sea justificado sacrificar las aspiraciones profesionales de unos jugadores, pues mi caso no es aislado. En el equipo estamos en situación similar Cardeñosa, Gordillo y yo.
Y para quitarle un poco de “calor” a sus palabras, suelta una ironía:
- Pero qué le voy a hacer, no puedo ir con una pistola al presidente para obligarle a que me traspase
Porque si venimos hablando de traspaso hasta aquí, es bajo el supuesto de que hubo ofertas. Y ofertas importantes. Sobre todo la del Madrid.
- Imagínate lo que hubiera sido venir del Mundial y fichar por el Madrid. Estaba de veraneo cuando me enteré por la prensa que el Madrid quería ficharme
Se llevó un alegrón enorme, y más cuando vio la insistencia del club blanco, alarmado por los fallos defensivos de su equipo en los partidos de pretemporada. Aquello podía cuajar. Cuando pensaba esto, claro está, se olvidaba de su compañero Cardeñosa, que estaba en idéntica coyuntura, pero con el Barcelona de protagonista. Pocos días después su gozo se fue a parar al profundo pozo de la decepción.
- El presidente dijo que no, que era intransferible, que hicieran la oferta que quisieran, que Biosca no se iba a mover del Betis
De nada sirvieron los viajes a Sevilla del dirigente de le Casa Blanca para tratar de convencer a Núñez Naranjo. Nada hubo que hacer. Estaba claro que la gran oportunidad de Biosca se había esfumado.
- Me supo muy mal, un jugador sea modesto o haya llegado a internacional, como es mi caso, siempre sueña con ir a uno de los grandes. Y lo más triste es que estoy convencido de que en el Madrid hubiera triunfado.
Y ganado mucho más dinero. Esto no lo dice…, pero lo insinúa. Biosca hubiera sido uno de los traspasos millonarios del verano, y seguro que su ficha sería bastante más alta que el tope que ha puesto en sus exigencias para renovar por el Betis.
Hemos hablado de oportunidad perdida, porque en cuanto Biosca renueve, lo hará por cuatro años. Y eso, cuando se tienen veintiocho, quiere decir que el jugador acepta terminar su vida deportiva en un club.
- Si aceptan mis condiciones, me voy a quedar aquí hasta que acabe mi carrera deportiva. No creo que a los treinta y dos años alguien me quiera ya
Biosca va salpicando la conversación con pinceladas de ironía. Prefiere tomárselo así, que a lo trágico. Qué le va a hacer. El fútbol, la legislación deportiva, es así.
- A mí eso del derecho de retención no me convence en absoluto. Pienso que es un recurso legal que no sólo beneficia a los clubs, sino que perjudica a los jugadores
Y él mismo se pone como ejemplo.
- Mira, a veces es mejor no ser tan conocido. Te voy a poner al caso de Botubot. El muchacho empezó jugando la Copa de Andalucía con el Cádiz. Luego jugó unos cuantos partidos con el primer equipo, lo llamó Kubala para la Sub 21, y a los dos días ya había firmado por el Valencia. No es que le niegue cualidades a Botubot, lo único que digo es que él se ha encontrado en unas condiciones favorables a su traspaso. Yo todo lo contrario
¿Un jugador resignado puede jugar a tope? Esta es la gran incógnita, consecuencia de la política que está siguiendo el Betis. Biosca nos ha dicho antes que en su situación actual juega “algo despistadillo”. ¿Se asentará definitivamente cuando su contrato esté arreglado?
- Aquello del Madrid ya está olvidado
Es muy fácil decirlo, pero la verdad es que oportunidades así sólo se presentan una vez en la vida deportiva de un jugador. Y nos parece que como en el caso de Cardeñosa, jugarán a tope, porque son honrados, pero con un sentimiento de resignación.
- Si el Betis hubiera estado en Primera División, nos hubieran traspasado
Nos lo suelta de refilón, como quien no quiere decirlo. Pero lo suelta. ¿Víctimas de la operación retorno? Muy posiblemente. ¿O es que se les quiere hacer purgar el descenso a Segunda? No lo creemos.
- Aquí la afición tiene mucha fuerza, y cualquiera no le da lo que pide
Y lo que añora es el Euro Betis. Y en este Euro Betis no pueden faltar ni Cardeñosa ni Biosca. Ya ven, lo que ellos crearon, resulta que les condiciona ahora y les retiene. Después de la decepción, sólo hay añoranza en las gradas del Benito Villamarín. Se da por descontado que se va a subir a Primera y ya se sueña con un Betis con la vuelta de Megido, matagigantes. Por eso Biosca no se puede ir. La conducta de Núñez Naranjo no es más que el reflejo del estado de opinión de toda la afición bética. Y mientras dos hombres, Cardeñosa y Biosca, con destino a Barcelona y Madrid, han visto su camino truncado. ¡Cuanta razón tenía Solsona cuando dijo que había sentido complejo de marioneta¡