Entrevista Antonio Tenorio 1958
Con motivo del ascenso a Primera División el semanario Africa Deportiva publica en 1958 un número extraordinario en el que se hace un extenso repaso a diversos aspectos del club verdiblanco. En uno de sus apartados, llamado La acción entre bastidores, se entrevista a cuatro personas relacionadas con la vida interior del Real Betis Balompié en ese momento: el masajista, Vicente Montiel, una vieja gloria del club bético, Jose´Suárez «Peral», el utillero Adolfito y el conserje del equipo bético y encargado de las instalaciones de Heliópolis, Antonio Tenorio.
El mítico Antonio Tenorio fue jugador bético en los años 20 y primeros 30 y estaría toda su vida ligado al Real Betis Balompié, desempeñando diversos puestos relacionados con el estadio de Heliópolis, que de hecho era su casa. Hoy es su hijo, Alberto Tenorio, quien mantiene la llama del Beticismo heredada de su padre y sigue viviendo en el Gol Sur de Heliópolis, la parte más antigua de nuestro campo.
Conocida es la negativa de Antonio Tenorio a dejar el estadio bético con motivo de las obras que se hicieron allí para el Campeonato Mundial de 1982: «De aquí sólo me sacarán para el cementerio…» Como así fue.
En esta entrevista repasa su vida deportiva y su permanecia en el club en los difíciles años de la guerra, además de relatar una divertida anécdota de cuando era futbolista bético.
Un conserje: Tenorio
Cuando llega la hora de la melancolía es preciso acordarse de los jugadores que un día defendieron los colores de un equipo y que ahora, por imperativos de la edad, no practican el fútbol activo aunque no dejan de permanecer a la sombra de él. En el caso de Antonio Tenorio se dan los factores. Fue jugador del Betis en tiempos en que apenas si podía imaginarse lo que habría de suceder después. Ahora, con cincuenta y cinco años a la espalda, es el celoso conserje del Club.
– Nací en 1903 y con 17 años comencé a jugar en el Regional F.C. del barrio del Postigo. A los diecinueve años ingresé en el Betis y mi debut oficial lo hice frente al Tiro Nacional de Cádiz en aquel famosísimo campo de las Balas.
Son datos que Tenorio, apellido sevillanísimo como se ve, conserva cuidadosamente archivados en la memoria. Aún sigue:
– Desde entonces hasta la fecha he prestado mis servicios al club como jugador hasta la temporada 1931-32, en que colgué definitivamente las botas para hacerme cargo de la Conserjería del campo, primero en el Patronato y después en Heliópolis. Durante nuestra Cruzada, en ese paréntesis oscuro del fútbol nacional, fui presidente, secretario, tesorero y hasta cobrador de recibos del club.
– ¿Le daba tiempo para tanto?
– Si no lo tenía, lo inventaba. Era la única forma de que la Sociedad siguiera subsistiendo.
– ¿Y actualmente?
– Soy conserje del campo. Hago otras cosas: arreglar un grifo y reparar lo que buenamente haga falta. No me gusta estar quieto y, además, siempre hay trabajo dentro del recinto. No soy de los que todo lo fían a mis subalternos, sobre todo lo que concierne a la conservación y entretenimiento del campo de juego, ya que poseo mis secretillos particulares respecto al cuidado del césped.
– Eso no se consigue más que con una larga experiencia sobre la materia. Como también la tiene como deportista, dígame: ¿Qué diferencia existe entre el Betis de su tiempo y el actual?
– Antes se jugaba de una forma más ruda, con menos técnica, pero se fijaba uno más en el lado izquierdo del pecho. Hoy es posible que haya más técnica, más preparación, pero se mira en demasía el lado derecho… Y a buen entendedor, con pocas palabras basta, ¿no cree?
– ¿Será fugaz el paso del Betis por Primera División o, por el contrario, se hará “fijo” en ella?
– Disponiendo de una directiva y de una afición como la nuestra, habrá Primera División para rato, por no decir para siempre.
– ¡Y usted que lo vea ¡ ¿Cuál era su temperamento de jugador?
– A lo largo de mi vida deportiva tengo muchas cosas que narrar sobre él. En un partido contra el Atlético de Madrid, el árbitro llamó a nuestro capitán Andrés Aranda para que me llamase la atención pues, a su juicio, yo estaba jugando muy duro. Deseo advertirle que siempre he padecido una sordera parcial y que, además, he sido un deportista todo corazón. Considero el fútbol como un juego de hombres, viril, en el que, sin dañar a nadie, debe ser la fuerza una cualidad esencial.
– Pues bien…
– Aranda me llamó y me dijo “Oye, Tenorio, ¡No des tanta leña¡” Y yo, con mi defecto físico por medio, no tuve más remedio que responderle: “¿Qué hay que dar leña? ¡Déjame a mí solo y verás como por aquí no pasa ni uno¡”
Don Antonio Tenorio se retrata expresivamente en el expresivo diálogo. Lo hemos mantenido en esta ocasión en que el Real Betis Balompié acaba de retornar a Primera. El, como jugador, se retiró precisamente cuando su equipo fue campeón de la Segunda División. Dos títulos al que hay que unir el que le corresponde, o sea, el de hombre ligado desde que nació, y posiblemente hasta que se muera, a los colores de su club.
Fuente: Africa Deportiva 9 de Junio de 1958