Entrevista Eusebio Ríos 1969
Eusebio Ríos fue futbolista de la primera plantilla del Betis entre 1958 y 1968, un total de 10 campañas, en las que jugó más de 300 partidos con la elástica verdiblanca.
Cuando se retiró permaneció ligado al Betis, desempeñando labores de ayudante tanto de Sabino Barinaga como de Fernando Daucick, los dos primeros técnicos que el Betis tuvo en la campaña 1968-69. A finales de abril de 1969 Daucick es cesado tras un empate en casa 1 frente al Calvo Sotelo, y que certificaba la imposibilidad de lograr el ascenso. Se hace cargo de la primera plantilla Santiago Tejera, y es Esteban Areta, que dirigía hasta entonces al Triana Balompié, el que hará de segundo del entrenador bético, pasando Eusebio Ríos a dirigir al Triana.
Sin embargo, su paso por el filial bético será muy corto, dado que será destituido. Para ello se alega una denuncia por no estar facultado para ejercer ese cargo, al no tener aún el título de entrenador regional, aunque al poco tiempo Eusebio Ríos lo obtendría.
Esta entrevista aparecido en el diario deportivo AS en julio de 1969 recoge las impresiones de un Eusebio Ríos que saldría muy malparado de esta primera experiencia en los banquillos del club. Después iniciaría un brillante carrera como entrenador que le llevaría por numerosos clubs (Jaén, Baracaldo, Recreativo, Valladolid, Murcia, Deportivo, Rayo Vallecano, etc) o el propio Betis, aunque su experiencia en el banquillo verdiblanco tampoco fue buena.
Le duele a Eusebio Ríos que no se cuente con él en el Betis. Le escuece porque es un hombre, como lo fuera en el terreno de juego, temperamental y pundonoroso, y “el grande”, como le llamaban cariñosamente sus compañeros, va desgranando a borbotones, a impulsos de su corazón dolido, el rosario de circunstancias que han rodeado ésta su última etapa en el club en el que todo lo dio y todo lo ha sido futbolísticamente.
Diez años de futbolista en el club le hicieron acreedor a un homenaje, que fue tan cálido y sincero, tan brillante y provechoso económicamente como se merecía su ejemplar ejecutoria en las filas béticas. Pero al terminar como jugador, en junio del año pasado, se le dijo en el Betis que tenía un sitio en el cuerpo técnico, y Eusebio Ríos se quedó en el club, tan contento y feliz, como segundo, como auxiliar, primero de Sabino Barinaga y después de Fernando Daucick, mientras en la escuela regional de entrenadores se aplicaba en sus disciplinas para obtener el título regional que ya, desde hace unos cuantos día, posee y que ha logrado con excelentes notas.
Al cesar Daucick en el Betis se reestructuró la parcela técnica. Esteban Areta, que estaba en el Triana, pasó con Santiago Tejera al primer equipo, y a Eusebio Ríos se le encargó la preparación del filial trianero, que hubo de dejar ante una denuncia de que no podía “ser” entrenador de un equipo de categoría nacional, y Eusebio Ríos quedó marginado, apartado de toda función en el club.
Con su flamante título regional hemos abordado a Ríos en su habitual tertulia del Bodegón Torre del Oro. No es amigo de entrevistas, pero esta vez se le “notaba” su impaciencia por hablar, por salir de su habitual mutismo.
– ¿Por qué cesaste en el Triana?
– Bueno, hubo por lo visto una denuncia porque yo no podía entrenarlo, al carecer de título, el que ya tengo, y lo dejé. Faltaban cuatro partidos para finalizar el torneo.
– ¿Por qué bajó el rendimiento del Triana cuando tú lo cogiste?
– En realidad fue el mismo que ya venía dando, porque lo cogí faltándole Isidoro, Quinichi, Mellado, Díaz y Cazalla, que estaban en el primer equipo del Betis, y con Mota y Mesa lesionados. Además se me orientó mal sobre la preparación que hacían, y me dí cuenta que se estaban “quemando”.
– ¿No te hubiera gustado seguir con el primer equipo?
– Claro que sí. Pero había falta de confianza en mí, y yo lo había advertido. Antes se me consultaba casi todo, incluso las cosas más delicadas, por el propio presidente, señor León Gómez, pero por lo visto perdió su confianza en mí. Antes de cesar Daucick nos llamó a Areta y a mí y quedamos que entre los dos, llegado el momento, asumiríamos la responsabilidad del primer equipo. Cuando se marchó Daucick, otra cosa habría acordado el presidente, porque entonces se me envió al Triana, para tener que renunciar después
– ¿No has seguido en el club?
– Yo fui a la Secretaría, y expuse que como mi situación era muy ambigua, ya que no tenía contrato ni nada, que no podía seguir sin un trabajo específico, porque a mí me gusta sudar lo que gano. Me dieron la callada por respuesta. Creo que todo obedecía a un plan premeditado y me dejaron marchar.
– ¿A qué lo achacas?
– No lo sé. Alguien ha habido que ha tenido parte en el asunto. Aunque nadie me ha dicho nada, estorbaba por lo visto en el club, porque yo no me presto a “tapaderas”.
– Se dice que tienes un carácter un tanto brusco… ¿Cómo te has llevado con tus compañeros y con los directivos?
– Con Esteban Areta bien, que yo sepa, aunque me extrañó que tras ofrecernos a los dos conjuntamente la dirección del equipo, y él quedó conforme, al salir Daucick, por lo visto impuso que yo no estuviera. Eso me sorprendió y me disgustó. En cuanto a los directivos, la verdad es que no conozco casi a ninguno. Los amigos me dicen que me fallan las relaciones públicas, y ahora estoy viendo en otros ejemplos que eso vale tanto como entregarse honradamente, que es lo único que yo sé hacer.
– ¿No te parece que se suceden demasiados entrenadores en el Betis? ¿Por qué?
– Porque en el Betis se ha pensado erróneamente más en el Triana que en el primer equipo. Y así han ido las cosas. Se ha pensado que con los chavales del Triana estaba todo hecho. Díaz, Mellado, Quinichi, Isidoro… y los resultados están a la vista.
– Sin embargo, el Betis tenía y tiene equipo para aspirar al ascenso…
– Falta serenidad y organización. Inadecuados relevos de entrenadores. Tú sabes que siempre hay en los clubs quienes van dando consejo al oído de los que mandan, y casi siempre se equivocan. Y también los hay que buscan más el éxito personal…
– ¿José María de la Concha?
– Un elemento útil para un club. Puede poner orden en esa parcela tan importante de las relaciones entre jugadores y técnicos con la directiva
– ¿Miguel, el flamante y nuevo entrenador?
– Ha estado en un club importante como es el Atlético de Madrid y su actuación ha sido discreta. Si no le hace caso a nadie y hace las cosas a su estilo, triunfará, pero si se deja influenciar, no durará ni ocho partidos.
Fuente: Justo Andrés en AS 9 de julio de 1969