Entrevista Eusebio Ríos 1989
Eusebio Ríos, tras terminar en 1968 su carrera de futbolista (2 temporadas en el Arenas, 2 en el Indauchu y 10 en el Betis) emprendió una carrera de entrenador que le llevó a los banquillos de numerosos equipos de la geografía española: Jaén, Baracaldo, Recreativo de Huelva, Valladolid, Murcia o Deportivo de La Coruña.
En 1988 le llegó la oportunidad en el Betis, y lo hizo en primer lugar de forma encubierta. Tras el cese de John Mortimore en febrero de 1988 fue Pedro Buenaventura quien tomó el relevo en el banquillo bético, pero contó con el asesoramiento de Eusebio Ríos, que estaba ya apalabrado como técnico para la siguiente temporada. El Betis se salvó de jugar la promoción en un dramático partido que envió a la UD Las Palmas a Segunda División en el estadio Insular.
Eusebio Ríos tomó el mando técnico del equipo, tal como estaba previsto, para la temporada 1988-89. Pero la experiencia no fue para nada buena. Tras 13 jornadas, en noviembre de 1988, fue cesado, con un balance de 2 victorias, 3 empates y 8 derrotas.
Su relevo por Cayetano Re no mejoró en nada la situación, y el Betis se vio condenado a jugar la promoción con el Tenerife y, tras una dura derrota, a bajar a Segunda.
En septiembre de 1989 se le realizó a Eusebio Ríos esta entrevista, en la que se analizaba su visión de esa nefasta temporada y el porqué del dramático descenso.
Es fácil encontrárselo en cualquier acontecimiento futbolístico del sur español, presenciando especialmente cuantos partidos de cierto relieve o interés se juegan tanto en Huelva como en el Benito Villamarín, o en Cádiz, Málaga y el Sánchez Pizjuán. Desde que fuera cesado en el Real Betis, Eusebio Ríos no ha dejado su contacto con el fútbol porque es su profesión, su “hobby” y hasta su vicio. Sigue viviendo en Sevilla.
- Sí, porque tengo aquí a un chico mío que está estudiando y además juega en los juveniles del Betis; me gusta además Andalucía y, por otra parte, es un sitio ideal, una plataforma muy adecuada para ver fútbol de todas las categorías, porque viviendo en Sevilla estás a una hora de Cádiz y Huelva y a dos de Málaga, y entre las cuatro ciudades puedes ver en acción a todos los equipos de las dos primeras categorías
- ¿Para enriquecer tu “archivo”?
- Bueno, en realidad porque es lo que me gusta. Iría aunque no tuviera otros proyectos, como simple espectador, pero es que me gusta estar al día, saber cómo juega cada equipo, ir conociendo a los futbolistas que despuntan; en suma, vivir el fútbol, porque yo pienso seguir en la profesión…
- ¿Te han llamado de algún club?
- Siempre hay algún contacto, algún club que te pregunta o algún intermediario que se interesa por conocer tus planes, pero lo que salió a final y principio de temporada la verdad es que no me interesó. Me gustaría, hombre, ya que di el salto a la Primera, seguir en esta categoría o ir a un club de Segunda, pero que tenga aspiraciones…
Uno, que tiene amistad con Eusebio Ríos, una vieja y sana amistad desde los tiempos en que fuera jugador del Betis, sabe que hay temas tabúes, que no es hombre de sensacionalismos y que hay situaciones que no le gusta remover, pero necesariamente, en una entrevista con este hombre que tanto ilusionó al beticismo, hay que abordar por qué fue cesado en el Betis y por qué el equipo se fue a Segunda.
- Es difícil, de verdad, volver a un tema que ya está archivado en la memoria y en el corazón. Pero es lógico que me preguntes. Pues bien, yo fui cesado porque el equipo tenía cinco negativos y antes había que sacrificar mi cabeza que marcharse, por ejemplo, el presidente
- ¿Crees que Martínez Retamero ha sido el mayor culpable del descenso y de la situación del Betis?
- Yo no puedo enjuiciar la labor y la responsabilidad de un presidente en el aspecto social o administrativo, pero en el deportivo, en el que me afecta, claro que sí fue responsable. Un presidente que se entrevista dos veces con su entrenador, ya me dirás, y si ibas a ver al gerente, éste te decía que sólo entendía de temas económicos y administrativos. Pues bien, yo me encontré con una plantilla rota, peleados entre sí los jugadores, con camarillas y con la moral baja. Se logró que el equipo no descendiera ganando en Las Palmas, y después…
- ¿No vinieron después los refuerzos que pediste?
- No vinieron. Se hicieron algunos fichajes con mi aprobación, pero otros no. Otros vinieron para acallar las críticas. No quiero dar nombres. Pero sí debo decir que se rechazó el fichaje de Baltazar, que nos pidió 105 millones de pesetas en tres años; se dijo que era caro, y después vino el Puma y costó más dinero en total. Por ejemplo, el fichaje de Ochotorena lo teníamos prácticamente hecho en 30 millones y dijo el presidente que era caro. Después costó Pumpido bastante más. Pero, en fin, eso es anecdótico, la realidad es que yo me encontré muy solo, con una afición gritando al palco, no al banquillo. Para cesarme cuando tenía todos los pronunciamientos para remontar la situación, habían pasado la mayoría de los grandes por nuestro estadio, entrábamos en una fase en que íbamos a jugar con el Cádiz, el Málaga, el Murcia, el Español; es decir, los que estaban en nuestra situación…, y entonces me dieron el cese
- ¿Se habría remediado el problema del descenso?
- Yo estoy seguro, aunque esto pueda sonar a baladronada, que el Betis no hubiera bajado conmigo. Cuando me dieron el cese, ya casi podía contar con la plantilla, se había recuperado Gail, y Pato Yáñez también entrenaba, e incluso Rincón había ganado forma física… Sí, sí, creo que el presidente no pudo con la presión ambiental y ofreció mi cabeza. El fútbol está planteado así, lo que para mí fue doblemente doloroso, como técnico y como bético, porque lo que ocurría en el club lo estaba sintiendo en lo más adentro. Pero, mira, agua pasada no mueve molinos…, y dejemos ya en paz la cuestión
- Una pregunta que todavía se hace mucha gente. ¿Te hicieron la cama desde dentro?
- Estoy seguro que no. Por ejemplo, Pedro Buenaventura no tenía interés en hacerse cargo del primer equipo. No le gusta y sabe que su misión y su trabajo actual y de futuro está en otro puesto. No, no creo en zancadillas. Sencillamente, que se habían hecho las cosas tan mal que yo fui el primer “pagache”, porque, tristemente, el que a la larga lo pagó fue el Betis y los béticos
- ¿La bandera levantada, Eusebio?
- Pues sí. Me gustaría seguir entrenando, que es lo mío. Por ello estoy al día, por ello viajo y me muevo, y asisto a partidos. Porque mi vida es entrenar, trabajar, ser útil y claro, todo esto en el fútbol, que además es mi pasión.
Este es Eusebio Ríos, que se ha quedado a vivir en Sevilla después de entrenar al Betis, donde ya lo hizo por espacio de más de diez años de jugador, y que ahora, a la espera de alguna oferta, cargado su currículum de honestidad, profesionalidad y grandes logros deportivos en la mayoría de los equipos que entrenó, y fueron bastantes, dedica su tiempo a viajar, a ver partidos, a tomar apuntes; en suma, a seguir viviendo de cualquier forma esa pasión suya que es el fútbol.
Fuente: Salvador Recio en AS 29 de septiembre de 1989