Entrevista Javier López 1973
Esta entrevista que se publicó en AS el 9 de noviembre de 1973 nos relata un tema poco conocido, como fue la retirada del fútbol de Javier López en agosto de 1973, ante la negativa de la directiva a revisar su contrato. La situación por la que pasaba el club, que había descendido en la temporada anterior, no era entonces la más propicia. El futbolista incluso fue declarado en rebeldía por haber abandonado sin permiso el club, faltando a los entrenamientos previos al Trofeo Ciudad de La Línea y marchandose incluso a Laredo, su ciudad natal.
Esto se produjo en la primera semana de agosto y la situación persistió durante todo el mes. El jugador fue denunciado ante la Federación y declarado en rebeldía, aunque en la primera semana de septiembre se llegó a un acuerdo que permitió el reingreso del jugador en la disciplina verdiblanca.
En la entrevista Javier López justifica su actitud, además de darnos algunas claves del acuerdo al que se llegó, basado en una mejora de su contrato supeditada al ascenso del equipo bético, lo que realmente se produjo a final de la temporada.
También nos relata otra polémica en la que se vio envuelto antes de pasar al Betis en 1971, como fue su frustrado fichaje por el Atlético de Madrid, debido a unos supuestos problemas cardíacos que impidieron que ingresase en el conjunto rojiblanco.
A López, el inquieto jugador santanderino—de nombre completo Francisco Javier López García–, se le puede conocer también como el “hijo pródigo”, porque este verano protagonizó una pequeña escandalera. Resulta que el hombre se presentó en la secretaría de su club, el Real Betis, al iniciarse la temporada, con la pretensión de que le fueron aumentados sus emolumentos. La respuesta fue negativa, y con un argumento aplastante: “Si el equipo ha bajado a Segunda… ¿cómo puede solicitarse aumento de sueldo? Eso sería un premio al descenso”.
Y López, que nació en Laredo hace veintitrés años, a su tierra se fue a meditar la respuesta y dejó el fútbol. Lo dejó cuando se cocía ya el guiso de la temporada liguera.
– La verdad—nos dice—es que en aquellos momentos estaba dispuesto a dejar el fútbol. Resulta que mi padre tiene unos negocios en nuestra tierra—negocios de conservas que requieren muchos desplazamientos—y me necesitaba. Me ofreció, incluso, darme más de lo que me pagaban en el Betis, y en principio acepté, porque esto representaba estar junto a la familia, en los paisajes también familiares. Pero… tira mucho el fútbol, y Sevilla, porque aquí tengo mi novia, María José Parejo, con la que me casaré a final de esta temporada… y aquí estoy.
– ¿Después de entonar el “mea culpa”?
– Pues sí. En cierto modo. Aceptando disciplinadamente las normas del club, pero con la promesa de que si ascendemos habrá revisión de mi contrato.
– ¿Y ascenderá?
– Naturalmente que sí. El Betis tiene plantilla, afición y una buena organización, y por ello su sitio está en Primera. Ya lo estamos demostrando. Hemos logrado un gran equilibrio en el juego.
– ¿Se debe esto a Ferenc Szusza?
– Indudablemente. El míster ha conseguido que el equipo tenga un sello propio, una concepción del juego en el que todos somos defensores y todos atacantes. Los frutos de su trabajo, callado y continuo, los está ahora recogiendo el equipo.
– ¿También se debe a los refuerzos?
– A todos. Los refuerzos estimo que se han hecho con gran sentido.
– ¿No le han gustado siempre los pequeños “líos” a López?
– No, hombre, qué va. Pero es que desde mis comienzos los hubo sin tener yo culpa. Cuando era juvenil en Laredo, la Gimnástica de Torrelavega y el Santander se disputaron mi ficha. Entonces, el Torrelavega pagó por mi traspaso doscientas cincuenta mil pesetas, que era la cifra más alta que se conocía en mi categoría por el Norte. Luego me probó el Atlético de Madrid y ya sabes que me rechazaron los médicos porque aseguraron que tenía algo en el corazón. ¿Curioso, no? Y después, esto ocurrido a comienzos de la temporada… En fin, nada en verdad, porque yo soy hombre disciplinado.
– ¿Qué hubieras sido o te gustaría ser de no jugar al fútbol?
– De no jugar al fútbol lo que hubiera sido está claro: en los negocios con mi padre, donde están mis hermanos. Uno de ellos, Roberto, fue jugador y ya lo dejó. Pero a mí me hubiera gustado ser millonario.
– ¿…?
– Sí. No te extrañe. Porque uno de los placeres más gratos para mí habría sido hacer obras de bien.
Francisco Javier López García nada más retornar a la disciplina del Betis recuperó la titularidad. Su trabajo en el equipo es eficiente como motor de su juego, como un “siete pulmones” que descongestiona. López marcó hace dos temporadas goles decisivos. Es hombre de trabajo, de sube y baja, de estar siempre en movimiento, como su temperamento.